Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

miércoles, 30 de mayo de 2012

COLD MOUNTAIN (***) - Una “peli” de las de antes


Una “peli” de las de antes
Mi abuelo siempre se queja de que ahora no se hacen películas, o “filmes” como dice él, como las que se hacían antes. Pues bien, "Cold Mountain" es una de esas películas, posee los típicos elementos que hacen de ella un clásico recién estrenado: amor, odio, aventuras, penalidades, amistad, muerte...

El director, Anthony Minghella, nos traslada, a su manera (hay diálogos y escenas que recuerdan sobremanera a "El Paciente Inglés"), a la vieja historia de la vuelta de Ulises a Ítaca con su mujer, Penélope, pero, en este caso, con la Guerra de Secesión como telón de fondo.

Nuestro particular Ulises, Inman, magistralmente interpretado por Jude Law -un actor espectacular y de una versatilidad asombrosa-, tras ser herido por los Yanquis en Petersburg decide volver a su pueblo con su amada, recorriendo unos paisajes increíbles por su extremada belleza -maravillosa fotografía- y encontrándose con una serie de personajes (un reverendo mujeriego, una madre primeriza que acaba de perder a su marido, una mujer con un rebaño de cabras...) que, con las desgracias, contratiempos y reveses que sufre el protagonista, provocan en el espectador una sensación de final trágico a la vuelta de la esquina. En el otro lado de la historia, Ada -una Nicole Kidman excesivamente correcta, no dando todo de sí y a la que un flojo doblaje termina por estropear- espera en el pueblo de Cold Mountain con la misma suerte que acompaña a su amado durante su vuelta, pierde a su padre, ella no sabe cómo dirigir su granja, y el corrupto jefe de la milicia local no para de insinuarse con el objetivo de quedarse con sus tierras. Sin embargo, con la ayuda de una pueblerina, Ruby, -Renee Zellweger, espléndida en un registro nada habitual en ella- ruda, testaruda, masculina incluso, pero el complemento perfecto de Ada, ponen en marcha la granja a la espera de que Inman vuelva.

El fallo de la película radica en el metraje y en el alargamiento innecesario de ciertas secuencias, que, si bien no es reprochable, ya que Minghella -también guionista del film- intenta reproducir de la manera más fiel posible lo que se relata en el libro en el que se basa la película, le da un toque de lentitud a la misma que no favorece al entretenimiento. Por el contrario, la excelente elección de los actores, sobre todo los secundarios (Philip Seymour Hoffmann, Donald Sutherland, Giovani Ribisi, Natalie Portman y un largo etcétera), la fuerza de la historia, el aplomo de los personajes y el distinto punto de vista que percibimos de la guerra -vemos qué sucede en un pueblo alejado del combate- hacen de la película un clásico contemporáneo, una “peli” de las de antes.



P.D. Este texto es de 2004, un año antes de que mi abuelo falleciera, he querido respetar el tiempo verbal de cuando se estrenó la película y por eso las referencias que hago están en presente.

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