Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

lunes, 25 de febrero de 2019

¿Problemas con la tecnología en el deporte? No, con los que la usan

Un lunes más amanecemos con los ecos de la polémica por una decisión arbitral relacionada con el VAR. Hoy toca el penalti de Casemiro (inexistente), igual que en otras ocasiones fue el penalti no pitado a Vinicius contra la Real Sociedad (acción evidente) o el gol concedido a Luis Suárez frente al Leganés (fragante falta sobre el portero no pitada). Cada jornada tenemos lío, porque el VAR entra o no entra, y termina tomándose una decisión errónea. Al menos ahora los fueras de juego no admiten discusión, porque los hace una máquina, como con el Ojo de Halcón del tenis, pero el resto sigue alimentando la furia de algunos. Aunque, ojo, que esta polémica no afecta sólo al videoarbitraje futbolero, sino que llega a deportes en los que los errores arbitrales son más habituales (por el número de acciones que se producen) como el baloncesto.


En la pasada Copa del Rey de baloncesto, en la que estuve presente (un capricho que hacía años que quería darme), se produjo un último minuto de auténtico bochorno arbitral. El FC. Barcelona iba 5 puntos arriba (87-92) y atacaba el Madrid. El balón llegó a Randolph (protagonista absoluto de ese último minuto) y éste acierta con un triple (90-92). Desde la línea de fondo, Tomic duda a quién pasar y lo termina haciendo sobre Singleton, que ha cruzado la mitad de la pista y se dispone a anotar una bandeja fácil. Y desde ahí, el horror. Randolph trata de taponar a Singleton, pero le sacude un manotazo terrible en la cabeza (clara falta antideportiva) que evita la canasta. Los árbitros no pitan nada y dejan seguir. El balón llega a Jaycee Carroll que, tras una finta, anota y recibe falta personal (dudosa) con la que cierra una jugada de 2+1 (93-92). Quedan cuatro segundos y el Barça saca desde mitad de cancha. El balón llega a Tomic que evade a Ayón y, forzado, lanza a canasta. El balón toca el aro y después el tablero antes de que Randolph agarre el rebote. El partido parece terminado... Pero no. Los árbitros, tras un rato de visionar la jugada, deciden dar canasta (algo inaudito) y balón para el Madrid, que trata de anotar con un tiro lejano de Llull que no entra. 93-94 como resultado final. Bochorno absoluto.


¿Cuál es el problema con el uso de la tecnología en los deportes? Pues ninguno. El problema es que esa tecnología la utilicen perfectos inútiles. Porque en el partido de ayer yo vi penalti claro a Casemiro en directo...Y vi que era un piscinazo en la repetición. Y como yo millones. Y en el baloncesto igual, yo no vi el manotazo de Randolph, pero el tiro de Tomic me pareción rebote. Ahora bien, después de ver ambas imágenes repetidas no me cabe ninguna duda sobre lo que ocurrió. No sé si es un tema de cobardía, de protocolo (dicen que los que están en la sala del VAR por protocolo no corrigen cosas que haya pitado el árbitro a menos que sean flagrantes), de falta de medios (comentan que los árbitros de la Final de la Copa del Rey de baloncesto sólo vieron imágenes desde dos cámaras...Pues que hubieran visto todas) o de predisposición (que quiero creer que no hay). Lo que sí tengo claro es que o se castiga duramente al que mete la pata en estas situaciones o no vamos a encontrar a profesionales que fallen menos. Que la cagas y no le dices al árbitro que lo de Casemiro es piscinazo...Pues 3 meses sin partidos. Que la cagas y te inventas algo para compensar un error previo en la Copa del Rey...Pues sin pitar el resto de la temporada. Estoy seguro de que si les tocan el bolsillo las cosas mejorarían.

lunes, 11 de febrero de 2019

Buena suerte en Lima, amigo P.

En estos precisos instantes, mientras escribo estas líneas, mi amigo P. estará aterrizando en Lima. Va a estar allí los próximos dos años, buscándose un poco la vida y en compañía de su novia. La historia es la siguiente: ella encontró trabajo allí como expatriada (ergo condiciones generosas) y él la sigue hacia allá. Gracias a los días de vacaciones acumulados durante años, P. empezará su excedencia en mayo, con lo que en el fondo serán más de dos años fuera.

P. es uno de mis mejores amigos, alguien a quien le confío todo y que me alegra tener a mi lado, y la verdad es que se me hace muy extraño pensar que no lo voy a ver en bastante tiempo. Es cierto que con la tecnología actual hasta puedo ver su careto a través del móvil, pero obviamente eso no es comparable a un "pásate por mi casa, nos tomamos unas cervezas y pedimos unas pizzas".

Pero claro, unas cervezas no son comparables a un "¿y si nos vamos a la Eurocopa de Francia?". Con P. estuve en París, Liverpool, Manchester, Edimburgo y Génova (todos ellos con anécdotas inolvidables), siempre acompañados del otro mosquetero, R. Ahora R. y yo nos quedamos huérfanos de su compañía en esos días de cervezas y esos viajes futboleros, en los que cada uno compartía su vida con el otro y estrechábamos aún más si cabe nuestra amistad.

Tengo sentimientos encontrados con la marcha de P. Por un lado me alegro mucho por él, sé que estaba harto del trabajo y ésta es la excusa perfecta para dejarlo de lado, pero por el otro me da mucha pena no tenerlo cerca. Supongo que, en el fondo, no es más que un pensamiento egoísta, pero es que le voy a echar mucho de menos.

Como él muy bien me dijo anoche, espero que nos veamos pronto, y que no sea en Madrid. Buena suerte en Lima, amigo P.


lunes, 4 de febrero de 2019

Libros Leídos Enero 2019

El primer mes del año terminó la semana pasada y ya es hora de hacer reseña de las lecturas que se dieron en esos 31 días. Fueron en total 8 libros (seis en español, uno en inglés y otro en italiano) de los cuales tres fueron cómics, un ensayo futbolero-biográfico, una novela, un libro de chistes, un libro de relatos y un libro que contiene un compendio de reflexiones sobre el periodismo. Iniciando la numeración de libros leídos en 2019 tenemos:

1. "Cada mesa un Vietnam" de VV.AA. 383 páginas

Este libro es un completo manual para cualquiera que esté interesado en el mundo del periodismo. El gran Enric González actúa como editor (o recopilador) de textos, prologuista y autor de una de las piezas (la de corresponsal en el extranjero), y la selección habla por sí sola: Manuel Jabois, Pepa Bueno, Jacinto Antón, el mismo Enric González... Sólo he echado de menos a Santiago Segurola. Es, sin duda, una verdadera delícia para el lector disponer del testimonio de primera mano de algunos de los mejores periodistas de la actualidad.


2. "Jamás tendré 20 años" de Jaime Martín. 120 páginas.

Cuando algún ciudadano de este país nuestro que es España ponga en duda el porqué de la Ley de la Memoria Histórica, al menos en lo que se refiere a los crímenes del Franquismo, debería leer este cómic, y quizás así se le quitarían las ganas de decir sandeces como "¿para qué remover la mierda ahora?". En este cómic Jaime Martín cuenta la historia de sus abuelos y de cómo, cada uno por su lado, sobrevivió a la Guerra Civil española (siendo ambos del lado de los perdedores) y cómo superaron la durísima posguerra. Antes de soltar majaderías (cosa que hacen bastantes políticos y demasiados ciudadanos) la gente debería leer historias como ésta y como las que Almudena Grandes cuenta en sus Episodios de una guerra interminable. Nos iría mejor a todos tener bien fresca la Historia...Para no repetirla.


3. "Nos parece mejor" de Nacho Carretero. 150 páginas.

Cualquiera que siga la colección de Hooligans Ilustrados de la Editorial Libros del KO sabe a qué atenerse cuando cae en sus manos un librito de esa colección: viene a ser un pequeño memoir en el que el autor relaciona su vida con la pasión por el equipo de fútbol del que es hincha. Obviamente en la colección hay libros mejores (el del Castellón y el Sevilla son sensacionales) y peores (el del tipo del Celta es abominable). Éste está escrito por Nacho Carretero, famoso por su obra "Fariña" que ha sido llevada a la pequeña pantalla. Con este libro sobre el Dépor, Carretero cumple perfectamente con lo que el lector espera de estas obritas: anécdotas jugosas y nostalgia sin aburrir.


4. "Las vocales malditas" de Óscar de la Borbolla. 59 páginas.

En este librito (ridículamente pequeño) el autor hace un ejercicio de estilo lingüístico tratando de escribir un relato con palabras que sólo contengan cada una de las vocales del alfabeto. Los relatos con la "a", la "e" y la "o" son aburridos pero pasables. El de la "i" es infame... Pero lo de la "u" es una broma de mal gusto. Que esto se saque a la venta es una vergüenza, ni siquiera la originalidad de la idea (que no lo es tanto porque otros autores lo han hecho antes) salva esta obra de ser una auténtica tomadura de pelo.


5. "Le nuove barzellette su Totti: Raccolte ancora da me" de Francesco Totti. 108 páginas.

De Totti siempre se dijo que era un tipo que no tenía muchas luces... Por eso, aprovechó su fama para sacar un libro de chistes con él de protagonista. El éxito fue absoluto en ventas (ingresos que donó a ONGs) y, como los chistes no se acaban, decidió sacar otro libro que es éste. En general hay mucho chiste malo, pero hay alguno que provoca carcajadas. Lo mejor es cuando aparecen otros personajes también del mundo del fútbol como Cassano (que da mucho juego), Capello o Kaká.


6. "Fight Club 2" de Chuck Palahniuk, Cameron Stewart y David W. Mack. 256 páginas.

La continuación en formato cómic de la fantástica novela de Chuck Palahniuk, "El club de la lucha", se queda en un triste quiero y no puedo. Despojada desde el inicio del mejor giro que tenía la historia original (quién es Tyler Durden) la trama en esta secuela va dando tumbos constantes a base de giros argumentales cada vez más discutibles porque el autor confunde originalidad con absurdez. Para esto era mejor que no hubiera escrito nada.


7. "Los doce nacimientos de Miguel Mármol" de Dani Fano. 210 páginas.

Desconocía completamente de la vida y milagros (esto último es casi literal) del revolucionario salvadoreño Miguel Mármol. Su historia es la del movimiento de liberación de El Salvador en contra de las múltiples dictaduras, la opresión, la carencia de libertad, el caciquismo de los terratenientes... En los múltiples "nacimientos" de Mármol, salidos de la firme mano de Dani Fano, el lector recibe una lección de historia del siglo XX en Centroamérica que nos convendría tener presente.


8. "Daisy Sisters" de Henning Mankell. 511 páginas (e-book).

Esta novela es una de las primeras obras del gran escritor sueco Henning Mankell. En ella ya se vislumbran algunas temáticas que trataría en sus trabajos posteriores: el declive del Estado del bienestar, la relación desigual entre hombres y mujeres, las relaciones entre padres e hijos... A través de dos generaciones de mujeres de la misma familia, y centrando la historia en cómo era la vida de esas mujeres, Mankell nos narra cómo evolucionó la sociedad sueca en el meollo del siglo XX, desde la Segunda Guerra Mundial hasta los años 80, en ese ámbito tan en boga en la actualidad. Lo hace crudamente, sin dejar al lector que se distraiga con cosas superfluas, para que se dé cuenta de que ser mujer ha sido muy duro y no hace mucho tiempo. Sin ser una de sus mejores obras, es un buen libro.