Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

lunes, 25 de abril de 2022

Impunidad

La Real Academia de la Lengua define la palabra impunidad como cualidad de impune, que, a su vez, se describe como un adjetivo que define algo o alguien que queda sin castigo. Si hay algo que caracteriza los casos más mediáticos ocurridos en España en los últimos meses es que todos y cada uno de sus protagonistas estaban, están y, probablemente, estarán convencidos de gozar de total impunidad. Tomás e Isabel Díaz Ayuso, Luis Medina y Alberto Luceño, Gerard Piqué y Luis Rubiales, todos ellos tienen en común dos cosas fundamentales: están convencidos de que todo lo que hicieron es legal (y está moralmente bien) y que no merecen castigo.

 

Que en pleno auge de una pandemia que asoló el mundo, a la familia Díaz Ayuso le parezca bien que el hermano de la Presidenta de la Comunidad de Madrid se lleve una comisión por mediar en la compra de mascarillas (en realidad, de lo que sea) es sencillamente deleznable. Pero es que ya es reprobable, desde un punto de vista ético, que haga negocio en cualquier momento y situación, porque pone en duda el funcionamiento del sistema, de cómo se realizan negocios y de si se está beneficiando al adjudicatario porque es familiar o amigo. Conflicto de interés, se le llama a esto. Una situación que se aplica no sólo a familiares, sino también a amigos cercanos, como ocurre con el dueño de la empresa adjudicataria en el caso de su hermano, algo que se ha dejado de lado y que sigue siendo igual de sucio.

En esa misma situación, la de la pandemia, aparecen los comisionistas Alberto Luceño y Luis Medina (el hijo del pederasta Duque de Feria, que pasó tiempo en la cárcel por rapto, corrupción de menores y tráfico de drogas). A éstos les pareció estupendo cobrar alrededor de un 45% de comisión sobre una transacción en la que terminaron entregando material sanitario defectuoso. Esto les supuso una entrada de dinero de millones de euros que destinaron a la compra de casas, coches de lujo y demás fruslerías. Lo de estos tipos ya no parece tan legal como lo de Díaz Ayuso (que será legal pero es claramente amoral) y es incluso más sucio desde un punto de vista ético. Si todas estas cosas no eran suficientes, en plena investigación, estos sujetos vacían sus cuentas para que no les embarguen los bienes que (modo irónico ON) con tanto esfuerzo se han ganado (modo irónico OFF). Hieden a cárcel, ambos, y con todas las razones del mundo. Espero que a Luis Medina le reserven la celda de su padre, como se hace con los títulos nobiliarios en este país. Ojo, que no se nos olvide mencionar que el ínclito alcalde de Madrid, el popular (por el partido) Martínez-Almeida también está pringado de algún modo. Su primo medió para que los comisionistas pudieran hacer negocio con el consistorio, que yo me preguntó, ¿por qué el primo del alcalde hace estas cosas? ¿Es algo normal? Pues eso. Pero es que, además de ese raro movimiento del familiar del alcalde, lo que uno se pregunta es si la gestión de la que tanto presume permite que fulanos se lleven millones de euros en altas comisiones en transacciones con la alcaldía, ¿de veras están gestionando bien? ¿Son negligentes, inútiles o se llevan tajada? Porque sólo pueden ser una (o varias) de esas tres opciones. Ahí lo dejo.


Lo más reciente son los audios que El Confidencial le ha pillado al futbolista Gerard Piqué y al presidente de la Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales. En ellos queda claro que ambos desprecian el significado de "conflicto de interés", porque Rubiales negocia con un jugador en activo para que éste se lleve una comisión millonaria por mediar en la organización de una competición (la Supercopa de España) en la que ha participado en las tres ocasiones en las que se ha celebrado. Las explicaciones de ambos no se sostienen de ningún modo, pero al ser un negocio entre particulares con empresas privadas de fondo, no hay nada ilegal en todo esto. Amoral sí, obviamente. No sólo por el conflicto de interés, sino porque Rubiales se lleva más dinero por contrato si el Madrid y el Barça van a Arabia a jugar la Supercopa, ya que los árabes pagan más si van esos equipos y Rubiales tiene un variable en su contrato que depende de los ingresos de la Federación. Eso sí, dada la repercusión mediática que tiene el fútbol, ha sido el caso en el que más han hablado sus protagonistas. Piqué en Twitch con periodistas deportivos (todos pelín flojos porque no dan el nivel) y Rubiales en una rueda de prensa y luego en las cadenas de radio. En ambos casos el que estuvo sublime fue Mr Chip (Alexis Martín Tamayo) que afeó a Piqué meterse en negocios dentro del fútbol siendo partícipe activo (a Trippier lo sancionaron varios partidos porque su cuñado hizo apuestas... ¿Y esto entonces?) y a Rubiales le sacudió donde más duele, recordándole el injustificable despido de Lopetegui el día antes de empezar el Mundial 2018 por una "cuestión de principios" ya que fichó por el Madrid entonces. Se ve que el presidente de la Federación cumple la máxima del refrán castellano "consejos vendo que para mí no tengo". El que venía a limpiar el fútbol español no es más que otro Villar pero versión 2.0, es decir, ingresa más y hace cosas modernas, pero la corrupción y los tejemanejes sucios están a la orden del día igualmente, como ha quedado demostrado con los audios. Eso sí, su rueda de prensa trufada de anécdotas personales y su pobre justificación del porqué se celebra la Supercopa en Arabia dan vergüenza ajena de puro patetismo.

martes, 5 de abril de 2022

Libros Leídos Marzo 2022

Espero recordar el ya pasado mes de marzo como el mes que menos libros he leído en mucho tiempo. Es cierto que me estoy leyendo varios libros a la vez (cuatro ahora mismo), pero también es cierto que he terminado tan solo dos libros en todo marzo. Dos libros. Qué mediocridad. Mis abuelas leen eso en una semana, sin ir más lejos. Los dos libros (uno en español y otro en italiano) fueron una novela y un memoir futbolístico del Mundial de Italia 90. Siguiendo la numeración de libros leídos durante el año, tenemos:

8. "Le nostre notti magiche" de Furio Zara. 240 páginas.

En este libro, el periodista italiano Furio Zara se retrotrae a lo ocurrido en el Mundial de Italia 90. Mezclando hechos con sensaciones personales y viajando en el tiempo (antes y después de ese Mundial), Zara narra cómo fueron esas "noches mágicas" que cantaban Gianna Nannini y Edoardo Bennato en la canción oficial de aquel evento (Un'estate italiana). El autor no hace crónica de lo sucedido, sino que tira más de las emociones vividas porque, obviamente, el libro se centra en el devenir de la selección italiana, que ganó seis partidos y empató uno (el de semifinales contra Argentina que terminaron perdiendo en los penaltis), y que hizo soñar a todo el país. Un bonito ejercicio de nostalgia de aquella época en la que todo estaba a punto de cambiar radicalmente. Es curioso porque me ha recordado a la sensación que había en España con la selección en la pasada Eurocopa 2020.

9. "The Music of Chance" de Paul Auster. 217 páginas (e-book).


Sin ser una de las grandes novelas de Paul Auster, "The Music of Chance" es un buen libro. Contiene, obviamente, algunos de los elementos propios de la obra del escritor estadounidense como el azar, las decisiones que suponen puntos de inflexión, el dinero como metáfora de lo que puedes o no puedes hacer con tu vida, y la que me parece más mágica dentro del universo austeriano, la capacidad de hacer verosímil una historia que, si tratas de hacer una sinopsis, claramente no lo es. Esto último es lo que hace de Auster uno de los grandes talentos literarios de los últimos 40 años. Lo que le va sucediendo a Jim Nashe, ya sea por iniciativa propia o por azar del destino, parece una colección de anécdotas independientes, pero Auster les da linealidad y cohesión, componiendo una historia casi redonda. El único pero, si es que hay uno, es que el final deja excesivas preguntas sin respuesta. No digo que lo estropee, pero si afea el hecho de que el lector se quede con ganas de más y no sea únicamente por la calidad literaria de lo leído, sino por la propia completitud de la historia. En cualquier caso, lo dicho, es un buen libro.

lunes, 4 de abril de 2022

El Estu gana su primer título desde hace 22 años

Han pasado 22 años desde la Copa del Rey de Vitoria, aquella con Reyes de MVP (Alfonso, eh), Azofra, Vandiver y compañía, y el Estudiantes ha jugado desde entonces alguna final (ay, aquella de la ACB que nos levantaron), pero sobre todo partidos por evitar el descenso. Tras muchos "casis", el Estu descendió el año pasado y ahora se lucha por el ascenso... Y por alguna cosa más. Ayer el Estu jugaba por ganar un título, lo ganó y los dementes celebramos un trofeo por primera vez desde Vitoria en el 2000. Pero no fue fácil.

El partido fue un encuentro del Estudiantes de manual. Un primer cuarto sublime, con fluidez en ataque y la mejor defensa que le recuerdo haber visto al equipo (1 punto del Granada en los primeros 5 minutos y medio) para un 23-10 muy claro. En el segundo cuarto, el Granada se enchufó algo más y comenzó a acercarse, pero de nuevo el Estu respondió con buenos ataques y buena defensa, 44-26 al descanso tras un último segundo con triple de Javi Beirán desde el medio del campo. En el Palacio de los Deportes los aficionados estudiantiles nos mirábamos con alegría, un poco de estupor y miedo al tercer cuarto. ¿Miedo? Sí, miedo.

Y es que el Granada no es líder de la LEB por casualidad. Saltó a la cancha con pocos segundos para que terminara el descanso. La bronca del entrenador debió ser monumental, principalmente basada en el nivel defensivo del equipo. Se notó. Vaya que si se notó. La defensa nazarí se situó al borde del reglamento y el Estudiantes se borró del partido, claramente superados por el cambio del rival y que el arbitraje lo permitiera. Un parcial de 0-19 permitió que el Granada se pusiera por delante por primera vez desde el 0-1 inicial, con un 48-49. El Estu se enderezó ligeramente y el cuarto terminó con un 53-52 que mostraba la igualdad que se vería en el desenlace del encuentro.

El último cuarto fue el peor en cuanto a calidad baloncestística y el más emocionante, con pocas ventajas (más del Estu) y muchos errores en los dos equipos. A falta de 3 minutos el Estu comandaba por 6 y manejó esa ventaja más o menos hasta el final, con Álex Urtasun en plan balones a Will (merecido MVP de la final), metiendo cuando más calentaba la bola. A falta de 4 segundos, con 73-70, los árbitros pitaron falta con tres tiros en un tapón de Faggiano a Costa (dudosa como poco) y este último metió los dos primeros y falló el último que se fue fuera. 73-72. Tiempo muerto y balón para el Estu, al que le costó sacar de banda. Nacho Arroyo Varela recibió falta y fue a la línea de tiros libres. Falló el primero. Mal. Falló el segundo (no sé si adrede) y el rebote fue a manos del Granada, que trató de ganar en un tiro similar al de Beirán al descanso que no se acercó al aro. El Club Baloncesto Estudiantes es el campeón de la Copa de la Princesa 2022. Brutal.