Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

miércoles, 10 de marzo de 2021

Un luchador infatigable (y III)

Ayer nos dejó Carlos Matallanas, periodista, exfutbolista y uno de los seres humanos que mejor ejemplo ha dado ante la adversidad de los que he tenido el gusto de conocer.

Hace ya más de 6 años, cuando hizo pública su condición de enfermo de ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica), la noticia me impactó mucho, como a todo el que lo conocía, y me hizo reflexionar y hacerme preguntas: ¿por qué a él? ¿Por qué tan joven? ¿Cómo reaccionaría yo? ¿Qué puedo hacer?

Recuerdo que escribí algo por aquí y que, pese a la distancia de los años, me decidí a escribirle a él directamente. Ahora voy a reproducir aquel cruce de correos, para mostrar la enorme dignidad del bueno de Carlos:

Rísquez - Hola Carlos, muy buenas Supongo que todavía te acordarás de mí, el apellido es lo que tiene, que te sigue a todas partes, ¿verdad?. Hace muchos años que no nos hemos visto y pese a ello siempre te he seguido la pista, principalmente a través de tus publicaciones en El Confidencial y de las veces que tu hermano Javier te nombraba en su blog Mata-dor. De alguna manera al leer esos artículos sentía una especie de orgullo por ver que uno del Santa había hecho más o menos realidad el sueño que muchos compartíamos: ser futbolista y periodista deportivo. Ese orgullo es ahora incluso mayor al saber de tu enfermedad y de cómo la afrontas. Tu carácter, valentía y ganas de luchar son sencillamente admirables, algo que ya tenías cuando éramos unos críos y que me alegra comprobar que no has perdido. Desde aquí, lo único que puedo hacer es desearte mucho ánimo en tu lucha, que ojalá ésta dé sus frutos y que el tiempo que sigas entre nosotros (espero que mucho) seas lo más feliz que se pueda. Un abrazo para ti y para los tuyos. Rísquez.

Matallanas - Hola Rísquez, cuánto tiempo!!! Me alegra saber de ti, espero que todo te vaya muy bien. Muchas gracias por tener un recuerdo tan bueno de mí y por querer transmitírmelo ahora, se valora mucho en estos momentos. La verdad que la enfermedad ha aparecido en el mejor momento de mi vida, estas cosas son así. Toca adaptarse y seguir con el espíritu de siempre en un escenario totalmente diferente, inesperado y adverso. Es lo mínimo y lo máximo que uno puede hacer por su parte, creo yo. Guardo tu contacto. Ya sabemos donde encontrarnos. Un fuerte abrazo, amigo.

En estos años desde su diagnóstico, Carlos fue perdiendo todas sus facultades físicas hasta únicamente poder mover las pupilas y necesitar un respirador para poder seguir viviendo. Perdió el habla en poco tiempo, y paulatinamente la movilidad en todo el cuerpo. Sin embargo, con sus pupilas nos dio una lección de lo que significa amar la vida y luchar por ella. Ha escrito numerosos artículos en relación al desarrollo de su enfermedad (que dieron lugar a un libro), pero también ha continuado su relación con el fútbol, escribiendo en el diario As y haciendo informes de análisis para diferentes equipos. Ha dado entrevistas, ha tuiteado, ha hecho todo lo posible para dar a conocer la ELA y su lucha contra ella. Su última obra (que estoy leyendo precisamente en estas fechas) va de todo eso (fútbol y vida), "La vida es un juego: Estrategia para Mario y Blanca", la recomiendo desde esta humilde tribuna.

El año pasado vio morir a su padre de otra cabrona enfermedad, y su reflexión es el paradigma de lo que ha sido Carlos, dijo que daba gracias por haber resistido lo suficiente como para no morir antes que su padre, porque eso es lo peor que le puede pasar a un padre: sobrevivir a su hijo. Lo ha dado todo, nos ha dado todo. Porque, por encima de todo, lo que nos ha dado Carlos es un ejemplo de cómo se debe afrontar la vida. Desde aquí, gracias Carlos. Y un abrazo muy fuerte para su madre, Maribel, y para su hermano pequeño Gonzalo, con los que tuve más trato.


 

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