Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

viernes, 10 de agosto de 2012

LOS FALSIFICADORES (**) - Una sombra de lo que pudo haber sido


Una sombra de lo que pudo haber sido

La Operación Bernhard o Krüger, fue uno de los mayores actos de falsificación de la Historia. Duró desde 1942 hasta 1945, amparada por el régimen nazi, y fue ejecutada por el coronel Bernhard Krüger de las SS por cuyo nombre se concocía a la operación. La idea consistía en reunir a una serie de especialistas gráficos judíos seleccionados de los campos de concentración para falsificar libras esterlinas y dólares americanos con el objetivo de financiar los costes de la guerra y hundir la economía de los aliados. Lo curioso de esta historia es que, dentro del genocida punto de vista de los nazis, estos prisioneros estaban aislados del resto en una “jaula de oro” en la que eran tratados de manera especial: abundante comida, camas cómodas, atención médica, etc. A partir de este suceso histórico y adaptando (con libertad) las memorias de Alfred Burger (uno de los judíos que formó parte de la operación), el director y guionista austriaco Stefan Ruzowitzky nos muestra la intrahistoria de la falsificación a través de los ojos del personaje protagonista, Salomon Sorowitsch, desde la época en la que éste vive a todo tren a base de estafas en el Berlín prebélico y es detenido por la policía del Reich hasta que, después de varios traslados en los que sobrevive como puede, llega al campo de Sachsenhausen donde el policía que lo detuvo le pone al mando del tinglado de falsificación.


Con el atractivo indudable que guarda a priori el argumento, la película debería ser una de esas obras maestras sobre el Holocausto que surgen cada cierto tiempo como “La lista de Schindler” o “El pianista” y se queda bastante corta. Aún así, resulta algo entretenida por la veracidad de la narración, a la que contribuye el continuo rodaje con cámara al hombro y primeros planos. Además, la puesta en escena es más que correcta (buena recreación de escenarios y vestuario) y la actuación de Karl Markovics como Salomon es de reseñar, pero el nivel de la película no pasa de entretenida y gracias.


La culpa del pobre resultado de la película la tienen el cortísimo metraje, la inadecuada música y, sobre todo, el guión. Las enormes posibilidades que daba una historia como ésta se ven echadas por tierra por un guión mediocre que cae en la torpeza de tratar de tocar muchos palos sin llegar a profundizar en ninguno. De este modo, no se ahonda en las relaciones entre los personajes y en las contradicciones que vive cada uno de ellos, haciendo tan sólo un mero esbozo, con lo que el espectador sale con la sensación amarga de que lo que ha visto no es más que una sombra de lo que pudo haber sido.


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