Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

domingo, 22 de julio de 2012

Cerrado por vacaciones...Hasta que llegue agosto

Pues eso, este blog estará cerrado por vacaciones por lo menos hasta el 30 de julio porque su autor (esto es, yo mismo mismamente) estará disfrutando de unos días en la costa gallega escapando del sofocante calor madrileño. Espero disfrutar no sólo de una temperatura más agradable, sino de tiempo para leer, descansar y comer bien...Creo que conseguiré mis propósitos. Un saludo para todos...Volveré.


sábado, 21 de julio de 2012

"Spoilers"

El jueves pasado estuve celebrando mi cumple con mis amiguetes de la facultad y sus respectivas parejas (los que las tienen, claro está) y aunque no vinieron todos los convocados (una lástima), nos lo pasamos francamente bien en las más o menos tres horas de cañas, tintos de verano (qué nombre más ridículo, por cierto), tapas y montaditos. En este tipo de reuniones entre amigos, sobre todo cuando tienes ya cierta edad (más o menos según te acercas a los 30) y te juntas con gente ajena al grupo (esos amigos de amigos o las parejas ya comentadas) siempre suelen surgir anécdotas descacharrantes vividas años atrás.

Uno de mis amigos de la universidad, J.illo, se pilló hace tiempo una camiseta de fricazo (él lo es, y presume de ello) en la que salían un montón de lo que en EE.UU. se conoce popularmente como "spoilers" que en el contexto de una serie o película vienen a ser esos datos decisivos o sorprendentes en el desarrollo de la historia. En la camiseta de mi colega (que llevaba puesta el otro día y se puede ver en la siguiente imagen) vienen un montón de ellos como por ejemplo que Darth Vader es el padre de Luke, quién se cepilla a Voldemort, cuántos palman en 300 o, y de aquí parte la anécdota, que en "El sexto sentido" el terapeuta del crío protagonista es un fantasma.


Cuando se estrenó la peli yo estaba en los primeros cursos de la carrera y debí verla cuando la estrenaron (no recuerdo ni dónde ni con quién) y el caso es que como siempre he sido un poco graciosillo (a veces eso te mete en problemas por jugar con los límites) me dediqué a escribir a lápiz en las mesas de las clases que frecuentaba la frase "En El sexto sentido Bruce Willis está muerto desde el principio". Supongo que al que quisiera ver la película leer la frase no le haría ni puta gracia pero la cuestión es que a mí me parecía la repanocha (sé que visto ahora parece un poco de cabronazo...Pero el caso es que poniéndome del lado del que hace la broma me sigue haciendo gracia) y hasta llegué a escribirlo una tarde en una pizarra para que al día siguiente lo leyera una clase entera. Creo que la definición que hace la frikipedia sobre "spoiler" es acertadísima en este caso:

"Se le llama spoiler a cuando un hijo de puta (Tu hermano, el padre/madre de tu hijo, el hijo de tu mamá, el que escribió esto, etc) te cuenta una parte de algo que aún no has visto, te picas y lo matas, luego no te dan ganas de ver esa puta mierda por que ya te la contaron y te cagaron la maldita historia."

Pero sin duda lo más gracioso de toda la historia es que a la salida de una clase, en el descanso que hay entre una y otra asignatura, otro de mis amigos (también presente el otro día), el mítico Or, se me acercó y me dijo:

"Pues no ha habido un hijo de puta que ha escrito que en El sexto sentido Bruce Willis está muerto desde el principio...Si lo cojo lo mato al muy cabrón".

Es, sin duda, una de esas anécdotas que sé que seguiré contando muuuuchas veces en reuniones como la del jueves.


martes, 17 de julio de 2012

"Estudiantes - Demencia" de AER

Pues hoy me apetecía poner una cancioncilla por aquí que se saliera un poco de lo habitual. Básicamente porque se trata de un tema compuesto por un amiguete (en realidad el amigo de un amigo mío de la facultad) que habla del equipo de baloncesto del que ambos somos aficionados, el Estu. Cualquiera podría pensar que se trata de algo subjetivo en plan "claaaaaaaro, como es del Estu" o "claaaaaro, como es colegui", pero no, si la pongo por aquí es porque la canción se sale, no porque sea del Estu ni porque el cantante sea amiguete (de hecho él no creo que se entere de que he publicado esta entrada sobre su canción).


Se trata de un tema de hip hop/rap, que no es un género musical que me motive mucho, la verdad, y sin embargo según la escuché me encantó. No soy muy de loas a los que me rodean si no las merecen y en este caso me tuve que quitar el sombrero. Al contrario de lo que ocurría en el reportaje que salió en el programa Informe Robinson (que por otro lado es el mejor programa de deporte de este país con mucha diferencia), donde no se reflejó como debería la importancia de la cantera y de la afición (capitales en lo que siginifica Estudiantes), el bueno de AER, mientras recita mantras sacados de los cánticos de la Demencia señala uno por uno en su letra cuáles han sido (y espero que sean) los valores históricos del club. A continuación pongo un vídeo en el que se puede escuchar la canción y debajo la letra de la misma...Y recordad, "Ser de los que ganan es muy fácil...Ser del Estudiantes nos parece mejor".


(Buenafuente hablando del Estu)
Más que una canción, la pasión por un balón.
Lo sientes, latidos cada vez más fuertes.
Yo vivo feliz sí, mi familia el Estudiantes, el primer equipo de Madrid.
Valientes cuando saltan a la cancha con ganas, como si fuera una revancha.
Son doce guerreros siempre sean quienes sean.
La raza y la garra en nuestro escudo la contagia.
Es la magia de los valores y el trabajo, espíritu de equipo: canteranos más americanos.
Esa es la cultura normal y un privilegio verles pasear por este patio de colegio
donde 1000 chavales se entrenan con ilusión, descubren su color, tiñen de azul su corazón
donde 1000 chavales persiguen un sueño: jugar con los mayores y el aplauso de la afición.
La Demencia anima sin violencia ni tambores ni bombos, solo con la voz
en volandas te lleva por España entera, dando a conocer el Magata y la Nevera.
Con la crítica mas ácida y la fina ironía, no entender la vida sin sentido del humor.
Ser de los que ganan es muy fácil, ser del Estudiantes nos parece mejor.
Y derrota tras derrota la victoria final, vayas a donde vayas yo te voy a animar.
Lo nuestro es un amor sin fecha de caducidad, porque pasan los años y cada día te quiero más.
Por formar personas, no sólo jugadores, por hacerme vivir momentos buenos y peores
enseñarme a valorar a ser feliz con lo que tengo, no esos tan pobres que tienen sólo dinero.
Más que un sentimiento que llevo tan dentro, me hace sonreír y estar contento.
Y yo me voy a los delfines y celebro con turbantes y chilabas las bufandas ondeando el cielo.
Dedicado a los que están, los que se vendrán , los que se fueron, Estudiantes, la cuna del baloncesto, 
de todos el segundo y de los dementes el primero, de los que no se van hasta que salgan los toreros.
(voces del documental de los 60 años de historia)
Hay un secreto a voces en pasillos del Ramiro, ha muerto Garibaldi dicen, yo no me lo creo.
Veo practicar el tiro de los niños sin recreo, una de las razones por las que sé que está vivo
Hay un secreto a voces en pasillos del Ramiro, ha muerto Garibaldi dicen, yo no me lo creo.
Veo practicar el tiro de los niños sin recreo, y por eso el Estudiantes sigue vivo.
 

domingo, 15 de julio de 2012

CRASH (****) - Un puzzle sobre el racismo

Un puzzle sobre el racismo

Desde que Robert Altman lo hiciera en "Vidas cruzadas" ("Shortcuts"), muchos directores han optado por narrar sus películas como una combinación de historias de personajes que se cruzan y que intentan conseguir con esta mezcla un relato original y más o menos interesante (ejemplos de ello son películas como "Magnolia", "Love actually", "Buenos Aires viceversa" o "Pulp fiction"). Pues bien, el director Paul Haggis (guionista de Million dollar baby) hace de su película una obra maestra de este subgénero.

El film comienza con el escenario de un crimen y retrocede veinticuatro horas para contarnos, mediante pequeñas historias de personajes de distinta raza y condición social, el racismo en el día a día de la ciudad de Los Ángeles. Nos encontramos con un policía racista, dos chicos negros que roban coches, el fiscal del distrito, un cerrajero hispano, una familia persa, un detective negro y su compañera hispana... Historias todas ellas que se entrelazan de tal manera que nos muestran una sociedad (que bien podría ser la nuestra) que parece una olla a presión en la que cualquier colisión (un “crash”) hace que afloren el odio y los prejuicios.

Si bien el tema del racismo resulta muy espinoso y difícil de tratar, Haggis, consigue en su película no caer en la demagogia, con una historia verosímil y dura, que no deja indiferente, haciendo ver al espectador que los prejuicios raciales se encuentran arraigados en todos los ámbitos de la sociedad. El ritmo intenso con el que está rodada la hace tremendamente entretenida sin oportunidad para el aburrimiento, pero también es capaz de frenarse para enseñarnos primeros planos que reflejan perfectamente las sensaciones de cada personaje en cada momento.

Hay que destacar, por encima de todo, la consistente unión de las historias gracias a un estupendo guión (que firma el propio Haggis) que hace que rostros no muy populares junto a otros más conocidos como Don Cheadle (magnífico, como siempre), Thandie Newton (demuestra que no sólo es una cara bonita), Matt Dillon (espectacular, en un papel que borda a la perfección), Sandra Bullock (sorprendente en su personaje de rica desgraciada) y Brendan Fraser (¿por qué no actuará siempre en películas serias?), formen un portentoso elenco de actores y actrices, confeccionando pequeñas piezas que componen un áspero e impactante puzzle sobre el racismo y las relaciones humanas. Sin duda alguna, una de las mejores películas de los últimos años.


sábado, 14 de julio de 2012

Rísquez cumple 31...Con los Blues Brothers

Pues sí amigos, hoy cumplo 31 añitos, castañas, palos o como quiera expresarse de manera coloquial. Cuando este post salga a luz internetera (maravillas de la tecnología que le permiten a uno publicar en el momento que le dé la gana) probablemente esté de farra con mis amigos celebrando el cumple o bien durmiendo la fiesta celebrada. Habrá quien piense que con la que está cayendo (tela marinera) y la que todavía nos queda (con esa gente en el gobierno nos esperan tiempos peores seguro) no hay nada que celebrar, pero en cualquier caso este año mi cumple es quizá menos triste que el año pasado aunque mi vida personal no haya cambiado a mejor (tampoco a peor, bastante jodida está) y me haya quedado sin curro, supongo que será porque aunque las cosas vayan mal el optimista que soy termina pensando que todo irá bien. No sé. Simplemente espero que las cosas me vayan yendo un poquito mejor y el año que viene ponerlo por aquí.


Bueno, dejando a un lado las reflexiones de mirada de ombligo, hoy quería acompañar a mi cumple con algo de música divertida, algo que me molara y que tuviera que ver conmigo y mi cumple. Por eso no dude ni un instante en que lo más adecuado sería poner a los míticos "The Blues Brothers" por aquí. Básicamente porque hace años (no recuerdo si tenía 15 ó 16) mi tío G. (que es mi padrino) me regaló por mi cumpleaños la película "Granujas a todo ritmo" (en cinta VHS, así que desde luego ha llovido desde entonces). Recuerdo las palabras que me dijo como si hubiera sido hace cinco minutos:

"No sé si te gustará o no, pero recuerdo que tenía más o menos tu edad (en realidad era mayor) cuando la estrenaron y a mí me encantó, no podía parar de reír y los números musicales son buenísimos".

¿Números musicales? Me dije...Dios, no he soportado los musicales nunca. No sólo es que me aburran, sino que me produce vergüenza ajena ver a adultos canturreando y bailando de manera ridícula. Así que empecé a ver aquella película pensando que me iba a comer un mojón de regalo de cumpleaños...Y me equivoqué.


"The Blues Brothers" o "Granujas a todo ritmo" (con esa inefable traducción a la española) es una película con números musicales (grandiosos) pero es sobre todo una comedia con situaciones descacharrantes que provocan la carcajada. Todo surgió a través de la pareja de hermanos ficticia (Jake y Elwood Blues) que actuaba en sketches musicales en el "Saturday Night Live" a finales de los setenta del siglo XX y se coronó con esta peli de 1980. El resumen es bastante simple, Jake Blues (interpretado por el malogrado John Belushi) sale de la cárcel donde lo espera su hermano Elwood (Dan Aykroyd...Delgado) y juntos reciben la misión "espiritual" de conseguir dinero para salvar el orfanato donde crecieron. Para ello deciden reunir a su antigua banda y tocar para reunir fondos. La gracia es que en el proceso de reunión y puesta en marcha van encontrándose con secundarios de lujo y metiéndose en tantos líos que la peli se convierte en una especie de road-movie gigantesca en la que todo el mundo los persigue.


El repertorio de estrellas musicales es taaaaan amplio que sería difícil que no me dejara alguna aunque quizá los más representativos son Aretha Franklin, Ray Charles y James Brown. Además hay cameos como los de Steven Spielberg, John Landis (director del filme), Carrie Fisher...Es desde luego una peli imprescindible, divertida a más no poder, con una estética inconfundible y unos números musicales irrepetibles. Ah, y yo también odio los nazis de Illinois, jejeje.












miércoles, 11 de julio de 2012

"Traslado de números"

Hace poco que cambié de teléfono móvil, tratando de adaptarme a las nuevas tecnologías al pasar de mi viejo zapatófono a un flamante smartphone de última generación. Lo malo de estos cambios es que, si eres un inútil digital como yo, te ves obligado a pasar de manera manual todas las cosas que tenías guardadas en el teléfono antiguo y en concreto la agenda de contactos por completo. Se trata de una de esas labores ingratas que sabes que tienes que hacer aunque no quieras y que te llevan una tarde entera de trabajo monótono que se te hace eterna.

El caso es que, cuando estaba llegando a la mitad de la lista de contactos, me encontré con el número de mi padre. Al principio me sorprendió encontrármelo ahí, ya que pensaba que lo habría borrado después de que mi padre muriera el año pasado, y lo más curioso es que pese a ser consciente de esa situación, tuve el impulso de pasarlo a la nueva lista como estaba haciendo con la mayoría de los números hasta ese momento. Evidentemente no lo hice, pero me quedé un rato mirando esas cifras, embobado, sin ganas de continuar la tarea que estaba realizando.

Sé que sonará sentimentaloide, como sacado de telefilme barato y casposo, pero pensé que si llamaba al número saltaría el contestador y podría escuchar la voz de mi padre una vez más, aunque fuera en aquel mensaje grabado, corto y sobrio. Sin embargo, tras marcar las cifras, en vez de saltar directamente al contestador, escuché cómo daba línea y sonaban los tonos de llamada. En vez de colgar directamente, como habría hecho cualquier persona con dos dedos de frente, me quedé esperando de manera absurda a que alguien descolgara, quizá porque esperaba que ese alguien fuera mi padre muerto meses atrás. La que descolgó fue una chica que, tras unos segundos preguntando por quién llamaba y sin recibir respuesta alguna, se lanzó a insultarme a grito pelado, llamándome pervertido y mil cosas más, además de amenazarme con llamar a la policía. Aquello me acongojó cosa mala, básicamente porque me había metido en un lío sin hacer nada de nada.

Me costó un poco que la chica en cuestión me escuchara, pero al final le dije quién era y por qué había llamado, y, aunque le pareció todo un poco raro, se tranquilizó y terminó pidiéndome disculpas. Lo que pasaba era que la chica tenía un ex-novio obsesionado con ella, hasta tal punto que se había cambiado de ciudad, de trabajo y, claro está, de teléfono móvil para poder librarse de él. Así que cuando vio un número que no conocía y al descolgar nadie respondía, pensó inmediatamente que se trataba de su ex y por eso había reaccionado así.

Después de una pequeña charla, ella colgó y yo volví a mi ingrata tarea de traslado de números, que me duró menos de lo previsto, quizá porque todavía tenía el susto encima.



lunes, 9 de julio de 2012

Una selección con un estilo inconfundible

Una semana y un día después de convertirse en leyenda y siriviendo de contrapunto necesario al infame Lance del que hablé el otro día, hoy toca analizar el éxito de la selección española de fútbol. Creo que ahora que ya se han terminado todas las celebraciones y se ha pasado página, es el momento de analizar lo sucedido en la Eurocopa de Polonia y Ucrania. En primer lugar he de decir que mis previsiones no estuvieron a la altura de las otras ocasiones (me está bien empleado por reírme de Torres) y en la porra que organizo con amiguetes y familiares el que ganó fue mi padre, que incluso clavó la final (ya le dije que si hubiera puesto a Jordi Alba de revelación estaba claro que había usado el almanaque de Marty McFly).


Centrándonos en el análisis deportivo, creo que el resumen por puntos sería el siguiente:

  • España es de lejos la selección que mejor juega al fútbol no sólo en Europa, sino a nivel mundial. Tenemos al mejor portero del Mundo (y probablemente de la Historia), una de las mejores defensas del mundo (con dos centrales inigualables, un Arbeloa cumplidor como siempre y la revelación Jordi Alba), el mejor medio campo que he visto en mi vida (Xabi Alonso y Busquets dando lecciones de cómo controlar los partidos, Xavi dirigiendo el cotarro como siempre y Silva e Iniesta marcando la diferencia) e incluso delanteros que no desmerecen (con Villa este campeonato habría sido un paseo pero Fábregas y Torres han cumplido más que de sobra).
  • La gente que dice que mucho toque y poca profundidad no tiene ni idea de fútbol, básicamente porque ahora que somos campeones el 90% de las selecciones se encierra para no recibir un meneo. No hay más que ver la diferencia entre la Italia del primer partido (cinco defensas) y la de la final (cuatro), o entre Croacia (victoria sufrida) o Irlanda (goleada facilona). El que ha jugado cinco minutos al fútbol sabe que el que tiene el balón es el que manda y nosotros tenemos el balón más que nadie...Ese es el camino.
  • Del Bosque es un buen tipo, una persona afable, humilde, bonachona...Pero ciñéndonos a su profesión, es un genio. El que no valora lo que hace Vicente es que no sabe de fútbol. Su brillante idea del "falso 9" con Fábregas de punta de lanza (gran Eurocopa la suya, con una final a la que sólo le faltó el gol) es una innovación táctica más de las muchas que ha hecho desde que empezó como entrenador profesional en el Madrid. Previendo las encerronas de los rivales y comprobando el cansancio de sus jugadores, Del Bosque pensó (acertadamente) que teniendo más gente que asegurara la posesión del balón, el equipo sufriría menos, defendería más fácil y manejaría mejor los partidos. Si a eso unimos lo acertado que está siempre en los cambios, no hay más que decir que le ha salido de 10. Yo siempre he tenido fe en Del Bosque y nunca me ha defraudado.
  • Siempre digo que si Messi fuera español el fútbol de selecciones se habría acabado. Quizá sea una exageración porque no se puede demostrar y a lo mejor sería justo lo contrario, pero la sensación que da este grupo de jugadores es que tenemos una selección de leyenda sin un número uno en el campo (exceptuando a Casillas, evidentemente). La diferencia la marca el grupo, capaz de tocar hasta la extenuación hasta aburrir al rival y meterle un gol, o defender con múltiples ayudas, impidiendo que los contrarios tiren a puerta (un gol recibido en seis partidos es la leche).
  • La idea de que no hay una estrella y sí "estrellitas" como dijo Casillas, no hay nada más que ver quién destacó en cada uno de los partidos. En el primero (Italia) quizá fue Fábregas con su gol, en el segundo (Irlanda) sería Torres con dos goles, en el tercero (Croacia) habría más dudas pero Casillas estuvo cuando fue necesario, el cuarto (Francia) fue Xabi Alonso con sus dos goles, el quinto (Portugal) fue Busquets dando lecciones, Casillas con el penalti y Fábregas metiendo el decisivo, y la final (Italia) fue una orquesta con Xavi magistral, Casillas sacando las que tuvieron, los centrales desquiciando a Balotelli, Alba certificando su maravillosa Eurocopa, Torres marcando y asistiendo, Fábregas jugando de delantero como si lo fuera de toda la vida...En resumidas cuentas, un triunfo grupal.


Dejando a un lado todo lo sucedido objetivamente en la Eurocopa, yo destacaría dos cosas por encima de todas con respecto al combinado nacional. En primer lugar algo que se comenta desde hace tiempo que es el buen rollo que hay en la selección. Eso está bien, es indudable, pero más que eso lo que me convence de veras es ver a los que no juegan, ese Pepe Reina, Valdés o Llorente, que serían titulares en el resto de selecciones pero que en esta son casi comparsas y, sin embargo, no sólo no plantean problemas sino que son fundamentales en el éxito del equipo. Y por otro lado el estilo, eso sí que es fundamental para el futuro de la selección. Básicamente porque estos jugadores se retirarán y lo más importante que nos deben haber dejado, por encima de los títulos, es que tengamos un estilo reconocible y exitoso. Durante años he visto a la selección ir a los campeonatos sin saber a qué jugaba (excepto con Camacho pero no era el mismo nivel de jugadores que hay ahora) y a ver qué pasaba. Eso ya no puede ser así, podemos perder pero no debemos renunciar nunca más a jugar como lo hacemos ahora, tocando y tocando con muchos "jugones" de medio del campo, que hacen que el español esté tranquilísimo cuando tienen el balón y sepa que, después de marear al contrario en un rondo infinito, terminan metiendo gol. Cuando uno tiene ese estilo inconfundible ha de luchar para no perderlo.


jueves, 5 de julio de 2012

Lance Armstrong, un ejemplo de superación...Mentira

Recuerdo perfectamente la primera vez que oí hablar de Lance Armstrong. Fue cuando acababa de proclamarse campeón del mundo de ciclismo en fondo en carretera (así se llamaba entonces la prueba en ruta actual). Eran los primeros años de la década de los noventa (1993, creo recordar) y el estadounidense, bajo una lluvia torrencial en Oslo, se impuso entre otros al hombre que manejaba el cotarro en aquella época, el mítico Miguel Induráin que acabó segundo. Aquel triunfo, unido a otros tantos en carreras de un día en aquella temporada hizo que el tejano, antigua estrella de triatlón, empezara a hacerse un nombre en el pelotón internacional. La evolución de Armstrong (aunque ese es el apellido de su padre adoptivo, no el biológico) parecía poco a poco destinada a crecer para pasar de ganar etapas sueltas a luchar por estar entre los 10 primeros una vuelta grande (Tour, Giro o Vuelta), mientras a la vez iba conquistando pruebas cortas, de un día o vueltas de menor duración que una semana.


A mí me ha gustado el ciclismo desde que era pequeño. Para mí las tardes del mes de julio eran sinónimo de estar tumbado a la bartola mientras veía a esos muchachos escuchimizados sufrir hasta coronar los picos más famosos. Por encima de todos estaba Perico Delgado, probablemente la razón por la cual me gustara tanto el ciclismo y me hiciera tan aficionado. Su manera de correr conectaba con el público, quizá porque te sentías reflejado en aquel hérore mundano capaz de lo mejor (esos míticos hachazos cuando fingía descolgarse) y de lo peor (cuando por empanamiento llegó tarde a un prólogo del Tour que le costó la victoria). Fui muy muy aficionado al ciclismo desde aquellos finales de los ochenta hasta que Lance Armstrong ganó el Tour.


Porque sí amigos, aquel muchacho que fue campeón del mundo en 1993 terminó ganando el Tour, aunque su evolución como ciclista no presagiaba semejante victoria. ¿Y qué pasó? Pues que tuvo cáncer...Suena duro pero es así, aunque parezca sorprendente Armstrong estuvo cerca de morir y pasó de ser un corredor del montón a ser el mejor del mundo. Extraño, ¿verdad? Pues resulta que al pobre Lance le diagnosticaron un cáncer y salvó la vida con suerte y, supongo, con mucho esfuerzo. A partir de ahí poco a poco volvió a correr y se presentó al Tour de 1999 para barrer con todo, lo mismo que hizo las seis ediciones siguientes a esa. Ganó con hambre, dejando sólo las migajas para los competidores, momentos sueltos en los que por lo que fuera la voracidad de aquel marciano no le instaba a seguir devorando. Toda la prensa destacó aquello como un ejemplo de superación, como la vida de un personaje de telefilme yanqui de los que echan los fines de semana después de comer. Las posibles sospechas de dopaje se silenciaban o se ridiculizaban. Sin embargo yo nunca le creí.


Lance Armstrong me pareció un tramposo ya en el primer Tour que ¿ganó? básicamente porque no me creía su historia. Era un ejemplo de superación en la vida, quizá (muchos superan un cáncer, eso no le hace único) pero jamás en el deporte. Para mí fue cristalino desde el principio que manejaba algo que el resto no tenía, una "gasolina" especial. Armstrong iba hasta las cejas de EPO, esteroides o lo que fuera, pero no soy tan tonto como para creerme que alguien que ha de sufrir evidentes secuelas físicas tras lo que le pasó a él de repente se convierta en un superhombre, eso es mentira y punto. Además no creo que sea el único que lo piensa. De hecho estoy convencido de que si no lo han pillado todavía es porque tenía algún contacto de altas esferas que pensó que usar la imagen de Armstrong dignificaba el ciclismo...Doblemente lamentable, primero por tramposos y segundo porque encima no es un buen tipo (ególatra, egoista, fullero, mentiroso...).


En las últimas semanas han vuelto a salir noticias sobre investigaciones de dopaje de Armstrong. Es triste de puro obvio que nadie lo señalara desde el principio, que nadie se le ocurriera investigarlo a fondo, pero espero que aunque sea tarde lo empapelen y quede claro que era (es) una mentira andante y se le meta en la cárcel por estafador y sinvergüenza. A mí nunca me tomó el pelo, pero destruyó (él y otros tramposos, aunque a estos los pillaran) el cariño y la afición que tenía por el ciclismo, al que desde entonces contemplo con distancia. Por eso espero, amigo Lance, que de una vez por todas te caigas con todo el equipo y todo el mundo tenga claro que lo del ejemplo de superación no fue más que una gran mentira.


martes, 3 de julio de 2012

CARTAS DESDE IWO JIMA (****) - Mucho más que una película de guerra


Mucho más que una película de guerra

Si una persona, de buenas a primeras, entra a un cine sin saber nada de lo que va a contemplar, se sienta en su butaca y disfruta de esta historia, saldrá pensando que se trata de una película de Kurosawa, o si no, de un alumno aventajado suyo, pero, desde luego, no se le ocurriría que la obra es de un cineasta estadounidense. A menos que sepa quién es Clint Eastwood, al que, con sus últimas obras (como “Mystic River” o “Million Dollar Baby”), se puede considerar el mejor director en la actualidad.

Si con “Banderas de nuestros padres” Eastwood nos mostraba el lado norteamericano del conflicto, en este caso nos hace ver, con el seguimiento de las vivencias personales de un grupo de militares de diferente graduación, cómo fue la dura batalla de Iwo Jima del lado del perdedor. Apoyado en un fantástico guión, firmado por Iris Yamahsita (que aporta la visión nipona) y Paul Haggis (guionista de “Million Dollar Baby” además de autor y director de “Crash”) con el que, sin el uso de frases rimbombantes, basándose sólo en la objetividad de las escenas y en el drama que viven los personajes, Eastwood es capaz de mostrarnos la dureza y el sinsentido de la guerra: hambre, sed, enfermedades, crueldad, etc. Pero también una cultura y un punto de vista diferente al occidental, el de un país orgulloso en el que morir por tu pueblo es el mayor de los honores y no hacerlo, la mayor de las infamias.

A la altura de la historia debemos poner la fotografía y el juego de luces y sombras (absolutamente espectaculares), la banda sonora (compuesta por el propio Eastwood), que acompaña perfectamente el devenir de la acción, y, por supuesto, al elenco de actores. A la cabeza del mismo, Ken Watanabe, que encarna perfectamente al General Kuribayashi, un hombre duro e inflexible pero justo, que echa de menos a su familia y evoca su pasado relacionado con EE.UU. También, entre otros, debemos nombrar a Saigo (Kazunari Ninomiya), un soldado raso, debilucho y cobarde, que recuerda a su mujer y al niño que ésta espera o al Barón Nishi (Tsuyoshi Ihara), un héroe de las Olimpiadas, como ejemplo de que cada pieza del puzzle cumple su función.

Apoyándose en numerosos “flashbacks” de los protagonistas y en las cartas que escriben (el verdadero motor de la película) que nos ayudan a comprender más a los personajes y cómo viven la situación en la que están inmersos, Eastwood consigue que el espectador crea en la veracidad de la historia de principio a fin. Nos encontramos ante mucho más que una película de guerra, sin duda una de las mejores películas de los últimos años. Imprescindible.


domingo, 1 de julio de 2012

Libros Leídos Junio 2012

Primero de mes y aquí estamos para el repaso habitual de lo leído en el mes recién acabado. En esta ocasión, en línea con los últimos meses (desde que me quedé sin curro), he bajado en el número de obras leídas, básicamente porque viajo menos en transporte público al no tener que ir al trabajo y además terminé el curso de la Escuela Oficial de Idiomas (con la mejor nota de la clase...Es como si después de años de mediocridad hubiera vuelto al instituto) con lo que mi número de viajes, y por tanto mi tiempo dedicado a la lectura, ha descendido bastante. Bueno, centrándonos en el tema en cuestión, el mes de junio he leído 5 tristes libros, tres de ellos en el e-book, cuatro en español y uno en italiano. He de decir que en mi apuesta conmigo mismo de leerme un libro en inglés y otro en italiano al mes, voy perdiendo al llevar uno de cada de retraso...Ojalá encuentre un curro que permita remontar, jajaja. Siguiendo con la numeración del total de libros leídos este año, los de junio son:

51. "Caduta libera" de Nicolai Lilin. 326 páginas (e-book).

Este es el libro en italiano que llevaba a la mitad el mes pasado. De este autor ya leí el año pasado "Educación siberiana", que me impactó bastante. En esta ocasión, Lilin retoma la historia (la suya) en el punto en el que la dejó en su obra anterior, cuando es llamado a filas para cumplir con el servicio militar. La idea que pueda yo tener de la "mili" no es comparable a lo de los rusos. Lilin nos cuenta cómo pasa directamente de las prácticas a la guerra en Chechenia, convirtiéndose en francotirador de un grupo de "saboteadores". La crudeza de la guerra, las precarias condiciones en las que se encuentran tanto él y sus compañeros como los chechenos y en general la miseria que les rodea (económica y sobre todo humana) son el vehículo fundamental del libro. Es muy duro (más si lo lees en otra lengua, que se hace más largo) pero se trata de una de esas historias que no te crees que hayan pasado hace 10 años en la sociedad actual. Muy bueno.


52. "El fútbol a sol y a sombra" de Eduardo Galeano. 284 páginas (e-book).

Una joya de un orfebre de la literatura para futboleros como yo. Galeano es para mí una debilidad porque es capaz de conseguir lirismo, profundidad y belleza literaria usando sólo un puñado de palabras. Si encima tienes un libro entero para disfurtarlo, el disfrute es máximo. En este caso repasa la historia del fútbol (otra de mis debilidades) contando anécdotas curiosas y diferentes, siempre con ese estilo tan particular. Imprescindible.


53. "Acerca de Roderer" de Guillermo Martínez. 144 páginas (e-book).

Vuelvo de nuevo a devorar un librito de este autor ya reseñado con anterioridad por aquí. En esta ocasión se trata de la narración de la vida de un tipo raro, estudioso, introvertido y que trata de encontrar respuestas a todas las preguntas, encerrado con sus libros en su habitación desde que tenía uso de razón. El narrador, un trasunto del propio Martínez bajo mi punto de vista, observa primero con envidia y luego paulatinamente con pena el viaje a los infiernos de ese personaje singular. A mí me ha parecido una novela curiosa, original y entretenida, en resumen, bastante buena.


54. "Ejercicios de estilo" de Raymond Queneau (versión de Antonio Fernández Ferrer). 162 páginas.

Según palabras de mi librero Javi de La Independiente (el que me proporciona, entre otras cosas, las revistas de Orsai), se trata de "una pequeña joya para un gran cliente". No sé si seré un gran cliente, pero sin duda este libro es un joya. Se trata de una original idea de taller literario, que consiste en contar una anécdota sin relevancia y, partiendo de ella, contarla de nuevo bajo premisas diferentes. De este modo se puede contar toda la historia usando palabras de origen griego, utilizando los verbos sólo en un tiempo verbal concreto, cambiando el punto de vista del narrador, etc. Es una verdadera maravilla, una gozada para los que, como yo, estamos enamorados del lenguaje y de la literatura. Imprescindible.


55. Orsai nº 6. VV.AA. 132 páginas.

De Orsai, su proyecto y su revista hablé aquí y aquí.