La historia comienza en una sala de juntas o similar de una compañía donde se está llevando a cabo una entrevista de trabajo. Un tipo joven, trajeado y un poco nervioso, responde a las preguntas de tres personas que probablemente pertenezcan al departamento de Recursos Humanos (que por cierto es un nombre de lo más sucio, aunque honesto ya que cada vez más se trata a las personas como cosas, como "recursos"). Se trata de un bufete de abogados y le cuestionan sobre su predisposición a liderar un grupo que se encargue de denuncias que puedan hacerse de manera retrospectiva contra padres por parte de los hijos. Parece curioso, pero lo es aún más cuando dentro de ese tipo de denuncias que puedes pensar que se hagan para casos de malos tratos infantiles, resulta que son para cosas como "no me prestó la suficiente atención". El entrevistado se muestra un poco sorprendido pero, a duras penas, afirma estar de acuerdo e ir para adelante con ello. La entrevista finaliza, el joven sale del edificio y es aquí donde empieza lo bueno.
Resulta que, como ya sucedía en el episodio anterior (recuerdo que los tres episodios de la miniserie "Black Mirror" son independientes) estamos en un futuro cercano o realidad paralela. En este caso lo que sucede es que los seres humanos tienen implantados en el cerebro un aparatito que conectado a la memoria de cada individuo, le permite a éste rememorar lo que ha sucedido previamente (se lo meten a los bebés así que efectivamente puedes observar tooooda tu vida como señala el título). Para poner un ejemplo sencillo, el joven sale de la entrevista y, para evaluar qué tal lo ha hecho, observa una y otra vez (lo puede hacer directamente sobre su propia vista o "volcarlo" en pantallas como de televisión que se encuentran por doquier) las caras de los entrevistadores (por cierto que cumplen estéticamente de cine, dos hombres y una mujer, tres grupos étnicos diferentes...Qué jodidamente políticamente correctos), qué han dicho, si escribían, etc.
Del resto de la historia del joven en cuestión no voy a comentar absolutamente nada, espero que el que se lea esto entienda que bastante he contado ya (aunque sólo hayan sido 3 minutos de los 48 del capítulo). Lo que sí que voy a decir es que los tíos que han hecho esta miniserie son unos putos genios. El nivel de las tres diferentes historias es no sólo increíblemente original, sino que además las tres tramas son compactas y sin fisuras, manteniendo la tensión de la narración hasta los títulos de crédito. Como ya sucedía en la anterior entrega lo que se deja entrever en este capítulo es una crítica feroz hacia el uso abusivo de la tecnología (en el primero fueron los medios de comunicación y un poco la tecnología, en el segundo la tecnología y ciertos programas de televisión y en éste se centran en lo tecnológico), que puede llevar a situaciones que a nosotros ahora nos pueden parecer absurdas e ilógicas, pero que si lo piensas detenidamente no son para nada descabelladas. En resumen, un colofón magnífico para una miniserie de auténtico lujo, más que recomendable yo diría que imprescindible.
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