Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

martes, 29 de abril de 2014

"Live is Life" de Opus, Maradona y el partido de esta noche

Es curioso cómo funciona la mente humana, uno se pone a reflexionar sobre el partido de vuelta de las semifinales de la Champions League entre el Bayern de Münich y el Real Madrid, pensando en cómo ha de ser la actitud de los madridistas y termina tarareando una canción pegadiza de un grupo austríaco. El proceso es el siguiente, te preguntas cómo crees que debería jugar el Madrid y te respondes que relajado y confiado en sus capacidades. Pero, obviamente, te surge otra pregunta, ¿cómo es posible jugar relajado en el campo del Bayern? Y es entonces cuando te acuerdas de Maradona, calentando en el Olympiastadion de Münich antes de la vuelta de las semifinales de la Copa de la UEFA de 1989. Alguno dirá que qué tiene que ver un calentamiento con la actitud del Madrid...Y es porque no ha visto a Maradona moviéndose al ritmo de "Live is Life", del grupo Opus.




Vuelves a ver el vídeo (el primero es un montaje y el segundo el original) del genio argentino y te das cuenta de que hace pocos días se han cumplido 25 años de ese espectacular calentamiento...Te has hecho mayor, no hay duda, y encima no te sueltas el estribillo facilón de la cabeza...Así que habrá que poner, como siempre, un vídeo de la canción y la letra después. Ah, aquel partido el Nápoles empató a dos goles con el Bayern y pasó a la final...



Nanananana
Nanananana (all together now)
Nanananana
Nanananana
Life (nanananana)
Live is life (nanananana)
Labadab dab dab life (nanananana)
Liiiiiiiife (nanananana)
When we all give the power
We all give the best
Every minute of an hour
Don't think about the rest
And you all get the power
You all get the best
When everyone gets everything
And every song everybody sings
Live is life (nanananana)
Live is life (nanananana)
Live is life (nanananana)
Labadab dab dab life (nanananana)
Live is life, when we all feel the power
Live is life, come on stand up and dance
Live is life, when the feelings of the people
Live is life, is the feeling of the band
When we all give the power
We all give the best
Every minute of an hour
Don't think about the rest
Then you all get the power
You all get the best
When everyone gives everything
And every song everybody sings
Live is life (nanananana)
Live is life (nanananana)
Labadab dab dab life (nanananana)
Live is life (nanananana)
Life
(nanananana)
(nanananana)
(nanananana)
Live (nanananana)
Live is life (nanananana)
Labadab dab dab life (nanananana)
Live is life (nanananana)
And you call when it's over
You call it should last
Every minute of the future
is a memory of the past
Cause we all gave the power
We all gave the best
And everyone Gave everything
And every song everybody sang
Live is life.

martes, 22 de abril de 2014

75 años de Rodilla

Rodilla cumple 75 años en 2014 y han hecho hasta una campaña publicitaria para recordarlo (se puede ver el vídeo a continuación). Desde que se abrió su primera tienda en 1939 (que surgió para darle salida a los excedentes de género que su dueño tenía de la tienda de ultramarinos que regentaba) hasta ahora, cuando se está planteando incluso el salto a otros países, la empresa ha crecido de manera considerable, pero siempre manteniendo (bajo mi punto de vista) gran nivel de calidad en sus sandwiches.


La verdad es que no me había dado cuenta hasta ahora que me he puesto manos a la obra, pero creo que es curioso que me plantee escribir sobre un comercio como Rodilla. Un blog no suele ser el medio en el que se habla de comercios tipo franquicia, o al menos no se suele hablar de manera explícita, pero es que Rodilla es uno de esos establecimientos que siempre han estado unidos a mi vida.


Cuando era pequeño vivía cerca del Puente de Segovia (en Madrid obviamente), con lo que eran muchas las tardes de fin de semana en las que mis padres, mi hermana y yo caminábamos hacia el centro (o bien cogíamos alguno de los muchos autobuses que pasaban por allí y te llevaban hacia la Plaza Mayor, como el 31 ó el 65) para pasear por los alrededores y terminábamos tomando algo por allí. No es de extrañar, pues, que en bastantes de esas ocasiones acabáramos tomando algún sandwich de los que ofrecía Rodilla en aquel entonces, concretamente en su establecimiento original de la Plaza de Callao.


Desde aquella época mi sandwich favorito ha sido el de queso con nuez. Sé que el más famoso (y más vendido) es el de ensaladilla, pero la verdad es que ni ese ni el vegetal (los que más le gustan a mi padre, por cierto) me hacen tilín. Mi selección actual de cuatro fríos (los del menú clásico) es: queso con nuez, pollo al curry, bacon con huevo y ahumados (aunque éste último puede cambiar, los otros tres, en ese orden, son fijos), y es la que suelo pedir ahora cuando aprovecho las ofertas de 2x1 que hacen a final de mes o cuando surge el capricho. La lástima es que en el establecimiento que hay en Mordor donde trabajo no puedes elegir cuatro distintos, sino dos y dos (obviamente cojo los dos primeros de la lista anterior.


Recuerdo también cuando, desde la facultad, cogíamos el autobus para Moncloa y comíamos un menú algunos días que teníamos laboratorio o clase por la tarde. Entonces los menús eran bastante más baratos que ahora, todo hay que decirlo, llevaban patatas y algún extra, y los estudiantes podían permitírselo sin problemas. Quizá sea ese el único punto negro de mi relación con Rodilla, que se han ido subiendo a la parra con los años. Espero que la cosa se estabilice y pueda seguir disfrutando del sandwich de queso con nuez otros 75 años más sin que sea un capricho caro.

miércoles, 9 de abril de 2014

Libros Leídos Marzo 2014

El pasado mes de marzo fue especialmente bueno en lo que a lecturas se refiere, dado que leí un pack de fantásticos libros, aunque no muy prolífico, ya que sólo fueron 6 en total. De esos seis, cuatro fueron novelas, uno un libro de relatos y otro un ensayo. Como ya suele ser norma, leí uno en inglés y otro en italiano, mientras que el resto fueron (obviamente) en español. Siguiendo la numeración de libros leídos durante el año, los de marzo fueron:

20. "Las partículas elementales" de Michel Houellebecq. 328 páginas (e-book).

Esta es la novela que encumbró a Houellebecq como grande en las letras francesas. Su método, siempre transgresor y tremendamente original, brilla en esta historia de dos hermanos, radicalmente opuestos (uno lánguido, reservado y brillante, y otro poca cosa, obsesionado con el sexo ya acomplejado), que comparten madre (una libertina de cuidado) y crecen separados. Se lee rápido y bien, es muy entretenida y los momentos "explícitos" no resultan fuera de lugar. muy recomendable para aquellos que busquen una lectura original, que se salga de lo comúnmente establecido.


21. "Soccernomics" de Simon Kuper y Stefan Szymanski. 336 páginas (e-book).

Este libro ha sido un agradable descubrimiento. Se trata de una especie de ensayo económico del mundo del fútbol, aplicado tanto a situaciones del juego en sí (hacia donde se tiran los penaltis, por ejemplo) como a la correlación entre la situación política, social y económica respecto a los éxitos de los clubes y selecciones de un país en cuestión. Se lee fácil (y eso que lo hice en inglés) y me pareció muy interesante, una lástima que no tuviera la última versión, en la que se habla de los éxitos de la selección española.


22. "El pequeño Nicolás" de René Goscinny e ilustrado por Sempé. 144 páginas (e-book).

¿Qué mejor que hacerle un guiño a la infancia (a la tuya también) y leer de nuevo las aventuras del pequeño Nicolás? Llevaba un tiempo queriendo revisitar a Nicolás y sus amigos Rufo (el hijo del policía), Alcestes (el gordo que no para de comer), Eudes (el cabezón que pega al resto), Godofredo (el niño rico), entre otros, y disfruté de lo lindo leyendo sus historias. Creo que cuando leí este libro la primera vez lo disfruté mucho, pero no tanto como en esta ocasión, porque ahora he podido disfrutar de matices y detalles que en su momento no aprecié porque la edad te da cierta perspectiva. Ha sido una maravilla recuperar las andanzas del bueno de Nicolás, probablemente siga con los siguientes libros en los meses siguientes.


23. "Non ora, non qui" de Erri De Luca. 96 páginas (e-book).

Tenía ganas de leer un libro de este autor italiano, del que había visto recomendaciones de gente de la que me fío, y la verdad es que no me ha defraudado. En esta novela, la primera que publicó (hace 25 años), De Luca hace un viaje al pasado rememorando su propia infancia en Nápoles. De este modo, en una especie de monólogo dirigido a su madre, nos conduce por la cotidianeidad de esos días desde la perspectiva de un niño. Se trata de un libro breve, pero que deja al lector con una sensación de familiaridad con lo que está leyendo (el protagonista podría ser uno mismo, tu padre o cualquier persona cercana) y que le hace disfrutar de la travesía. Delicioso.


24. "Inés y la alegría" de Almudena Grandes. 736 páginas (e-book).

Al principio de esta novela, Almudena Grandes explica cómo, tras haber escrito "El corazón helado" (lo tengo pendiente), decidió comenzar el proyecto literario "Episodios de una guerra interminable", donde, con el trasfondo de la posguerra española y evocando los "Episodios Nacionales" de Galdós, nos cuenta, a través de personajes ficticios, pequeñas historias (o grandes, según se mire) que la Historia ha olvidado. En el caso de "Inés y la alegría" se narra el caso de la invasión del Valle de Arán, una historia de la que yo no había oído hablar nunca y en la que hubo mucha gente conocida implicada y alguno al que también ha olvidado la Historia, como Jesús Monzón (su vida da para varias novelas). Si en paralelo a una narración histórica interesante (también se cuenta el exilio de los militantes republicanos en Francia) contemplas una trama de personajes muy bien enlazada, te encuentras con una auténtica obra maestra, uno de esos libros que te da pena terminar. Magnífica.


25. "En la orilla" de Rafael Chirbes. 440 páginas (e-book).

Tras haber leído "Crematorio" ya tuve claro que Chirbes era de los grandes, y en esta nueva novela (multipremiada y considerada por muchos la mejor de 2013) lo vuelve a demostrar. Con la crisis económica en un segundo plano (aunque en muchos momentos parece un personaje más), la prosa de Chirbes nos cuenta retazo a retazo la situación de Esteban, un septuagenario que se ve obligado a cerrar su carpintería por problemas económicos, mientras ha de afrontar el cuidado de su desvalido padre, y que nos narra una historia (la suya y la de los que lo rodean) que te llega al hígado. Está fantásticamente escrita y, pese a su dureza, su lectura es verdaderamente placentera.


jueves, 3 de abril de 2014

La última mala broma de HIMYM

Siendo frío en el análisis, no tendría que haber esperado gran cosa del final de "How I Met Your Mother" ("Cómo conocí a vuestra madre"), una serie que ha tenido 3 ó 4 buenas temporadas (las primeras) y que desde entonces ha ido decayendo en un triste y aburrido descenso a los infiernos de las sitcoms, como ya comenté hace tiempo por aquí. Porque, ¿qué hay peor para una comedia que dejar de tener gracia? Pues eso le ha pasado a esta serie desde hace muuuucho tiempo. Partiendo de esa base, ¿cómo puede ser que el final de esta serie me haya parecido una absoluta tomadura de pelo? Pues a continuación desarrollo mi razonamiento (contiene spoilers a tope) de por qué los creadores de una serie (que era prometedoramente buena y se convirtió en algo mediocre) han decidido finalizar insultando a sus seguidores.


Una serie que dura nueve temporadas no necesita que en un capítulo de 40 minutos se trate de contar dónde quedan los personajes una vez que se pone punto y final a la misma. Si tenían algo que contar (tras estirar el chicle como lo han hecho, lo dudo) que lo hubieran hecho en más temporadas. Pegar saltitos poniendo escenas en 2015, 2016, 2018, 2020, etc. para ver qué les sucede a los personajes es propio de alguien que sabe poco o nada de cómo terminar una historia, o no tiene ideas porque las ha gastado todas (estos no sólo las han gastado, sino que las han repetido hasta la saciedad) y termina convirtiendo el último capítulo en un triste brainstorming sin ilación.


En esos ridículos saltos temporales hacia el futuro de los que consta el último capítulo de la serie, ya sabemos que Lily y Marshall van a tener tres hijos (del segundo nos hemos enterado durante la última temporada y del tercero en el último capítulo), que cambian de casa dejando el apartamento (haciendo una fiesta de Halloween en la azotea...Qué novedad en la serie), que Marshall se convierte en juez y luego aspira al Tribunal Supremo (algo que ya sabíamos) tras trabajar en el ámbito privado (detestándolo a muerte). La verdad es que con estos dos personajes no podían estropear nada que no hubieran fastidiado antes, básicamente porque perdieron la gracia hace muchas temporadas, siendo incapaces de que participaran en tramas divertidas como pareja (sólo de manera individual y tangencialmente juntos), aunque, eso sí, los creadores se esmeran en joderles la vida un poco y hacen que Lily esté triste porque la pandilla no se reúne y a Marshall le hacen esperar la vida hasta ser juez.


Por otro lado, tras destinar más de temporada y media al definitivo enamoramiento de Barney y Robin, con nada más y nada menos que toda la última temporada volcada en el fin de semana de su boda, forzando al espectador a creer que sí, que efectivamente son uno para el otro y vivirán felices para siempre, resulta que en el último capítulo, en cuestión de un minuto te dicen que se han divorciado (a escondidas de sus amigos) porque discutían mucho y tal. Así, sin más ni más. A mí no me habían convencido como pareja cuando salieron la primera vez (lo vendieron de pena, la verdad), pero sí que creí en ellos en esta ocasión, sobre todo porque el compromiso de Barney parecía genuino y no impostado como la vez anterior....Pero no, tenían que divorciarse...


....Porque eso le permite a Barney volver a ser el que era: un mujeriego empedernido...Al que ya no te crees, precisamente por todo lo ocurrido con Robin, ¿qué personaje medio normal puede cambiar radicalmente volviendo al inicio? Pero cuidado que aquí no acaba la cosa, ¿cómo se puede terminar jodiendo aún más al único personaje que todavía no odiabas y te sacaba alguna sonrisilla? Pues haciendo que en una de sus múltiples apuestas consigo mismo relacionadas con conquistas sexuales (acostarse con una mujer diferente cada día durante un mes) la chica en sí (número 31, para ser exactos) se quede en estado de buena esperanza y le dé a Barney justo lo que los creadores de la serie creían que necesitaba: una niña. Sí, Barney padre. El colmo de los colmos, una broma macabra y cruel que más parece un castigo.


Aunque para castigo el que le hacen a la pobre madre, Tracy (el nombre lo descubren en el último capítulo, como si fuera algo relevante entre tanta majaderia), que es probablemente de lo mejor de la temporada (aunque de primeras no me gustó su elección porque no es especialmente guapa y esperaba algo más, me ha convencido su simpatía y cercanía), y a la que, después de matarle al novio (eso sale en el capítulo "How your mother met me"), romper con el siguiente en el fin de semana previo a la boda de Robin y Barney cuando le ha pedido en matrimonio (tras años enclaustrada en sí misma por el trauma se echó otro novio), conocer y enamorarse de Ted (eso, seamos serios a estas alturas, es un buen castigo), tener dos hijos con él e incluso casarse...La matan. Sí, amigos, los creadores de la serie la matan de una terrible enfermedad seis años antes de que el paliza de Ted (se fue volviendo así con el tiempo, al principio cae simpático) les cuente a sus hijos cómo conoció a su madre. Y, os preguntaréis, ¿por qué coño la matan cuando se ha ganado nuestro corazoncito?



Pues para que al final, después de 9 putos años mareando la perdiz, resulte que Ted y Robin terminen juntos (aunque ayuda que se divorciara de Barney, claro). Después de haber salido y ver que no eran compatibles, después de acostarse en plan "amigos" y ver que no funcionaba, después de que todo el mundo pensara que Ted era patético porque jamás se quedaría con Robin pero seguía tras de ella como un perro faldero, después de que Robin demostrara (tras muchos intentos masculinos) que su pareja ideal es Barney, después de que Ted encontrara al amor de su vida en varias ocasiones (incluida la madre), después de que te convencieran por activa y por pasiva de que NUNCA iban a volver a estar juntos. Después de todo esto, los hijos animan a Ted a que le pida salir a "Tía Robin" y él va, como no, a buscarla con el dichoso cuerno azul.


Y yo me pregunto, ¿no podían haber dejado a Lily y Marshall en paz dentro de su monótona vida? ¿No podían haber dejado a Robin y Barney ser felices dentro de del matrimonio ideal que nos habían vendido? ¿No podían haber dejado a Ted que disfrutara de una vez del amor de su vida (del verdadero, no del obsesivo con Robin) junto con sus retoños? ¿No podían haberse ahorrado la leccioncita de que la vida es dura (lo sabemos perfectamente y no necesitamos que una sitcom nos lo recuerde)? ¿No podían haberse dado cuenta de que con los giros absurdos del último capítulo lo único que hacían era banalizar una serie de 9 temporadas que se llama "Cómo conocí a vuestra madre" y que debería haberse llamado "Cómo terminé quedándome con Robin"? ¿No podían haber acabado con una escena tan bonita como la del paraguas amarillo?


Pese a todo, pese a haber caído en picado su nivel desde hace temporadas y a esta última mala broma, siempre estaré agradecido a HIMYM por dos razones: me dio la esperanza de encontrar series que ocuparan el hueco que me dejó "Friends" y, sobre todo, me engancho a ver series en versión original (por no esperar a que las doblaran), lo que me ha permitido mejorar y mucho mi nivel de inglés, además de abrirme un abánico amplio de posibilidades culturales.