La llegada de Zidane no supuso a mi fe madridista nada más que la confirmación de que Florentino no tiene ni idea de fútbol y que lo fía todo a golpes maestros de la divina providencia. Ya expuse mis dudas sobre Zizou cuando echaron a Benítez y tras la derrota contra el Atlético de Madrid. Sin embargo, aunque no radicalmente, mi opinión ha cambiado, creo que a Zidane le queda un largo trecho para ser considerado como un gran entrenador pero que su equipo es ahora uno de los favoritos para ser campeón de Europa este año. Y no lo digo por ganar en el Camp Nou el sábado pasado.
Planeando cómo ganar la Undécima |
La sensación que producía el Madrid con la llegada del francés al banquillo era la de un equipo sin una idea clara de a qué jugaba, e incluso de quién jugaba fuera de los indiscutibles, vamos como con Rafa Benítez. A Benítez le pedía el cuerpo haber quitado un delantero y poblar el mediocampo, y no precisamente de artistas, sino de Casemiro, pero fue tan cagón que alineaba un once al que no sabía hacer jugar y no se atrevió a apostar por lo que creía. Y ahí está la clave de la propuesta de Zidane, ha hecho pruebas con diferentes alineaciones, diferentes jugadores y diferentes esquemas, y ha comprobado que Casemiro es indispensable para el equilibrio del equipo, con lo que su presencia en el once titular (al menos en partidos importantes) está asegurada. Eso hace que la circulación de balón se resienta, pero para ello pone como escuderos del brasileño a Modric y a Kroos, bastante más cómodos en esa posición de interiores que como mediocentros únicos. Arriba la BBC funciona mejor que nunca, con un Bale que se aprovecha del contragolpe de este nuevo Madrid disfrutando de estéticas galopadas. El Madrid controla menos los partidos, no se aprovecha de la fantasía de James o Isco, ante rivales grandes elige el papel de equipo pequeño...Pero no recibe apenas goles y lo complementa con una descomunal pegada, como ya comprobó el Barcelona en el derbi pasado.
Un inciso sobre el sábado, además de ver al peor Barça desde el Tata Martino (algo que también se vio ayer hasta que el árbitro decidió decantar la eliminatoria del lado blaugrana), se pudo ver la mediocridad de Luis Enrique como entrenador. El asturiano, pagado de sí mismo como pocos (llegó a afirmar no hace mucho que él era un gran entrenador), demostró una vez más que lo único que hace es poner a los buenos y molestar lo menos posible (es de esos que en el mejor de los casos no restan al equipo), porque cuando tuvo que tomar decisiones fracasó estrepitosamente en los cambios.
¿Qué es lo hace Luis Enrique para que el Barça gane? |
Volviendo al análisis del Madrid de Zidane, hay que destacar que esta idea de asentar el medio del campo y jugar a la contra vale sólo para la Copa de Europa (donde los rivales son de enjundia, generalmente, aunque la eliminatoria que comienza hoy será definitiva para saber si el Madrid aspira o no al título, porque el rival espera ser dominado) y para determinados partidos en Liga (contra los grandes), pero no para el 80% de los partidos de una temporada. Tirada la Liga ya en la época de Benítez (de la Copa del Rey ni hablo) y a cuatro partidos de la final de la Champions, el que la idea de juego esté clara es bastante bueno, pero tanto el entrenador como el club han de darse cuenta de que esto no sirve para el año que viene. Por otro lado, naufragar en Liga pero luego ser campeón de Europa es lo que hizo el Madrid en el 98, 2000, 2002 y, en menor medida, en 2014. En todas esas ocasiones, además, se eliminó al campeón vigente...¿Habrá cruce con el Barça de nuevo? A día de hoy a nadie asustaría, el madridismo huele a "Undécima".
Falta una, ¿no? |
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