Como ya dije en el último post, en caso de que me impactara el segundo episodio de "Black Mirror" tanto como el primero ("The National Anthem", qué título más cojonudo visto lo visto) lo comentaría por aquí y la verdad es que así ha sido.
En esta segunda entrega, que como ya comenté es independiente del primer capítulo (el tercero tampoco tiene nada que ver con los otros dos), lo que nos encontramos es con la historia de una realidad distópica (una distopía es una realidad alternativa o un futuro posible visto desde una perspectiva negativa) en la que los seres humanos, vestidos en chandal todo el rato, viven en cubículos hechos de pantallas gigantes de TV, donde los avances tecnológicos están muy desarrollados y los individuos reciben publicidad constante. Lo que realizan durante el día es montar en bicicleta estática para conseguir puntos (los "merits" del título) que luego pueden cambiar por comida, objetos virtuales para el avatar que les representa (sí, como el futuro sea así la cosa va a estar muy malita). En caso de que estén pasaditos de peso (cosa muy negativa por lo que se ve) se dedican a limpiar la basura en vez de darle a la bici.
El protagonista de la historia es un joven al que vemos realizar todas esas actividades que he nombrado antes con parsimonia y bastante dejadez, dando la sensación de estar de vuelta de todo (no me extraña, por otra parte). Dentro de su peculiar lugar de trabajo, escucha cantar en el baño a una compañera y algo se despierta en su interior, algo que hace que la anodina manera de actuar que hemos visto hasta entonces cambie.
La chica canta bien, eso es indudable, y además es mona, lo que evidentemente ayuda. La gracia es que, en este "maravilloso" mundo alternativo, la única manera de salir del coñazo de la bici estática es participar en un concurso de talentos (sí, como esos que echan en la tele, tipo Operación Triunfo, Factor X, Tú sí que vales, etc.) en el que tres jueces (uno de ellos es un ajado Rupert Everett) que cuesta 15 millones de puntos (otra vez el título) y el muchacho decide dárselos a la chica para que participe.
Como es lógico no voy a contar nada más de lo que sucede en el capítulo (he hecho un resumen hasta demasiado amplio del principio de la historia) pero lo que sí que hago es recomendar al 100 % que la gente vea esta serie. Ya dije el otro día que se trataba de un proyecto cuyo objetivo era criticar ferozmente el mal uso de la tecnología y a los medios de comunicación, y creo que en este capítulo (desde un ángulo diferente al del primero) vuelve a suceder. Es simplemente fantástica, casi podríamos decir que imprescindible, recordando a otras obras como "1984", "Un mundo feliz" o "Nosotros".
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