Soy aficionado del Real Madrid Club de Fútbol desde que nací. Mi padre y mis tíos eran hinchas, como su padre lo había sido antes que ellos. Mis primos, más pequeños que yo (soy el mayor de los primos) también son del Madrid. En mi familia nadie es de otro equipo, aunque los haya más o menos apasionados con el fútbol.
Cuando era pequeño, ir a ver partidos al estadio no era barato, pero resultaba un lujo asumible que un padre y un hijo se podían dar 4 ó 5 veces al año. Yo crecí viendo jugar en el Bernabéu al Madrid de la Quinta del Buitre, un conglomerado de los mejores futbolistas españoles (Míchel, Martín Vázquez, Sanchís, Gordillo, Camacho...Y a la cabeza de todos mi favorito, Butragueño) y de los mejores extranjeros (Hugo Sánchez o Schuster, entre otros), un equipo basado en la cantera, que jugaba como los ángeles, ganaba de goleada infinidad de partidos y se llevó varios campeonatos (¿le recuerda esto a alguna situación actual?).
Desde aquella época en la que mi padre y yo íbamos al fútbol con los bocadillos de tortilla francesa con queso y jamón de york que nos preparaba mi madre, me acompaña una idea de lo que significa el Real Madrid. El Madrid era un equipo del que te sentías orgulloso, no sólo porque ganara o por cómo jugara, se trataba de los valores que representaba. Valores como la constancia, la competitividad bien entendida, no dar nunca el partido por perdido pero siempre actuando dentro de la legalidad y el fair-play, etc. Además era un equipo ganador, lo que evidentemente ayuda, de eso no hay duda, pero cuando tocaba reconocer la derrota no existían las excusas y se reconocía al vencedor, "enemigo en la contienda cuando pierde da la mano" (lo dice el himno, el de las mocitas madrileñas, no el coñazo horroroso que perpetraron el de Mecano, Plácido Domingo y Florentino Pérez). No sé si se trata de una idea del Madrid inculcada por mi padre (que creo que piensa parecido a mí) o que transmitía el club entonces, pero esa idea desde luego se ha perdido, o al menos yo no la veo ahora.
Desde la aparición de Johan Cruyff como entrenador del Barça a finales de los 80, el Madrid y el Barcelona se han ido alternando hasta hoy en la consecución de éxitos deportivos (lo que supone también alternarse en grandes crisis), dejando poco margen a los logros de otros equipos (Atlético de Madrid, Valencia o Deportivo de La Coruña, entre otros) lo que no había sucedido nunca. En este periodo, mientras el Barça apostó en general por mantener una manera similar de jugar (con excepciones como la de Robson o Antic), basada en el modo en el que lo hacía el mal llamado Dream Team de Cruyff (así sólo fue el de baloncesto de EE.UU. en los Juegos de Barcelona'92) y que le ha dado sus frutos, el Madrid hizo innumerables cambios, normalmente basándose en apetencias y modas, pero consiguiendo éxitos también. El Barça, en general, ha ganado títulos cuando ha jugado bien, mientras que el Madrid los ha ganado sin necesidad de buen juego, lo que, a mi modo de ver sigue siendo una ventaja (menos estética pero más efectividad) aunque es evidente que cuando juegas bien se te termina recordando.
Sin embargo, mientras en estos años la idea de fútbol y de club del Barça se ha ido afianzando con los años, esta situación de alternancia en la cumbre del fútbol español ha terminado por desquiciar al Madrid, a parte de sus seguidores y, sobre todo, a sus dirigentes. La idea de ser el club más laureado quizá ha calado excesivamente en los presidentes que han pasado por el Madrid, porque se han creído que lo único importante era ganar y que cualquier método valía. El Madrid que yo recuerdo jugaba bien y siempre al ataque, llegando a pitársele en el estadio si el portero tocaba el balón porque los compañeros lo retrasaban, y todo eso pasó a un segundo plano. Llegó Benito Floro, pasó Arsenio, vino Capello (dos veces), estuvo Toshack, entre otros, la mayoría con el sambenito de ser "ganadores" (que es una perogrullada, cómo vas a fichar a un entrenador y decir que no es ganador) pero con una idea de jugar al fútbol muy muy pobre. Sólo la temporada que Valdano ganó la Liga y el fantástico periodo de Vicente Del Bosque los recuerdo como de gran fútbol en muchos partidos. Eso sí, algunos de los que aburrían a las ovejas también ganaron cosas, no se puede negar.
Poco a poco se fue perdiendo en el Madrid la identidad del club en la faceta deportiva, aunque seguían acompañando los títulos...Hasta que llegó Guardiola. Desde entonces, el mejor equipo de fútbol que yo he visto en mi vida, comandados por el mejor jugador de fútbol que yo he visto en mi vida (Messi), lo ha ganado prácticamente todo, con el juego más vistoso y a la vez más efectivo que pueda haber. Y esto ha sido lo que le faltaba a Florentino Pérez, el culpable de la situación en la que nos vemos los madridistas ahora mismo (al menos los que piensan como yo, no sé si muchos). Florentino creyó que el accidente que sufrió el Barcelona con el Inter de Mourinho en las semifinales de la Champions League en 2010 era la señal para reconducir la situación, que ya tenía al hombre que devolvería al Madrid a la cima y al Barça su puesto de eterno segundón.
Pues se equivocó. Se equivocó por varias razones. Porque el Barça ha seguido haciendo lo mismo, jugando de cine y dejándose sólo la Copa del Rey por el camino. Porque el Madrid no ha mejorado su juego (tampoco era el objetivo). Porque mi primo de 14 años sería capaz de dirigir al Madrid actual, plagado de estrellas planetarias, y terminar por ganar algo o quedarse cerca (lo que ha hecho Mourinho). Porque el Madrid había perdido su identidad deportiva pero no la de club señor, y ya hace tiempo que con Mourinho a la cabeza la idea de club señor en el Madrid se quedó aparcada. Porque ahora mismo el Madrid no es el mismo equipo que cuando yo era pequeño.
Gracias a la permisividad con la que Florentino ha tratado todas las acciones que ha hecho Mourinho desde que está en el Madrid, no se ha ganado prácticamente nada (en juego nada y en títulos sólo la Copa del Rey) y sin embargo se han perdido valores del club que yo pensaba que estarían siempre. Ahora siempre hay excusas para las derrotas: "Nos han robado", "han tenido suerte", "hemos fallado mucho"...Pero nunca el rival fue mejor. Ahora, en pos de la victoria, todo vale, y cuando digo todo es todo: Violencia, protestas desaforadas, insultos, provocaciones, etc.
Lo que sucedió el miércoles-jueves pasado (madrugada del 17 al 18 de agosto) en la vuelta de la final de la Supercopa para mí fue la gota que colmó el vaso de mi paciencia como aficionado. He querido, quiero y querré siempre que gane el Madrid, pero si mis jugadores van a comportarse como lo hacen algunos del Madrid actual (sí, pienso en Pepe, pero también en Marcelo o Ramos cuando pierden los papeles), y el entrenador de mi equipo utiliza una lamentable y bochornosa trifulca para pisar la cabeza de un jugador contrario lesionado y en el suelo, además de meterle el dedo en el ojo al segundo entrenador rival (y de montarla en todas las ruedas de prensa cada tres días), me sentiré avergonzado por las victorias si éstas se producen. De nada me sirve que los jugadores rivales se tiren (que lo hacen) o que haya veces en que las decisiones arbitrales decanten la balanza a favor del rival (que las hay), eso nunca fue una excusa en el Madrid ni para justificar la derrota ni para justificar ser violento o mal perdedor, porque éramos un club señor.
Cuando le preguntaban a Florentino en privado por qué fichó a Mourinho, sabiendo lo que se le venía encima al madridismo, respondía que para ganar al Barça y devolver al Madrid al lugar al que pertenece. Creo que Mourinho es un gran entrenador, sabe de fútbol (aunque su idea de cómo jugarlo no me convenza) y es un gran motivador (de eso no hay duda), además de haber conseguido títulos en todos los equipos en los que ha estado (un ganador, jejeje). Sin embargo también creo que el fin no justifica los medios, que no todo vale para ganar (o al menos no era así en el Madrid del que era hincha) y que tener a Mourinho en el Madrid es como si La2 de TVE fichara a Belén Esteban para tener un repunte de audiencia, seguro que la cadena subiría en cuota de espectadores de manera vertiginosa (la telebasura en este país es lo que tiene) pero, ¿qué sería de los valores y de la idea que representa como cadena de televisión La2? ¿Dónde quedarían? ¿Cómo se reinventaría La2 en caso de que Belén Esteban se marchara?
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