Bueno, pues tras la mierda de la pandemia nuestras expectativas contigo, 2022, eran bajas, la verdad sea dicha. Que empezamos con el Covid todavía, dando positivo casi hasta Reyes, todo hay que decirlo, pero el resto de tu devenir ha sido normal. Para empezar, ni confinamientos ni Filomenas ni chorradas extrañas, así que en ese sentido no nos podemos quejar.
Estoy más en forma que nunca, la verdad, perdí peso antes del verano y me he mantenido en guarismos del instituto (tela, eh), ojalá que dure. La esgrima y el fitboxing me han ayudado, obviamente. En octubre participé en mi primera competición oficial individual desde hace 28 años, que se dice pronto. Hice el ridículo, ojo, pero al menos lo intenté.
La salud, por tanto, está bien. Aquello que me detectaron no parece que me afecte (toquemos madera) y quitando situaciones puntuales (una lumbalgia aguda en enero y un golpe en el tendón rotuliano de la pierna derecha este mes) estoy bien.
El Estu ganó la Copa de la Princesa (primer título desde el 2000), pero no ascendió. El Madrid me regaló uno de los mejores años de fútbol que recuerdo, con las ya míticas remontadas europeas.
Viajé a Lima, a Múnich (dos veces) y a Caracas por trabajo, y a Atenas, Londres, Bretaña y Normandía por placer.
Mis padres y mi hermana están bien, las abuelitas siguen dando guerra, y mi sobrina es la alegría de la casa. Pronto le daremos alguien con quien jugar, nuestra burbujita, la noticia alegre del año y del que viene (y los siguientes). Compartir algo así es lo más bonito que hay.
Así que lo mejor que puedo hacer es darte las gracias, por la normalidad y por las buenas noticias, y despedirte de buen grado. Esperemos que tu sucesor esté, al menos, a tu altura.
Burbujita y yo te queremos, seguro que serás un padrazo.
ResponderEliminarV