Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

lunes, 1 de abril de 2013

"Los amantes pasajeros", el traje nuevo de Almodóvar

El sábado fui al cine a ver la última película del exitoso director Pedro Almodóvar, "Los amantes pasajeros". No he sido nunca aficionado a sus películas ni a su manera de hacer cine en general, aunque sí he visto parte de su filmografía, siempre con una sensación de que había algo que me perdía o que no entendía, dado que, excepto en tramos de alguna de las películas, sus historias me parecen tirando a aburridas, con situaciones carentes de sentido y fuera de lugar, cuando desde la prensa y parte del público siempre se ha alabado la obra del manchego.

El perpetrador del bodrio

Ha habido en la prensa, sin embargo, una nota discordante, un crítico que hace oídos sordos a las loas que se oyen y se leen por doquier en lo que respecta a cada nuevo trabajo de Almodóvar. Se trata de Carlos Boyero, el crítico de cine de El País (anteriormente de El Mundo) y que también participa en la Cadena SER. Desde hace bastante tiempo, Boyero clama en sus críticas sobre la inanidad, el tedio y la carencia de sentido en las películas de Almodóvar (ver sus críticas "¿Qué he hecho yo para merecer esto?" y "¿Qué he hecho yo para merecer esto? (II)" o vídeo) que le aburren hasta decir basta. El caso es que se trata del único que muestra en sus opiniones un rechazo frontal hacia la filmografía y el supuesto talento de nuestro cineasta más universal. Yo estoy de acuerdo con Boyero, lo de Almodóvar es, como sucede en otros ámbitos, un claro ejemplo de "traje nuevo del emperador", es decir, nadie parece atreverse a decir que el emperador va desnudo (la carencia de talento de Almodóvar y lo malas que son sus películas) y sólo un niño (Boyero) se atreve a gritar en voz alta que no lleva nada puesto y lo ridículo que es.

¿Ridículo? Sí. ¿Sin gracia? También.

La película en sí, es mala a rabiar, de eso por mi parte no hay duda alguna. Se nos trata de convencer de que hay una historia que contar desde el punto inicial (un avión que va a Méjico se pone a dar vueltas sobre la Mancha buscando un aeropuerto donde hacer un aterrizaje forzoso porque tiene un problema técnico) pero en realidad no es más que una burda farsa. La presunta comedia disparatada que el director manchego nos ha vendido en esta ocasión (para eso, como dice Boyero, no hay nadie como él, porque la maquinaria que pone en marcha para la promoción de cada película es sensacional, vendiendo la burra como si fuera una yegua de carreras) es un compendio de situaciones absurdas a modo de falsos sketches carentes de gracia alguna y sin ningún tipo de ilación, ya que la trama es inexistente y el guión brilla por su ausencia, probablemente porque en realidad no hay ninguna historia que contar.


El aparente talento artístico de Almodóvar no se ve durante el metraje por ninguna parte, como sucede en la mayoría de sus películas, y sólo la presencia de un elenco amplio de caras conocidas (desde Penélope Cruz y Antonio Banderas en un cameo inicial sin interés, pasando por Javier Cámara, Cecilia Roth, Willy Toledo, Paz Vega, Carlos Areces, Miguel Ángel Silvestre o Hugo Silva) puede hacerte llevadero el rato excepto si tenías ganas de reír, porque de risas nada, oiga. Se trata de una colección de escenas donde al espectador no se le arranca ni una sonrisa y encima, con la colección de buenos actores y actrices que pasan por la pantalla (¿cómo puede ser que Antonio de la Torre, Raúl Arévalo o Lola Dueñas nos parezcan tan buenos con otros directores y en esta película resulten tan anodinos?) lo único en lo que se piensa es en el derroche de talento interpretativo que se está desperdiciando.


Ni siquiera cuando trata de ser soez (con reiteradas alusiones a felaciones entre hombres) resulta gracioso Almodóvar en esta historia, básicamente porque para hacer gracia, incluso usando esas artimañas escatológicas, hay que tener un talento del que, es evidente, el manchego carece. Lo único rescatable de semejante bodrio es el numerito musical que hacen los tres azafatos encarnados por Javier Cámara (que por cierto parece haberse encasillado en los personajes gays, tras dejar atrás los cortos de mente que interpretaba antes), Carlos Areces y Raúl Arévalo.


Le recomiendo encarecidamente a todo el mundo que se abstenga de ir al cine a sufrir ver esta estúpida película, sobre todo si quieren reírse, es más fácil que lo hagan con cualquier otra con menos pretensiones y títulos absurdos (como "Dos colgados muy fumados").


3 comentarios:

  1. Hola Rísquez.

    Me hace gracia esta "crítica cítrica" porque, tanto mi mujer como yo, NO somos "adictos" a Almodovar y coincidió que le escuchamos a Boyero en la SER, cuando le metió un palo de cojones a la película y, por ende, al director.

    Francamente, es un tipo de películas que no va con nosotros y no solemos malgastar el dinero en ello.

    Por cierto, hemos visto la semana pasado "Argo" y nos gustó un montón.

    Saludos

    JOSEMI

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    1. Querido Josemi, lo triste es que con su genial campaña de marketing a mí me engañó con la idea de que semejante basura fílmica era una comedia disparatada.

      Me apunto la recomendación de "Argo", gracias por pasarte por aquí.

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  2. Estimado Risquez.....que me embarcases en esa idea de que en un día de bajón esto me iba a hacer reir y pasar un par de horas entretenida......¡no te lo voy a perdonar, ni aunque invitases tú! llenar los bolsillos de Almodóvar a costa de mi sufrmiento, te parecerá bonito :-P. Eso sí, el entretenimiento posterior criticando la peli y leyendo esta entrada "casi" merecen la pena.
    Un beso enorme. V.

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