Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

viernes, 31 de diciembre de 2021

Adiós 2021...

Hala, tira ya de vuelta por donde viniste que venías de salvador y no te has salvado ni a ti mismo. Todo el mundo tenía sus esperanzas puestas en ti como el año de la vuelta a la normalidad y resulta que nos estás regalando no una ola, sino un tsunami de contagios (el mío incluido, que terminar el año confinado tiene cojones). Y eso sin olvidar que empezaste regalándonos a Filomena.

Aunque es cierto que visto lo visto no me puedo quejar, gracias a la vacuna esto está siendo más leve de lo que muchos otros han pasado y el resto de mi familia no se ha contagiado (quitando a mi hermana que fue asintomática). Además, he seguido haciendo ejercicio regular con la esgrima y el fitboxing, y estoy más o menos en forma (para un cuarentón de estreno como yo). Eso sí, aquello que le detectaron a mi viejo lo tengo yo peor, y veremos cómo acaba. 

Las abuelitas están bien, y eso es algo que tampoco olvido, eh.

Este año he vivido solo pero a medias, y la verdad es que es algo que uno agradece, esa compañía con alguien que te entiende y te soporta (más lo segundo que lo primero).

El trabajo me ha traído sorpresas tan absurdas como no poder salir de la Comunidad de Madrid pero hacer un viaje a un todo incluido en Cancún (el mejor viaje de trabajo de siempre), y cosas feas que prefiero no comentar por aquí. Además me subieron el sueldo en un año malo, y eso es de agradecer.

El Madrid no ganó nada y el Estu descendió. Ahí sí que la cagaste bien, 2021, joderla más es casi imposible. Mejor no digo nada porque me enciendo.

En lo que se refiere a viajes, estuve en Cancún, en la República Dominicana, en Roma viendo la Eurocopa, en Zagreb, en Brujas y en Montevideo como destinos foráneos, y dada la situación tampoco me puedo quejar.

No sé, has tenido luces y sombras, no sabría si calificarte como año bueno o malo a priori... Pero es que eres el año que me trajo a mi sobrina Adriana, y ya con eso es imposible decir que seas malo, a lo mejor bueno del todo no, pero eres inolvidable por darme semejante regalo.

Bueno, es hora de que partas ya y dejes que venga el siguiente, a ver si te deja a la altura del betún y no juega con nuestras esperanzas. Ciao pescao.



viernes, 10 de diciembre de 2021

"Eduardo" de Travis Birds

Hoy es viernes y toca canción. Concretamente, "Eduardo", canción compuesta e interpretada por la cantante madrileña Travis Birds, perteneciente al disco Año X de 2016. Curiosamente ese disco lo sacó esta joven artista (más joven entonces) a través de micro mecenazgo, y no fue hasta un par de años después cuando comienza a ser conocida, primero por una canción en una serie de Movistar+ (El embarcadero) y luego por una versión de 19 días y 500 noches muy particular.


"Eduardo" es una de esas canciones que, cuando comienzas a escucharlas, no parecen decirte nada, y que es tras unas estrofas cuando te zambulles en la historia que cuenta. A partir de ahí es cuando sucede el enganche. De repente te ves escuchándola otra vez, ya no sólo por el giro que tiene, sino porque sientes la necesidad de aprenderte la letra. Y luego viene la reverberación mental que hace que te encuentres tarareándola horas (o días) después. Un temazo, vaya.

Como siempre, pongo un par de vídeos y luego la letra de la canción. A disfrutarla todos (menos Celia)...

 

 


Por debajo del mantel

Celia le metía mano a la hora del pastel

Eduardo estaba acojonado

no hay nada mejor que ver

que tienes un gatillazo

para darte cuenta de

que ella no te gusta nada

ella no te gusta nada

Pero en mitad de la pista

bailaba el primo de Celia

con una camisa lila

y una pajarita negra

actitud desenfadada

elegante y colorista

de repente para Eduardo

él era el rey de la pista

Suave suave le conquista

Suave suave le conquista

Dulce dulce su sonrisa

Oooohhh

Y los padres de la novia

gritando que hable Eduardo

Y el hermano de la novia

grita que hable mi cuñado

Y así Eduardo se levanta

alza su copa de vino

Y mirando a su cuñado

dijo

a mí me gusta tu primo

Suave suave me conquista

Suave suave me conquista

Dulce dulce su sonrisa

viernes, 3 de diciembre de 2021

Libros Leídos Noviembre 2021

Ya estamos casi en el puente de diciembre y todavía no hemos hecho reseña de las (pobres) lecturas del mes de noviembre. Han sido cuatro míseros libros (dos en español y dos en italiano), de los cuales dos fueron cómics, uno un memoir futbolero y el otro un libro de relatos. Siguiendo con la numeración de libros leídos durante el año, tenemos:

43. "Aviones y verbenas" de Usuario Arroba (David Acosta Conde). 176 páginas.

Usuario Arroba es una institución en la parte futbolera de Twitter en España. Su afición al Getafe y a Romeo Nyom son conocidas por cualquiera que esté en la red social y siga el deporte rey con fruición (como yo). Por eso este memoir futbolístico encargado por los geniales editores de Libros del KO en su maravillosa colección Hooligans Ilustrados no defrauda nada. David Acosta, que ese es su verdadero nombre, cumple con lo prometido a la perfección: resumen histórico del devenir de su equipo desde el origen y paralelismo personal en el seguimiento como aficionado. Lo hizo Hornby el primero, y sigue funcionando si se cumple la principal condición del éxito: conectar con la historia incluso si el equipo del que habla no te cae simpático. 


 

44. Perché dollari? de Marco Vichi. 253 páginas (e-book).

 En este libro, Marco Vichi reúne cuatro relatos largos con trasfondo de "giallo" e historias independientes. La primera, que nombre al libro, tiene como protagonista al personaje fetiche de Vichi, el comisario Bordelli, que se ve envuelto en la fuga de miembros de una organización clandestina, una historia curiosa y a la vez costumbrista, con el trasfondo de la Florencia de finales de los años 50 del siglo XX. En "Reparto macelleria", el autor cuenta la historia de un antiguo partisano que se encuentra, muchos años después al nazi que lo torturó en la II Guerra Mundial. En "Il portafogli" nos encontramos un relato digno de "El proceso" de Kafka, con un pobre hombre injustamente acusado de un robo y que va sufriendo desgracia tras desgracia. Y para terminar, "Tradimento", quizás la más floja de las historias, en la que se cuenta una operación de tráfico de drogas desde la perspectiva de un infiltrado de la policía. Un libro entretenido y bastante bueno.


45. "Astérix tras las huellas del Grifo" de Jean-Yves Ferri y Didier Conrad. 48 páginas.

Ésta es ya la quinta historia de Astérix sin Uderzo (a Goscinny lo perdimos hace mucho tiempo, tristemente) y Jean-Yves Ferri y Didier Conrad, los autores de estas últimas entregas, lo están haciendo bastante bien. En este caso, Astérix y su inseparable Obélix andan tras las huellas de un ser mitológico en la zona que los romanos señalaban como habitada por bárbaros (el actual Este de Europa), no tanto por la aventura en sí, sino para ayudar a un chamán amigo del druida Panorámix. El cómic es entretenido, tiene guiños clásicos de la colección y las situaciones de comedia también son buenas.


46. "Sara" de Garth Ennis. 163 páginas.

De las muchas historias míticas de la II Guerra Mundial, el dúo formado por Garth Ennis y Steve Epting ha decidido contar la de las francotiradoras soviéticas, centrándola en el personaje que da título a la obra. Sara y sus compañeras luchan en el frente contra los nazis en el segundo invierno tras la entrada en la guerra de los soviéticos en 1941. Si bien vemos el devenir del grupo de forma lineal, a través de numerosos flashbacks los autores profundizan en la figura de Sara, y es quizás eso lo que engrandece el relato. La parte de la lucha contra los nazis, de la labor de un francotirador y de cómo se desarrolló la guerra en ese momento en el lado soviético es interesante, pero el contrapunto individual que te hace ver que no todo es blanco o negro, es lo que hace completa a esta obra. Aprovecho para agradecérselo a mi amigo P., que compró el cómic en italiano sin querer...

 


lunes, 15 de noviembre de 2021

España jugará el Mundial de Qatar... ¿Con opciones?

 Costó, pero la clasificación llegó. España estará en el Mundial de Qatar que se jugará dentro de un año por estas fechas, y lo hará tras batir a Suecia anoche con un trabajado 1-0. La selección de Luis Enrique, que en algunas jornadas de clasificación se veía abocada a jugar la repesca, se vio beneficiada por el traspiés de los suecos contra Georgia el pasado jueves y ayer le valía hasta el empate. Se ganó y se respiró aliviado, como bien confirmó el seleccionador asturiano tras el partido.

El partido fue complicado, no sólo por el riesgo del tropezón que te llevara a la repesca, sino porque enfrente el rival era serio, no en vano los suecos ya nos empataron en la Eurocopa en el mismo escenario que anoche y nos ganaron en su casa en septiembre. Los jugadores españoles dominaron el balón, pero no el partido, ya que, si bien el porcentaje de posesión estuvo rondando el 70-30 a nuestro favor, las principales ocasiones fueron del lado sueco. Se jugaba a lo que quería Suecia, que estaba agazapada atrás y confiaba su suerte a cazar una contra que condujera Forsberg o Kulusevski y culminara Isak. España tenía el balón pero nula profundidad. Al descanso lo mejor era el resultado, que nos mandaba directos a Qatar.

La segunda parte empezó siendo más de lo mismo, con algún atolondramiento de Azpilicueta y algún riesgo de más por parte de Unai Simón, pero con el devenir del partido y, sobre todo, los cambios en ambos equipos, el encuentro se fue decantando del lado español. La entrada de Morata revitalizó el frente de ataque (Raúl de Tomás estuvo inadvertido) y que salieran del campo los tres mejores atacantes suecos allanó el peligro.

En los últimos minutos Suecia estaba volcada a que Ibrahimovic (que entró a falta de 25 minutos) peinara o rematara algo, mientras que España trataba de aprovechar algún contraataque. Pasó lo segundo, con un tirazo de Dani Olmo que Olsen mandó al larguero pero que dejó franca la bola para que Morata definiera con tremenda clase el 1-0. Quién sabe si esa frialdad del delantero madrileño se debió a que pensaba que estaba en fuera de juego, pero el caso es que el gol subió al marcador con justicia. De ahí al final no pasó nada, y España celebró la clasificación al Mundial como hacía mucho tiempo que no hacía (casi desde aquel gol de Hierro hace 28 años en la misma ciudad).

Ahora bien, ¿a qué aspira la selección?

Ayer trataba de pensar en cuál de los jugadores de nuestra selección es el mejor o está entre los 4 o 5 mejores en su puesto, y no se me ocurría ninguno. La mayoría de nuestros futbolistas son el segundo o el tercer escalón en importancia en sus equipos, buenos jugadores pero no cracks de los que marcan diferencias. Apuntaba Luis Enrique que Morata es el paradigma de la selección y no puedo estar más de acuerdo. Morata es un buen jugador, tiene grandes condiciones, juega en un gran equipo, y es capaz de grandes goles y jugadas... Y también de grandes pifias.

Nuestra selección está compuesta por un grupo de buenos jugadores, pero ninguno destaca, y quizás debamos ver eso como una fortaleza en vez de una debilidad. Si sabemos explotar esa sensación de equipo, de nadie es mejor que nadie, quizás en un torneo corto, donde las eventualidades te pueden marcar (en forma de lesiones, por ejemplo), nuestra selección tenga una ventaja. Eso sí, debemos mejorar en una cosa de manera urgente, y es la sensación de fragilidad defensiva. Tenemos mandíbula de cristal, y eso es peligroso porque sin ser resolutivos delante (que no lo somos) garantizar el cero en nuestra puerta debería ser obligación. Si conseguimos asentar al central que acompañe a Laporte y que los medios acompañen en tareas defensivas tendremos la mitad del trabajo hecho. Veremos qué pasa de aquí a un año, y cómo llegamos entonces, por de pronto ya sabemos que los nuestros estarán en Qatar.



miércoles, 3 de noviembre de 2021

Libros Leídos Octubre 2021

El puente de todos los Santos pasó y ya es hora de hacer reseña de lo leído en el décimo mes del año. La pandemia llegó y lo trastocó casi todo, como mi costumbre de leer un libro en inglés y otro en italiano al mes, básicamente porque he leído mucho menos (al ir en coche al trabajo y no en metro) y me ha resultado casi imposible. Esto aplica al mes de octubre, en el que he leído tres tristes libros (dos en español y uno en inglés), de los cuales dos fueron cómics y el otro una novela. Unos números bastante pobres, la verdad sea dicha. Siguiendo con la numeración de los libros leídos durante el año, tenemos:

40. "Queridos niños" de David Trueba. 464 páginas.

Queridos niños es la forma sarcástica en la que el protagonista de este libro, Basilio, se refiere a los votantes del país. Y es que Basilio es la persona que le escribe los discursos a Amelia Tomás, la candidata de un partido de centro-derecha (un trasunto del PP) que se presenta a las elecciones generales. De este modo, a través de la narración de Basilio, el lector sigue el devenir de las tres semanas de campaña por toda España y de quienes participan en ella. El resultado es casi más un documental que una novela, porque lo que se lee recuerda directamente al tipo de cosas que nos encontramos cada vez que los entresijos de la política salen a la luz. La historia está narrada con buen ritmo, con pequeñas subtramas entretenidas y con un tono deslenguado, cínico y mordaz (el de su protagonista) que no deja indiferente. Además, como querido niño, digo, como votante, uno reflexiona según lee sobre cómo nuestros representantes nos usan a su antojo y manejan los hilos para ostentar el poder, lo único que realmente les interesa. Probablemente sea el mejor libro de Trueba, así que es un verdadero placer que me lo firmara en la pasada Feria del Libro de Madrid.


41. "Planetary: Libro Dos" de Warren Ellis. 440 páginas.

Segunda recopilación de los cómics de la serie Planetary, en los que, a través de las aventuras de Elijah Snow, Jakita Wagner y El Batería, miembros de la sociedad que da título al cómic y encargados de desentrañar los secretos del mundo como peculiares arqueólogos. Peculiares porque lo que se encuentra el lector son guiños a toda la cultura pop del siglo XX, centrados principalmente en los superhéroes de Marvel y, en este caso, DC. Una obra interesante y entretenida.


42. "Venom by Donny Cates, Vol. 1 Rex" de Donny Cates. 136 páginas (tablet).

En esta recopilación de cómics de Venom, el villano de Marvel que convive con un malévolo parásito alienígena que le da sus poderes, el lector conoce los orígenes del simbionte y el temible enemigo que se encuentra detrás de toda la historia. La violencia, la oscuridad y esa relación entre el bien y el mal que caracteriza al personaje se ven bien reflejados, y se lee rápido, pero obviamente no te cambia la vida.


 

jueves, 7 de octubre de 2021

Libros Leídos Septiembre 2021

 Septiembre se acabó ya hace una semana y ya vamos tarde con las reseñas de lo leído en el odiado mes de vuelta al trabajo. Han sido un total de cuatro tristes libros (tres en español y uno en italiano) de los cuales tres fueron cómics y uno una recopilación de cartas. Si seguimos la numeración de libros leídos durante el año, tenemos:

36. "Crónicas del linfoma" de José Comas. 152 páginas.

En este libro se recopilan las crónicas y cartas que envió el periodista de El País, José Comas, a su grupo de amigos (denominado el Cuerpo Místico) tras serle detectado un linfoma. Comas describe de manera directa y cruda, pero con un sentido del humor (negro) muy particular, cómo se desarrolló esa lucha contra el cáncer hasta que su cuerpo dijo basta. Es un libro que nos hace reflexionar sobre el amor a la vida y a los allegados, sobre cómo vivir la muerte con dignidad cuando lo pierdes todo excepto la dignidad y el amor de los tuyos, sobre la importancia de la Sanidad pública, y muchas cosas más. En definitiva, un libro necesario, de pura humanidad, al que llegué gracias a una recomendación en antena de Enric González en el programa de la SER "A vivir que son dos días".

37. "Il mondo moderno" de Gipi. 225 páginas.

Este libro es una recopilación de publicaciones breves del historietista italiano Gipi en diferentes medios. Si bien el estilo del "fumettista" se ve constante en todas sus historias, la calidad de las mismas difiere. Hay algún relato de los iniciales (los de género negro, principalmente) francamente bueno, y, sin embargo, el nivel va bajando según se avanza en el volumen (el de las Ardenas es terrible) y la sensación es agridulce. Un 5 sobre 10 sería mi nota.

38. "Justin" de Nadar y Julien Frey. 200 páginas.

El STO (Service du travail obligatoire) fue un servicio de trabajo obligatorio que, durante la II Guerra Mundial, el gobierno colaboracionista de Vichy creó para trasladar a Alemania a miles de jóvenes franceses para trabajar en sus fábricas. Uno de esos más de 600.000 franceses fue Justin, el abuelo de la mujer de Julien Frey, y que protagoniza esta historia. Los STO fueron casi prisioneros de guerra y, sin embargo, se les trató casi como colaboracionistas, quedando en un desamparo total por parte de sus compatriotas. Este cómic ayuda a conocer cómo fue su historia y ya sólo por eso resulta interesante, pero también es curioso el propio devenir personal de Justin, tanto en la Guerra como en toda su vida. Interesante. 

39. "Crónicas de juventud" de Guy Delisle. 144 páginas.

Conocido por sus libros de crónicas personales en Asia (Pyongyang, Shenzhen, Birmania y Jerusalén), ya fuera por motivos profesionales o personales (su mujer trabajaba en Médicos Sin Fronteras), Guy Delisle describe en este nuevo cómic sus experiencias como trabajador sin cualificación en una fábrica de papel, en los veranos mientras estudiaba. En esa misma fábrica trabajaba su padre como delineante, y es, quizás, esa parte la que menos explota en sus historias y la más interesante, ya que no vivía con él y la relación no era especialmente cercana. Es cierto que mantiene la línea de personaje sencillo (que no simple) que afronta con curiosidad y normalidad lo que le va ocurriendo, pero la historia no alcanza el nivel de sus libros de crónicas anteriores.

lunes, 6 de septiembre de 2021

Libros Leídos Julio-Agosto 2021

Lo de agosto ha sido tan brutal que no he escrito nada de nada, así que me veo obligado a hacer en este post el análisis acumulado de julio y de agosto en cuanto a lecturas se refiere. Sorprendentemente, como en agosto he leído más que en el resto del año (seis libros) el total ha sido decente, 10 libros (7 en español, dos en inglés y uno en italiano) de los cuales ha habido cuatro novelas, dos crónicas, dos recopilaciones de artículos, un libro de cuentos y un cómic. Siguiendo con la numeración de libros leídos durante el año, tenemos:

26. "El director" de David Jiménez. 296 páginas (e-book).

En "El director", el periodista David Jiménez hace una crónica de su experiencia como director del periódico El Mundo, desde que fueron a buscarlo a Nueva York hasta que llegó un acuerdo por despido improcedente un año después. Entre medias, usando motes para no poner los nombres reales (El Cardenal, la Digna, el Secretario...) desgrana todas las intrigas palaciegas de lucha de poder que hubo en su diario y que seguro de pueden extrapolar a cualquier medio de similares características. Sólo con que la mitad de lo que cuenta fuera verdad, ya sería gravísimo. El único pero que le pongo es que, aunque lo entiendo, el tipo se pone a sí mismo como el adalid del periodismo, reconociendo pocos errores y siendo éstos nimios, pero justificando ir en contra de la huelga que se acordó porque decía que era lo mejor para la plantilla. Ese tufillo de falsa honestidad sobrevuela todo el libro cuando a él se refiere, pero el resto de lo que narra es perfectamente creíble. Y asusta. Muy recomendable su lectura. 


27. "El hijo del chófer" de Jordi Amat. 256 páginas (e-book).

El chófer al que hace referencia el título era el hombre que ejercía casi de asistente personal de Josep Pla. Ese hombre era el padre de Alfons Quintà. Quintà fue periodista, abogado y, sobre todo, pieza clave para entender la política y el poder mediático en Cataluña desde la transición hasta la explosión del Procés. Quintà terminó sus días matando a su pareja y suicidándose, pero no es ese el único lugar oscuro de su trayectoria, sino más bien la cúspide de su maldad. En paralelo a la singular y cruda biografía de Quintà, Jordi Amat describe todo el entramado de corrupción política del pujolismo, empezando por el enriquecimiento ilícito de Florenci, el padre de Jordi Pujol, el caso de Banxa Catalana o la creación de esa arma mediática que ha sido TV3. Es un libro que se lee de manera ágil y que sorprende incluso al lector más informado, además de que ilustra claramente de dónde viene el Procés.


28. "Nos cansamos de vivir bien. La otra cara del Procés" de Albert Soler. 308 páginas.

Del mismo modo que la aldea gala de Astérix resiste frente a los romanos, Albert Soler resiste firmemente a las embestidas del Procés y sus acólitos, presentando una columna detrás de otra en el Diari de Girona (capital del lacismo) en las que se mofa con humor negro y socarrón de todas las tonterías que hacen los indepes. Las cosas que cuenta Soler en sus columnas parecen sacadas directamente de "Sin noticias de Gurb" de Eduardo Mendoza, porque parecen igual de absurdas que las historias que el extraterrestre del escritor barcelonés relataba en su diario. Lo más curioso de lo que denuncia Soler es la falta de sentido común en la cantidad de acciones que realizan los del lazo amarillo, la manipulación burda y la propaganda sin sentido, dejando claro que todo el movimiento es una estafa realizada por engañabobos. Muy divertido.


29. "La bella stagione" de Domenico Baccalario y entrevistas de Massimo Prosperi. 252 páginas.

El mítico Scudetto (campeonato de Liga italiano, llamado así por el derecho a portar un escudo con la bandera de Italia en la camiseta la temporada siguiente) de la Sampdoria en la temporada 1990-91 contado como nunca se ha hecho, a camino entre una crónica y un diario, con diálogos que parecen de novela pero con los protagonistas absolutos de aquel título. En el título se destaca a "i gemelli del gol", Gianluca Vialli y Roberto Mancini, pero en aquel equipo, dirigido por el mítico Vujadin Boskov, estaban también Pagliuca, Vierchowood, Lombardo o Toninho Cerezo. No se trata del típico compendio de mensajes de victoria sacados de un manual New Age, las anécdotas son muy divertidas y, en muchos casos, sorprendentemente explícitas. Además, aquel título se produjo en la Liga más poderosa del mundo en aquel momento (el Milan de los holandeses, el Inter de los alemanes, la Juve de Baggio, el Nápoles de Maradona...) con lo que los nombres que van surgiendo son para todos conocidos. Un buen libro para los amantes del fútbol. Ah, y curiosamente este verano Mancini y Vialli se resarcieron de lo ocurrido en Wembley un año después del Scudetto.


30. "In the Country of Last Things" de Paul Auster. 188 páginas (e-book).

Leí esta novela de Paul Auster hará al menos 15 años, y no recordaba nada más que era la historia de una chica que iba a buscar a su hermano que había desaparecido tras haberse ido de corresponsal a un país que se estaba cayendo a pedazos. Pues bien, ese es el comienzo, lo que quiere decir que no recordaba nada. La historia de Anna Blume (ese es el nombre de la chica) viene en forma de carta larga, de narración en primera persona (un clásico de Auster) y es una muy buena novela. Y lo es porque se mantiene sorprendentemente vigente, ya que la descripción de cómo un país se va a la mierda y cómo reaccionan sus habitantes ante la miseria, la escasez y la lucha por la vida, podría aplicarse a lo que ahora tristemente vamos a ver en Afganistán y hemos visto en otros sitios desde hace años. Le falta alguna cosa en la trama que haga que la historia sea redonda, pero, sin duda, se trata de un gran libro.


31. "Contrapaso. Los hijos de los otros" de Teresa Valero. 152 páginas.

Una deliciosa sorpresa, ese sería el resumen perfecto de la lectura de este cómic. Teresa Valero construye una historia noir a través de personajes bien definidos y para nada estereotipados, con dos periodistas antagónicos y una dibujante a la cabeza. La trama engancha y es creíble, la documentación para soportar la historia ha sido minuciosa, los dibujos son fantásticos y la ambientación es inmejorable. Es de esas veces en las que, como si de una serie se tratase, te gustaría rápido empezar un nuevo capítulo. Un librazo.


32. "El calentamiento global" de Daniel Ruiz. 384 páginas (e-book).

Daniel Ruiz traza en esta novela una trama de personajes cruzados (el director de responsabilidad social corporativa de una empresa petrolera, una cantante, una activista, un gañán de pueblo...) que describen una foto de nuestra sociedad fácilmente reconocible. La historia comienza con un accidente laboral de un trabajador de la ficticia Oilgás en un pueblo del litoral, lo que se convierte en el desencadenante de todos los acontecimientos que se describen en el libro. Como si de una secuela de "La gran ola" se tratase, aunque con diferentes personajes, Ruiz vuelve a desgranar con precisión los mecanismos de hipocresía y lenguaje opaco que se manejan en las grandes empresas y cómo éstas manejan las situaciones "hostiles". Una buena novela.


33. "Territorios improbables: Historias sobre lugares que (casi) no sabías que existían" de Pedro Torrijos. 336 páginas.

Pedro Torrijos es arquitecto y músico, pero, por encima de cualquier otra cosa, es un excelente divulgador. Los jueves, en Twitter (sí, en Twitter) traza hilos contando historias que parecen inverosímiles sobre lugares ignotos que están cerca y lejos, pero que siempre cautivan al que las lee. En este maravilloso libro aparecen algunas de esas historias, obviamente con cambios en el formato, pero manteniendo la frescura y el lenguaje directo al lector que engancha de sus hilos #LaBrasaTorrijos. Sólo pondría un pero: me gustaría que hubiera más fotos de los sitios que describe (aunque entiendo perfectamente que eso sea inviable por motivos de formato y derechos). Una gozada, lean a Pedro Torrijos.


34. "Cómo dejar de escribir" de Esther García Llovet. 136 páginas (e-book).

Lo mejor que se puede decir de este libro es que es corto. Normalmente no releo las sinopsis tras haber leído un libro, pero tenía curiosidad por leer el resumen de esta novela. Pues bien, la sinopsis promete una linealidad inexistente en el libro. Se supone que el protagonista, el hijo de un famoso escritor latinoamericano de éxito, busca por Madrid el último manuscrito de su padre con la ayuda de un par de personajes pintorescos. La realidad es que lo escrito por García Llovet es un amalgama de frases de 10.000 dólares inconexas entre sí (no todos tienen el talento de Jabois) sobre un jovencito que pulula por Madrid en agosto. La trama es inexistente y el devenir de lo narrado mediocre en el mejor de los casos. Da la sensación de que ni siquiera la autora sabe qué es lo que quiere contar (si es que hay algo que quiera contar). Una muy mala novela.


35. "Free-Range Chickens" de Simon Rich. 144 páginas (e-book).

Buen libro de chistes y situaciones paródicas escrito por Simon Rich. Como en el resto de libros del autor neoyorquino, las bromas tienen mucha relación con la vida cotidiana (niños creciendo, adolescentes, trabajo), las relaciones interpersonales y la religión (el Dios que plantea Rich es francamente divertido). Un libro fantástico para leer en la playa.


 

viernes, 20 de agosto de 2021

Diez años sin tener billete

Resulta rápido decirlo, pero ya son diez años los que llevo escribiendo mis tonterías por aquí. No es que haya escrito mis memorias ni mucho menos, pero al final son 547 posts (incluyendo éste) en esta década. Eso significa que cada año, de media, he publicado casi 55 reflexiones, análisis, canciones, críticas o chorradas directamente. No está mal, aunque en realidad sé que el grueso de todo lo publicado sea de la primera época del blog, cuando lo comencé.


Lo he contado muchas veces por aquí, no es novedad, pero lo repito: a mí me salvó este blog. En una época en la que no podía hablar con nadie, no porque no tuviera con quién, sino porque no era capaz de hacerlo, tener este blog me sirvió como vía de escape durante un largo tiempo en el que lo pasé francamente mal. Escribía para mí, no para que nadie me leyera. Y es que esa era la razón principal del blog, y lo sigue siendo. Necesito escribir, y volcar negro sobre blanco lo que me pase por la cabeza, nunca publico nada obligado, porque mi nivel de auto-exigencia está claro: sólo escribo cuando quiero y puedo, nadie me paga por esto y lo hago por placer (o necesidad) así que hay épocas en las que apenas escribo (el mes de agosto, por las vacaciones, por ejemplo) y otras en las que estoy a tope por el motivo que sea (los artículos de la Eurocopa pasada, que me ha encantado escribirlos). Eso sí, lo que sí que hago fielmente es hacer reseña de lo leído durante el mes, aunque en realidad es algo que ordeno, porque ya tengo escrito previamente (lo hago al terminar cada libro).


Soy Rísquez y llevo diez años sin tener billete...

jueves, 15 de julio de 2021

Una dulce condena... Rísquez, 40 años y un día

Ayer fue mi cumpleaños y celebré números redondos: 40 castañas. No lo he analizado con perspectiva, no sé si porque no veo excesiva singularidad en cambiar el dígito o porque ya llevo tiempo con la idea en la cabeza de que quizás esté rondando la mitad de este camino que es la vida. El caso es que no me siento tan joven como lo hacía hace no tantos años, ni tan viejo como veo a gente unos años mayor. Es algo raro.

Fue un día medio normal y medio especial, fui a trabajar pero comí con mi familia (incluida mi encantadora sobrinita), la tarde me la tomé jugando a la consola (nada que me reclamara del trabajo) y luego me fui a esgrima. Terminé el día con V., cenando en un sitio molón y recibiendo una preciosidad de homenaje por la edad que cumplía, incluyendo regalos muy muy chulos. Me gustó cómo fue, sin grandes fastos pero con detalles especiales. 


 

El caso es que es la primera vez desde que tengo el blog que no escribo algo para mi cumple antes de que se produzca, y cuando me he querido dar cuenta ya era el día siguiente. Y me digo, 40 años y un día, coño, suena como a condena. Pero claro, de ser una condena, será una buena, una dulce condena... Como la canción de Los Rodríguez. Así que ahí va un clásico del pop-rock en español escrita por dos genios como Andrés Calamaro y Ariel Rot. Como siempre, vídeos y luego letra. Feliz cumpleaños... Para mí.




Cada vez que toco un poco fondo
Cada vez que el tiempo vuela
Un recuerdo más que pasajero
Otra ilusión que llega
Cada corazón merece una oportunidad
Y está perdida sola en medio de la ciudad
Soy el que lo piensa por los dos
Hasta que sale el sol
Cada sensación o sentir vulgar
Una sola cosa, un solo lugar
Un recuerdo más que pasajero
Será como empezar otra vez de cero
Cada corazón merece una oportunidad
Y está perdida sola en medio de la ciudad
Soy el que lo piensa por los dos
Hasta que sale el sol
No importa el problema
No importa la solución
Me quedo con lo poco que queda
Entero en el corazón
Me gustan los problemas
No existe otra explicación
Esta sí es una dulce condena, ah-ah
Cada vez que toco un poco fondo
Cada vez que el tiempo vuela
Un recuerdo más que pasajero
Otra ilusión que llega
Cada corazón merece una oportunidad
Y está perdida sola en medio de la ciudad
Soy el que lo piensa por los dos
Hasta que sale el sol
No importa el problema
No importa la solución
Me quedo con lo poco que queda
Entero en el corazón
Me gustan los problemas
No existe otra explicación
Esta sí es una dulce condena
Una dulce rendición, uh-uh, uh
Cada sensación o sentir vulgar
Una sola cosa, un sólo lugar
Un recuerdo más que pasajero
Será como empezar otra vez de cero
Cada corazón merece una oportunidad
Y está perdida sola en medio de la ciudad
Soy el que lo piensa por los dos
Hasta que sale el sol
Soy el que lo piensa por los dos
Hasta que sale el sol
No importa el problema
No importa la solución
Me quedo con lo poco que queda
Entero en el corazón
Me gustan los problemas
No existe otra explicación
Esta sí es una dulce condena
Una dulce rendición, uh-uh-uh-uh-uh
Me quedo con lo poco que queda
Entero en el corazón, uh, uh, uh
Me quedo con lo poco que queda
Entero en el corazón

lunes, 12 de julio de 2021

Final de la Eurocopa: It's coming... Rome

Llegó el fin de fiesta de la Eurocopa y lo hizo con los dos mejores equipos del torneo, ambos invictos (5-1-0 para Italia y 4-2-0 para Inglaterra) pero con una trayectoria dispar en cuanto a los rivales enfrentados (Inglaterra sólo ha jugado contra una selección de primer nivel en horas bajas como Alemania, mientras que Italia venía de eliminar a Bélgica y a España). La final se disputaba en Wembley, como las semifinales y todos los partidos de Inglaterra quitando el de Cuartos de final, y todo parecía predestinado para que la tonadilla de la canción de la Eurocopa de 1996 (It's coming home) se volviera realidad. Pero no, en realidad, It's coming... Rome (valga el juego de palabras).

El partido empezó con gol inglés, algo que volvió loco a los 60.000 espectadores (muchos ya venían algo tocados de la previa, no hay nada más que ver algunos vídeos) y dejó estupefactos a los jugadores italianos. No sé cuál sería el plan de Italia a la hora de afrontar el partido, pero estaba claro que a partir del gol de Luke Shaw sólo había un camino:buscar sin miedo el área rival. Sin embargo, por la inercia del gol y, probablemente, por el plan táctico de Southgate, los ingleses dominaron unos minutos más y acumularon tres o cuatro llegadas de cierto peligro, todas ellas con un mismo patrón: Kane haciendo de falso nueve como Olmo en Semifinales, recibiendo cerca del campo y abriendo a la banda (preferiblemente la cubierta por Emerson) y buscando el hueco abierto por la salida de los centrales a cubrir a Kane. Obviamente no era un plan tan dominador como el de España, ya que Inglaterra salió con tres centrales y dos carrileros, pero se veía cierta idea de cómo buscar la debilidad de la defensa italiana. Pero esto duró hasta el minuto 25 o 30. Ahí se acabó Inglaterra.

Mientras los ingleses iban poco a poco yéndose hacia el fondo de su cueva, los italianos dominaban cada vez más el partido a través de la posesión del balón, comandados por Jorginho (probablemente el jugador de la Eurocopa) y Verratti, y la profundidad de sus atacantes, principalmente Chiesa, un auténtico estilete ofensivo. La sensación al descanso era que Inglaterra ganaba pero que se acercaba el empate. Al inicio de la segunda parte esa sensación se fue convirtiendo poco a poco en certeza, primero con un tiro de Chiesa que sacó Pickford con una buena mano, y después con el embarullado gol de Bonucci. El partido empezaba de nuevo.

A partir del empate, Italia bajó sus revoluciones y, aunque siguió mandando, dejó pasar los minutos que quedaban hasta llegar a la prórroga. Que de los quince partidos de eliminatorias ocho de ellos hayan tenido prórroga (y cuatro, penaltis) te habla de la igualdad de esta Eurocopa, quizás por eso la final no podía ser menos. En el tiempo suplementario las cosas se igualaron un poco más, los acercamientos fueron menos peligrosos, y los cambios hicieron que Italia perdiera algo de peligro (sobre todo con la salida de Chiesa lesionado y la posterior de Insigne), mientras que Inglaterra sólo había sacado a Saka por Trippier como cambio más ofensivo (tras el gol italiano), haciendo dos sustituciones más de refresco sin cambiar la posición. Eso sí, de los cambios de los que se habla ahora es de los que hizo Southgate en el minuto 119 para que tiraran los penaltis. Rashford y Sancho salieron exclusivamente para los lanzamientos, y ambos los fallaron. Entiendo que el seleccionador inglés pensó que ellos serían más efectivos que Henderson y Kyle Walker, pero es que la garantía en los penaltis no existe.

Lo que sí parece existir es la ventaja en el lanzamiento de penaltis si comienzas tirando en la tanda. En esta Eurocopa ganaron la tanda todos los equipos que comenzaron tirando (Suiza a Francia, España a Suiza, Italia a España, Italia a Inglaterra). No sé si será un tema psicológico, pero está claro que no es algo que funcione al 50%. El que comienza tirando gana más veces de las que pierde. Y Chiellini volvió a ganar el saque, como contra España. Marcó Berardi, empató Kane. Falló Belotti (que respiró como Djukic, señal inequívoca de fracaso) con parada de Pickford y marcó Maguire (que demostró tener algo más que una enorme cabeza). Marcó Bonucci el empate, entonces Rashford hizo todo un teatrillo para engañar a Donnarumma... Y la tiró al palo. Marcó Bernardeschi y comenzó el show de Donnarumma atajando el tiro de Sancho. Si marcaba Jorginho, como contra España, Italia era campeona. Y atajó muy bien Pickford. Todo quedaba en los pies de Saka, el chaval de 19 años del Arsenal. Si marcaba seguía la tanda y si no... Tiró con poca confianza, igual de mal que su compañero Sancho en el anterior, y Donnarumma paró el tiro de forma similar. Italia campeona de la Eurocopa. Resultado merecido, pues propuso más ante una cicatera Inglaterra, y demostró sobreponerse con carácter ante un gol en contra muy pronto.

Termina la mejor competición de selecciones que recuerdo, con grandes equipos, muy buenos jugadores, mucho nivel futbolístico y muchísima igualdad. Con esto del Covid no tendremos que esperar mucho a la siguiente, en Qatar, ya que será entre noviembre y diciembre de 2022. Ojalá tengamos un campeonato tan apasionante como éste.



jueves, 8 de julio de 2021

Semifinales de la Eurocopa: se acabó el sueño de España... Por ahora

Se cumplieron los pronósticos y las favoritas pasaron a la final. El domingo en Wembley tendremos un partidazo entre Italia e Inglaterra, tras eliminar en semifinales con muchos apuros en ambos casos a España y Dinamarca. Los italianos nos echaron en los penaltis y un más que dudoso penalti (apenas hay contacto) en la prórroga permitió que Kane, tras el rechace de su propio fallo, pusiera en ventaja a Inglaterra. Ha sido una gran Eurocopa y se espera un gran partido final.

Italia venía de ganar todos los partidos que había jugado (uno en la prórroga, contra Austria) dominando al rival y controlando el balón. Contra España su plan se truncó completamente. La presión alta de la selección provocaba numerosos errores en la salida del balón de los azzurri y nuestros centrocampistas (Busquets, Koke y un Pedri colosal) dominaron completamente el partido. Luis Enrique dejó a Morata en el banquillo para apostar por Olmo como falso nueve y con extremos a pierna cambiada (Ferrán Torres en la izquierda y Oyarzábal en la derecha) para que buscaran irse al centro en vez de colgar balones. El plan no pudo salirle mejor. El partido de Olmo, quitando su carencia de gol, fue espléndido. Sus movimientos para recibir en el centro del campo obligaban a los centrales italianos (Bonucci y Chiellini, nada menos) a salir de su zona de confort, dejando hueco para que bien los extremos o bien los medios entraran por ahí. España dominó completamente el partido en la primera parte y pudo marcar en una acción clara de Olmo que paró Donnarumma de manera eficaz. Los italianos, al ver que no eran capaces de controlar el partido con el balón, tiraron de su estrategia más clásica: defendemos todos y a esperar que llegue una. Y llegó.

La segunda parte había sido un calco de la primera, con España dominando e Italia agazapada atrás, hasta que en torno al minuto 60, un contraataque llevado por Berardi en primera instancia dejó un rebote al borde del área para Chiesa que tuvo claro lo que hacer: colocó el cuerpo hacia la portería, se hizo espacio para tirar y la puso lejos del alcance de Unai Simón. Una llegada y un golazo. La Italia de siempre. España trató de responder rápido pero el resultado fue infructuoso, los minutos comenzaron a pasar y la sensación de que el partido se escapaba aumentaba. Cuando el partido se encaminaba hacia la recta final, en el minuto 80, una jugada excepcional de Morata (que había salido pocos minutos antes) arrancando desde tres cuartos de cancha, obligando a Chiellini a salir y apoyándose con una pared en Dani Olmo, le dejó delante de Donnarumma y definió con clase. El partido estaba 1-1 y la sensación era que Italia estaba KO. Pero eso no suele pasar. Se llegó a la prórroga, la primera para Italia en el campeonato y la tercera consecutiva para España.

La prórroga fue un calco del partido jugado hasta ese momento, dominio español y espera italiana, con algún acercamiento peligroso de los nuestros que no se concretaba. Así pasó la primera parte de la prórroga y en la segunda igual, hasta que Busquets se fue al banquillo exhausto. Ahí se acabó la profundidad de España, con un Thiago especialmente fallón en sus pases y con falta de llegada a los metros finales. Era hora, de nuevo, de dilucidar quién pasaba a la final en los penaltis. En el sorteo de campo y quién tira primero, Chiellini le debió hacer el lío a Jordi Alba, porque los italianos comenzaban tirando (estadísticamente el que tira primero gana en un 60% de las ocasiones). Tira Locatelli y Unai Simón agranda su leyenda, pero Dani Olmo la manda a la grada. Probablemente el partido estuviera en ese penalti. Nunca lo sabremos. Italia marcó sin problemas el segundo, tercero y cuarto, con Gerard Moreno y Thiago haciendo lo propio. Morata tiró el cuarto y lo falló. No creo que hubiera mucha gente que confiara en que Morata lo fuera a meter, la verdad sea dicha. Entiendo que los valientes los falla quien los tira, pero el seleccionador debió elegir a otro. Donnarumma adivinó un flojo tiro del delantero de la Juve y Jorginho sentenció el pase con un penalti impecable. Merecimos más, pero enfrente había una selección seria, y la imprecisión en estos casos se paga con dureza. 

La sensación que deja el torneo de España es muy positiva, principalmente por dos motivos: haber llegado a semifinales (9 años desde la última ocasión en un gran torneo) y el juego al ataque de los nuestros. Si se analiza fríamente, podemos ver que en 90 minutos hemos ganado un partido y empatado cinco, algo que se puede ver de dos formas: nos cuesta mucho ganar, pero cuesta mucho que nos ganen. La apuesta de Luis Enrique está clara, con su 1-4-3-3 con extremos y dominio absoluto del balón, algo estéticamente irreprochable y que conecta rápidamente con el espectador. Sin embargo, la bisoñez de nuestros centrales (ahí sí se notó la ausencia de Ramos) y la carencia de un goleador, hace que el dominio aplastante del centro del campo no se vea reflejado en las áreas, donde los fallos se pagan caro. Con todo, pese a las dudas iniciales (las mías las primeras) sobre la lista de Luis Enrique se han visto despejadas según pasaban los partidos. Su apuesta por Pedri se ha consolidado, haciéndose mejor según pasaban los minutos, siendo uno de los jugadores revelación del campeonato. Se ven problemas en el sustituto de Busquets, y en lo ya comentado de los centrales y delantero, pero el resto del equipo es joven y tiene margen de mejora. Esperemos que esta fantástica experiencia competitiva les sirva para los próximos eventos (sobre todo el Mundial del año que viene en Qatar), y que Luis Enrique nos vuelva a cerrar la boca a los críticos, tras este campeonato se ha ganado mi confianza aunque me siga pareciendo un personaje antipático (algo irrelevante si ganamos, obviamente).

En la otra semifinal el pronóstico era claro, Inglaterra jugaba en casa contra Dinamarca y prácticamente se daba por descontado que estarían en la final desde que eliminaron a Alemania. Y así ha sido. Sin embargo, los daneses se adelantaron con un excepcional chut de Damsgaard que Pickford (un portero bastante nervioso y fallón) no pudo atajar. La alegría danesa no duró mucho porque los ingleses llegaron dos veces seguidas y en la segunda Kjaer metió el balón en su propia portería tratando de despejar un pase de Saka. Con 1-1 se llegó al descanso, y el resto del partido fue un monólogo inglés. Los daneses atrás, esperaban encontrar un gol mágico que les permitiera volver a la final como en 1992, pero la alegría de su juego vista en las rondas anteriores no se vio ayer, y pasaron toda la segunda parte y la prórroga encerrados y achicando agua ante las acometidas inglesas. Los ingleses no juegan vistoso, tienen una defensa rocosa y un medio del campo pétreo, pero tienen un delantero centro excepcional (marca y asiste) y unos extremos punzantes y con gol (Sterling a la cabeza), así que ganarles es muy complicado, a menos que les domines. Dinamarca no lo hizo y lo pagó de la manera más cruel, con un penalti más que dudoso (para mí no es) que, aunque fue atajado en primera instancia por Schmeichel, mandó Kane a la red. Ahí se acabó el partido, aunque faltaran todavía minutos para el 120.

Sólo queda ya la final del domingo, esperemos ver un gran partido y, al menos desde mi posición, que gane Italia.

martes, 6 de julio de 2021

Cuartos de final de la Eurocopa: España sueña y se cumplen los pronósticos

Costó mucho, se sufrió mucho y se pasó por los pelos, pero se pasó. La España de Luis Enrique está en semifinales tras empatar en el tiempo reglamentario con Suiza, hacer lo propio tras la prórroga y ganar agónicamente en los penaltis con Unai Simón de héroe absoluto. En las otras eliminatorias se cumplieron los pronósticos: Italia demostró por qué era favorita ante una Bélgica menor, Dinamarca mostró por qué es la revelación del campeonato, e Inglaterra mostró su más que firme candidatura al título barriendo a una débil Ucrania.

España se encontró con un marcador a favor casi al comenzar el encuentro y con una jugada en la que le sonrió la fortuna, ya que Zakaria despejó hacia dentro un tiro de Jordi Alba a la salida de un córner. La primera parte se pasó sin apenas sobresaltos, con la selección controlando el partido y los suizos saliendo esporádicamente. Antes de que se cumplieran los primeros quince minutos de la segunda parte, compensando la fortuna del gol inicial, un rebote entre los dos centrales (Laporte y Pau Torres) dejó el balón franco a Freuler para que éste le pasara el balón a Shaquiri, que no perdonó a puerta casi vacía. Partido nuevo.

El mismo Freuler fue protagonista de la jugada que terminaría de definir el partido para los suizos, una fea entrada sobre Gerard Moreno significó la roja directa y a partir de ese momento el ataque helvético desapareció. España se volcó sobre la meta de Sommer y éste respondió con un par de grandes paradas y mostrando seriedad en cada acercamiento español. Los cambios de Luis Enrique, alguno obligado como el de quitar a Sarabia, no surtieron el efecto deseado. Morata abandonó el campo quizás demasiado pronto, Gerard Moreno estuvo fallón, como Olmo, y lo de quitar a Pedri para sacar a Rodri a tirar un penalti no fue muy astuto (lo falló). Todas las buenas decisiones de los dos partidos previos se quedaron a mitad de camino en éste. Sólo quedaban los penaltis.

Y en los once metros España encontró su catarsis. Como paradigma del devenir de la selección en el campeonato, España comenzó tirando y fallando (Busquets al palo) y Suiza se puso 0-1 con Gavranovic. Dani Olmo marcó el empate con un buen lanzamiento, y Unai Simón comenzó a escribir su leyenda con una gran parada a Schar, 1-1 y respiramos. Pero el aliento dura poco, lo que tarda Sommer en atajar el flojo tiro de Rodri, y se vuelve a recuperar cuando Unai se agiganta un poco más y para el horrible tiro de Akanji, seguimos 1-1. Tira Gerard Moreno y se resarce del fallo ante Polonia, y Simón hace de Grobbelaar para que Vargas falle, 2-1. Si mete Oyarzábal estamos dentro. Y el guipuzcoano hace honor a su fama de lanzador contrastado engañando a Sommer para el 3-1. España está en semis.

En el siguiente partido Italia ganó con cierta solvencia a una Bélgica que ha venido con lo justo a esta Eurocopa. La falta de Hazard (reflejo de sus dos temporadas en el Madrid) y la presencia renqueante de De Bruyne se ha notado en un grupo en el que sólo Lukaku ha demostrado estar al nivel de luchar por el título. Los italianos jugaron mejor y merecieron irse al descanso 2-0 (con dos grandes goles de Barella e Insigne) pero un más que discutible penalti le dio aliento a Bélgica. En la segunda parte los italianos tiraron de oficio y, exceptuando algún acercamiento peligroso, no vieron cerca el empate. La mala noticia para los transalpinos fue la grave lesión de Spinazzola, el jugador revelación del torneo, que no estará hoy contra España.

Dinamarca ganó con algún apuro al final un partido que fue ganando desde el inicio. Los daneses se han repuesto al ataque al corazón de su jugador estrella y a perder los dos primeros partidos, rompiendo a ganar desde entonces tres partidos de forma clara. Juegan bien (lo hicieron en las dos derrotas iniciales), dominan los partidos y tienen facilidad para meter goles. No son la perita en dulce que creen los ingleses que se van a encontrar.

Y es que los ingleses barrieron a Ucrania en el partido más desigual de los Cuartos de final. Como espectador in situ puedo afirmar que Inglaterra tiene la afición más ruidosa y con más ambiente de las que quedan, y probablemente el equipo más serio atrás de los semifinalistas. No ha recibido un gol en cinco partidos y sólo contra Escocia se quedó sin marcar. Kane ha recuperado su olfato goleador y la defensa es tan buena que no se nota que tienen un portero mediocre. Pickford parecía el otro día el único que quería que los ucranianos marcaran.

Los medios dan por hecha una final Italia-Inglaterra en Wembley, veremos. Es cierto que las trayectorias de esos dos equipos (5-0-0 y 4-1-0 en victorias, empates y derrotas hasta el momento) son impecables, pero se enfrentan a equipos que les pueden buscar las cosquillas: España porque es un reflejo de Italia, con su 1-4-3-3 con extremos y la obsesión por dominar y crear oportunidades de gol, y Dinamarca porque su estilo es el de dominar y llegar, con un poderío físico que puede sorprender a los ingleses.



viernes, 2 de julio de 2021

Libros Leídos Junio 2021

Junio acabó y es hora de hacer un paréntesis en los análisis futboleros de la Eurocopa para hacer reseña de lo leído en el sexto mes del año. Han sido cuatro libros (dos en italiano, uno en inglés y otro en español), de los cuales dos fueron cómics y los otros dos novelas. Siguiendo con la numeración de libros leídos durante el año, tenemos:

22. "Revancha" de Kiko Amat. 328 páginas.

No sé si el título de esta novela es el mejor posible, pero si no lo es al menos está muy cerca. La palabra revancha evoca muchas cosas y algunas de ellas enlazan perfectamente con la historia de los dos personajes principales de este libro. Ambos son hombres con un pasado turbio y un presente no mucho más claro, ambos tienen una rabia dentro, un fuego que sólo son capaces de aplacar usando la más sádica de las violencias. Amador es un ultra del Barça que vive a base de trapicheos y vive su homosexualidad en el armario. César es un exjugador de rugby que hace encargos tan sutiles como dar palizas a objetivos que le pasa un turbio superior. Dos personajes muy distintos y, sin embargo, con dos cosas que los hacen muy parecidos: una infancia y adolescencia más que complicadas que los han convertido en lo que son, dos tipos que buscan la revancha. Muy buena novela y escrita de manera muy original, sobre todo cuando sale Amador, con palabras inventadas (muza, gleba, nursa, nodos...) que recuerdan a los libros de Irvine Welsh y su rollo arrabalero.

 

23. "Pagine Nomadi" de Igort. 176 páginas.

En "Pagine Nomadi", Igort hace un ejercicio de "making of" de sus obras "Cuadernos rusos" y "Cuadernos ucranianos", contando al lector cómo fue su trabajo de campo para la realización de los mismos. Igort comparte sus diarios, notas, historias no publicadas, reflexiones en entrevistas, y demás documentación en este libro que sirve como de contenido extra de los dos cómics antes citados. Pero no va más allá, no hay historia ni trasfondo, sólo la curiosidad por saber de dónde surgen las historias que el autor italiano contó tras su periplo exsoviético, lo que hace que el libro a ratos sea profundamente tedioso. Sólo lo salvan los pedazos de historias de cómic no publicadas, pero no merece la pena.

 

24. "Era di maggio" de Antonio Manzini. 400 páginas (e-book).

La cuarta entrega de la serie de novela negra protagonizada por Rocco Schiavone, el vicequestore romano destinado en el Valle de Aosta (como poner a un madrileño en los Pirineos) es la más floja de las que he leído. La trama se subdivide en dos: por un lado investiga quién mató a su amiga Alice (final de la tercera novela) y por el otro lado la muerte en la cárcel de un criminal. Ni una ni la otra resultan suficientemente atrayentes, y la historia sólo la sostiene el carisma de su personaje protagonista, un policía con métodos que bordean la legalidad.


25. "Two Brothers" de Fábio Moon y Gabriel Bá. 232 páginas (tablet).

Basándose en la novela de Milton Hatoum del mismo nombre, los gemelos brasileños Fabio Moon y Gabriel Bá plasman en forma de novela gráfica la historia de (casualidades de la vida) los gemelos Omar y Yaqub, enfrentados radicalmente desde pequeños, y cómo este enfrentamiento afecta a la vida de todos sus familiares y allegados, principalmente al hijo de la criada, que ejerce de narrador del relato. Ambientada en Manaus, esta saga familiar tiene reminiscencias de otras historias similares como "Cien años de soledad" o "La casa de los espíritus", y funciona muy bien, con un ritmo que engancha al lector, que va desenrollando la historia y descubriendo poco a poco las pequeñas piezas que conforman el puzle de la obra. Muy buen cómic.


 

miércoles, 30 de junio de 2021

Octavos de final de la Eurocopa 2020: espectáculo y sorpresas

Terminaron los Octavos de final de la Eurocopa y ya podemos decir que se trata de uno de los mejores campeonatos de selecciones de la Historia. Las notas predominantes han sido la igualdad y los goles, con los partidos Croacia-España y Francia-Suiza a la cabeza. Ha habido hueco para las sorpresas, como suele suceder en todas estas competiciones, con Francia y Holanda como protagonistas y, en menor medida, Portugal y Alemania. Además, quitando el partido de Gales contra Dinamarca, resuelto por un contundente 0-4 para los daneses, el resto de eliminatorias han sido muy igualadas, con cuatro partidos que se fueron a la prórroga y uno incluso a los penaltis.

Quizás el mejor partido en cuanto a emoción y espectáculo de todos los Octavos fue el que tuvo España. Empezó con la que probablemente sea la mayor y más sonrojante cantada que le he visto a un portero en un campeonato de este tipo, la protagonizada por Unai Simón. España dominaba y tuvo hasta tres ocasiones hasta que en ese minuto 20, desde casi el medio del campo, Pedri retrasó un balón hacia su portero y éste midió tan mal que dejó pasar la bola hasta dentro de su portería. La sensación no podía ser peor.

Y, sin embargo, España se rehizo. Empató el partido antes del descanso porque el equipo de Luis Enrique no desfallece ante las adversidades, sigue intentando aunque la suerte le sea esquiva y continúa atacando pase lo que pase, algo que probablemente sea mérito del seleccionador. En una Eurocopa donde los tres centrales y los dos carrileros (más o menos ofensivos según la selección) están a la orden del día, ver al asturiano empecinado con su 1-4-3-3 con extremos es algo de lo que sentirse orgulloso. España busca dominar el partido desde el ataque, y eso como aficionado español gusta mucho. De hecho, así fue durante todo el partido, menos en los últimos diez minutos, donde la ventaja que los españoles habían sacado (3-1 en esos últimos minutos) con un Ferrán Torres decisivo en el pase a Azpilicueta y marcando el tercero, se esfumó porque España dejó de hacer lo único que sabe hacer: dominar con el balón. No busquemos pelotazos o achicar agua atrás, no tenemos ni el oficio ni el físico para ello, y los croatas lo vieron. Un barullo en el área propició el 3-2, y una llegada en tromba el empate en el descuento. De nuevo, una sensación horrible.

Y España lo volvió a hacer. Primero aguantó con las paradas de Simón (impecable todo el partido exceptuando la cantada, algo a destacar por no hundirse) y luego con un Morata estelar, que se tiró todo el partido haciéndole la vida imposible a los centrales croatas y culminó su gran partido con un enorme zurdazo por la escuadra. Hubo tiempo para el quinto de Oyarzábal, en una contra muy bien llevada por Dani Olmo, e incluso para alguno más. España fue mejor, pero sus despistes casi se pagan con la eliminación. 

Pese a las dudas sobre la lista (yo el primero) y sobre los titulares en cada partido (yo el primero), Luis Enrique ha demostrado que sus decisiones pueden ser más o menos acertadas, pero son efectivas. España está en Cuartos de final (el mínimo para una selección como la nuestra) y, teniendo un rival asequible como Suiza, lo normal es que lleguemos al menos a Semifinales. Para mí sería un éxito y tendría a Luis Enrique como principal protagonista. La selección no ha perdido ningún partido, ha roto a marcar goles, tiene algún futbolista muy enchufado (Sarabia es cosa de Lucho, por ejemplo) y se nota la jerarquía de Busquets y Azpilicueta en el campo. Hay jugadores que han cogido vuelo (Morata o Pedri) y otros participan puntualmente dando el equilibrio que se necesitaba. Se echa de menos tener algún plan para controlar los partidos que se estén ganando, porque físicamente y defensivamente hablando somos bastante flojos, pero las sensaciones son muy positivas. ¿Quién se ha levantado de dos penaltis fallados, balones a los palos y un gol estrepitoso en propia meta? España. Ahora veremos si Suiza nos deja seguir soñando. Yo apuesto a que pasamos y luego Dios dirá. Lo más probable es que ante una selección de postín (Italia o Bélgica, sobre todo éstos últimos) hinquemos la rodilla, pero los chicos de Luis Enrique son impredecibles.

Y es que Suiza dejó atrás a los favoritos, los campeones del mundo y subcampeones de Europa, la flamante selección de Pogba, Griezmann, Benzema y Mbappé. Iban tan sobrados que empezaron perdiendo, e incluso los suizos tuvieron un penalti para poner el 0-2. Pero Lloris atajó y Benzema metió dos goles en las dos siguientes jugadas, y Pogba metió un golazo por la escuadra que nos hacía ver a todos que tendríamos un Francia-España el viernes. Pero no. La defensa francesa hizo aguas y se llevó dos goles haciendo una repetición de lo visto en el Croacia-España anterior. En la prórroga no pasó nada y los penaltis confirmaron a Mbappé como la decepción del torneo. Los suizos demostraron que compiten bien y que no dan nada por perdido, así que ojo.

El resto de eliminatorias fueron algo menos entretenidas pero muy igualadas, Italia cumplió con la lógica pese a llegar a la prórroga y sufrir con Austria, Bélgica e Inglaterra cumplieron con la trayectoria en el torneo (venían de primeras de grupo y así salieron, jugando poco pero rentabilizando mucho) echando a Portugal y Alemania, y luego llegaron las sorpresas de la República Checa y de Ucrania que se quitaron de encima a unos pobres holandeses y unos sorprendidos suecos. Inglaterra lo tiene bien fácil para llegar a la final del torneo, primero contra Ucrania y luego contra el ganador del Rep. Checa-Dinamarca. Esperemos ver en Wembley un España-Inglaterra.



jueves, 24 de junio de 2021

Tercera jornada de la Eurocopa: España rompe a marcar

Costó, pero España se clasificó tras arrasar a Eslovaquia en el tercer partido por un escandaloso 0-5. Tras dos empates paupérrimos contra Suecia y Polonia, en los que se vieron más las carencias del combinado español que sus virtudes, llegó la primera victoria y lo hizo con goleada. Dos partidos y dos penaltis fallados después, la selección española rompió a marcar... Eso sí, gracias al portero de Eslovaquia y a una defensa de chiste.

Luis Enrique hizo varios cambios, Azpilicueta en el lateral derecho (Llorente fuera y ni jugó), Eric García como central derecho (Pau Torres fuera, entró en la segunda parte), Busquets de mediocentro (Rodri fuera) y Sarabia en la banda (por Dani Olmo), y se notó principalmente en los dos últimos casos. El partido de Busquets fue sensacional, apareciendo en todas partes y dirigiendo al equipo con seriedad, y Sarabia fue protagonista directo en tres de los goles. El juego de la selección fue tan bueno como la primera parte contra Suecia, pero con muchas más ocasiones y acierto. La zozobra que se tuvo contra Polonia (una selección de un crack y ya) no apareció ayer ni siquiera tras el enésimo fallo de Morata (esta vez en un penalti al comenzar el encuentro). Se notó la jerarquía de Busquets, como se reclamaba, y España no pareció desquiciada en ningún momento, lo que deja claro que es esa la línea a seguir. El seleccionador, por fin, dio con la tecla.

Ojo, no lancemos las campanas al vuelo, el rival fue especialmente desastroso, con dos goles en propia meta (el del portero es un error especialmente grosero, tanto estéticamente como por suponer el 0-1) y todos los goles en el área pequeña. No creo que las selecciones que quedan en el torneo permitan tantas ocasiones como las que tuvo ayer la selección, pero en cuanto a moral y a confianza, la victoria de ayer sí puede suponer un punto de inflexión. Ahora ya vemos lo que queda por delante, y es mucho mejor ir plenos de moral que habernos clasificado de mala manera.

En Octavos de final nos espera Croacia, que ha jugado dos partidos regulares tirando a malos contra Inglaterra y República Checa, y uno decente contra la débil Escocia. No están tan finos como en el Mundial 2018, por las bajas (Rakitic y Mandzukic, por ejemplo) y porque tienen tres años más, aunque en aquella competición fueron pasando rondas a base de prórrogas y penaltis hasta caer en la final, así que se les presupone un carácter competitivo que no deberíamos desdeñar. No tienen un goleador de nivel (casi que nosotros somos mejores en ese aspecto, aunque parezca extraño), la defensa es experimentada pero no de gran calidad, y su poderío viene del medio del campo, donde Brozovic, Kovacic y, sobre todo, Modric dirigen el cotarro. Se prevé un partido igualado, pero nunca se sabe con España, que cuando rompe a marcar parece un tsunami de fútbol. Veremos, la perspectiva de la selección ha cambiado para bien.