Se ha debatido mucho sobre esta película incluso antes de que llegara a los cines, sin duda porque trata de un tema tabú como el amor homosexual, y sin embargo no se han comentado aspectos como la dirección, la interpretación o si la historia es entretenida. Pues bien, dejando temas no cinematográficos aparte, como película es del montón.
La historia narra los avatares de la relación de más de veinte años entre dos hombres, Ennis del Mar (Heath Ledger) y Jack Twist (Jake Gyllenhaal), desde que se conocen trabajando el verano de 1963 en Brokeback Mountain. Entre ambos comienza una amistad que termina siendo amor, pero éste se queda en el aire tras el verano con incertidumbre sobre lo que sienten y sobre cómo será su futuro a partir de ese momento. Pese a ello, cada uno sigue su camino y sus planes preestablecidos (se casan, tienen hijos...) hasta que cuatro años después, Jack le envía una postal a Ennis y se reencuentran. Empiezan entonces a tener una doble vida, manteniendo su amor a espaldas de la gente y enfocándolo de manera distinta: si bien Jack quiere que lo dejen todo, Ennis no encuentra el valor suficiente como para hacerlo.
El director taiwanés Ang Lee nos muestra a través de los personajes las características de la vida en la América profunda (precariedad laboral, sociedad conservadora, valores excesivamente tradicionales...) y cómo éstas marcan el amor entre ambos durante su vida. Decepciona Ang Lee en aspectos como la cohesión de la historia y la credibilidad del amor entre Ennis y Jack, ya que pasan de la violencia al cariño, y viceversa, con tremenda facilidad y sin justificación, lo que provoca que la triste historia de amor no resulte verosímil. Además, sorprenden los premios que ha ganado esta película en la última gala de los Oscar (mejores guión adaptado, banda sonora original y dirección) porque en los tres apartados se encuentran lagunas difíciles de explicar. Asombra que a una película que, exceptuando el comienzo, va a continuos tirones sin enlace alguno y se estire tanto (más de dos horas) y tan mal se le dé un premio por el guión o la dirección. También resulta extraño una banda sonora no acorde con lo que sucede en la película (parece música de ascensor o de sala de espera) se le dé un Oscar. Pero, sin duda el error más evidente de la película es que no se nota el paso del tiempo a través de los personajes, ya que poner bigotes, patillas o dejar crecer el pelo no es señal de tener más o menos años. Es una lástima que el magnifico trabajo que realizan los actores, tanto principales como secundarios (mención especial para Michelle Williams), y los espectaculares paisajes y fotografía que acompañan a los personajes se vea eclipsado por fallos tan clamorosos que convierten la película en un espectáculo poco entretenido, en un anuncio de Marlboro excesivamente largo.
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