Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

viernes, 28 de octubre de 2011

State of play

Sí amigos volvemos de nuevo al fantástico mundo de las series inglesas, jejeje. Unos días antes de la esperadísima (al menos por mí y por un buen puñado de aficionados) vuelta de Misfits y su tercera temporada (empieza el domingo 30, así que el lunes habrá que bajarse el capítulo sin falta), hoy voy a hablar de otra de esas geniales series que vienen de las islas británicas y tienen tan pocos capítulos. El nombre de la serie es State of play, se emitió en 2003 y llegué a ella de pura casualidad, resulta que estaba leyendo cosas sobre series inglesas en un blog de los que sigo, cuando la nombraron en una lista entre varias que ya había visto y me habían gustado, busqué referencias en uno que seguía (se acabó hace un año) de Hernán Casciari (dentro de poco hablaré de él por aquí, es un máquina) en El País (Espoiler) y me convenció así que la coloqué para bajar. Lo mejor es que cuando ya estaban puestos los capítulos en mi burrito (Dios lo bendiga) descargándose, en el blog de series de El País hicieron un reportaje sobre ella. Esto de las casualidades es algo con lo que todavía me sigo sorprendiendo...Bueno, seguimos.



Esta miniserie de 6 capítulos de más o menos una hora cada uno, comienza con dos muertes aparentemente no relacionadas entre sí: un asesinato de un chaval que se dedica al noble arte de la sustracción de carteras por parte un profesional y el fallecimiento por caída en las vías del metro de una joven que trabajaba en el despacho de un diputado del parlamento británico. A partir de ahí el espectador comienza a ver de qué manera están relacionados los dos fallecidos (que lo están, en caso contrario sería absurdo), gracias a la investigación que empieza a cocerse en el ficiticio periódico The Herald.

El plantel del periódico The Herald

En dicho periódico, el reportero Cal McCaffrey (John Simm) se interesa doblemente por las dos muertes ocurridas, una por motivos profesionales (la del robacarteras) y la otra por motivos personales, ya que la mujer muerta en el metro trabajaba para Stephen Collins (David Morrissey), un diputado laborista para el que McCaffrey hizo de jefe de campaña años atrás. Collins es el máximo responsable del Comité de Energía, que está trabajando en un informe muy importante que puede causar controversia, y además tenía un affaire (qué bonito queda así decir que era un adúltero o que le ponía los cuernos a su mujer) con la fallecida, razón por la cual pasa a ser el centro de todas las noticias. Poco a poco, a través del trabajo de los reporteros del periódico, McCaffrey al frente con Della Smith (Kelly Macdonald) y Dan Foster (James McAvoy) además del empuje del editor Cameron Foster (Bill Nighy) se va desenvolviendo la trama de este auténtico thriller (no esos sucedáneos sin tensión y muchas persecuciones con muchos destrozos que nos vende el cine americano), en el que verdaderamente nada es lo que parece y en el que los personajes principales siempre tienen algo que esconder.

Bueno, y aquí paro porque en caso contrario termino contando qué es lo que pasa y eso sólo lo hago cuando lo que he visto o leído es una mierda como un piano (justo lo contrario que sucede con esta serie). Lo que sí que voy a hacer es dar mi valoración. En primer lugar he de decir que la duración es la justa, no sobra ni un minuto de metraje ni tampoco le falta, se trata de un trabajo medido al milímetro, en el que al espectador se le va dando la dosis justa para que vaya recomponiendo todas las piezas del rompecabezas que le están dando, lo que quiere decir que tanto el argumento como el desarrollo de la trama que tiene el guión son simplemente impecables. En segundo lugar hay que destacar el trabajo de los actores, eso sí, hay que reconocer que, como dice la popular frase "con buena picha bien se jode", ya que el elenco que presenta la serie es formidable: John Simm (poco conocido por estos lares) está sensacional, David Morrissey (con una larga carrera con un montón de pelis pero que seguro que la gente recuerda como el que se zumba a Sharon Stone en Instinto básico 2) parece que es verdaderamente un político con escaño al que han obligado a hacer la serie, Kelly Macdonald (conocídisima por Trainspotting, Gosford Park, No es pais para viejos...Actualmente en la serie Boardwalk Empire que tengo en mi lista de pendientes) está genial con su acentazo escocés y su mano de hierro en guante de seda, James McAvoy (Charles Xavier de joven en la última de los X-Men) lo borda como reportero caradura y listillo, Bill Nighy (el famoso viejo rockero pasado de vueltas de Love Actually, entre otras pelis) da el contrapunto divertido a una historia que no tiene nada de gracioso y (aquí paro porque sino me eternizo) Polly Walker (Atia, la romana putilla de la serie Roma), que hace de la cornuda mujer del diputado, consigue darle una trascendencia a su papel que a priori nadie podría adivinar. En resumen una serie cojonuda, imprescindible para aquellos a los que les apasionen las historias de tensión e intriga.


Una cosa he de decir, que nadie cometa el error de confundir esta serie con la película del mismo nombre que los yanquis decidieron hacer basándose en la serie que comento yo en esta entrada. No la he visto pero la verdad es que tengo la sensación (sí, son prejuicios) de que es una ful de Estambul, y la verdad es que es principalmente por tres razones:

  1. Generalmente cuando nuestros amigos los yanquis copian algo la cagan, bien porque hacen la misma película o serie que copian (algo inexplicable), o directamente porque la transforman violando la idea original.
  2. Me parece harto improbable que lo que la serie de la BBC ha hecho en 6 horas, los yanquis lo finiquiten en dos horillas como mucho, sin que haya una pérdida de calidad.
  3. El reparto de la película  a la hora de compararlo con el de la serie me deja casi sin palabras. Sólo centrándonos en los dos protagonistas, al periodista de raza lo interpreta el inane Russell Crowe (cuya nula capacidad como actor depende exclusivamente de los maquilladores y encargados de vestuario, de si ha engordado o no para el papel o de su corte de pelo, porque carece de expresividad en esa cara de hooligan) y al diputado lo interpreta Ben Affleck (puf, otro "cargado de talento", aunque al menos parece simpático, no como el otro, aunque el porqué de su éxito me parece completamente inefable).

¿Quién encuentra las 7 diferencias?

No hay comentarios:

Publicar un comentario