Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

lunes, 16 de abril de 2012

NO ES PAÍS PARA VIEJOS (**) - Mucho Bardem para tan poca historia

Durante unos años participé en el concurso que organiza la Guía del Ocio en Madrid que se llama "¿Quieres ser crítico de cine?". El caso es que estaba ordenando archivos dentro de la carpeta del ordenador y me he topado con varias de ellas y he pensado que ahora que tengo un blog sería buena idea ir publicándolas de vez en cuando (total, para eso tengo un blog, para poner lo que me dé la gana ¿no?). No son muchas (11 ó 12) pero creo que hay alguna que merece la pena (¡abajo la falsa modestia! Jajaja) así que las iré poniendo por aquí cuando me apetezca. He pensado que la mejor que podía publicar para empezar era la crítica que hice sobre la película de No es país para viejos, básicamente porque me he leído el libro hace poco y ya expliqué que, al contrario de lo que me había pasado con la peli, el libro me había encantado. Ahí va la crítica que hice cuando la vi, de la que, por cierto, los asteriscos en el título del post equivalen a la calificación que le puse (de 1 a 5 asteriscos según la Guía del Ocio).


Mucho Bardem para tan poca historia

Como sucede con los grandes autores contemporáneos, como Woody Allen o Clint Eastwood, desde hace algún tiempo se espera con entusiasmo el nuevo trabajo de los hermanos Coen. Su talento como guionistas y directores, mostrado en películas tan diversas como “El gran Lebowski”, “O brother!”, “El gran salto” y, sobre todo, “Fargo”, hace que tanto el público como la crítica sientan avidez de contemplar la última de sus historias. Quizá por la calidad de sus trabajos anteriores, la sensación que deja “No es país para viejos” sea la de una película menor, sin duda alejada del nivel de sus mejores obras.
En esta película, multipremiada en todo tipo de certámenes y festivales, los Coen adaptan la novela homónima de Cormac McCarthy. La historia se desarrolla a principio de los años 80 en la zona fronteriza entre Estados Unidos y Méjico, cuando Llewelyn Moss (Josh Brolin), un excombatiente de Vietnam que se encuentra cazando, se topa por casualidad con una masacre entre traficantes de droga de la que saca una maleta repleta de dinero. A partir de ese momento, la película, una road movie en toda regla, nos muestra una doble persecución: la que sufre este personaje por parte de un psicópata (Javier Bardem) que quiere el dinero y la de ambos por un viejo sheriff (Tommy Lee Jones) que trata de que las aguas vuelvan a su cauce. Con esta síntesis parece, a priori, una película llena de dinamismo y de acción; sin embargo, resulta lenta, con pocos momentos de verdadero argumento y muchos de silencio. Si a esto unimos los tediosos monólogos del sheriff, en vez de acentuar la profundidad de la historia, la narración hace que el espectador tienda a aburrirse, aunque no se sabe si por demérito de los Coen o del escritor de la novela. Donde sí queda clara la calidad de los Coen es en la realización de la película, ya que todo lo que no es el guión resulta perfecto, sobre todo la visión de la América profunda en la que se contextualiza la historia, que queda perfectamente reflejada gracias a una gran ambientación y una excelente fotografía, llena de paisajes áridos y personajes variopintos.
Mención especial se debe hacer, dentro del extraordinario elenco de actores, a la interpretación de Javier Bardem como Anton Chigurh, el desequilibrado asesino armado con una pistola de aire comprimido y que decide la suerte de sus víctimas a cara o cruz. Es probable que el Oscar ganado por el español se deba en parte a los Coen, que perfilaron las características de este personaje muy por encima de los otros de la película, pero sin duda es el talento de Bardem lo que hace que el resultado de la misma sea rescatable.


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