Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

miércoles, 4 de noviembre de 2020

Libros Leídos Octubre 2020

Octubre nos dejó el pasado fin de semana (largo) y es el momento de hacer reflejo en este post de lo leído durante ese mes. Han sido cuatro libros (dos en inglés, uno en español y otro en italiano), lo que refleja lo poco que estoy leyendo desde que llegó la pandemia (no ir en metro me ha dejado seco). De esos cuatro libros, tres fueron cómics y el otro una novela. Siguiendo con la numeración de libros leídos durante el año, tenemos:

51. "Fables, Vol. 1: Legends in Exile" de Bill Willingham. 128 páginas (tablet).

Los protagonistas de los cuentos clásicos (Caperucita, Blancanieves, el Lobo, Jack el de las judías mágicas...) viven entre nosotros desde hace un par de cientos de años, camuflados desde que los echaran de su tierra original. Agrupados como de una empresa cualquiera se tratara, tienen sus propios roles dentro del gigantesco edificio en el que viven, de tal manera que, cuando Rose Red (Caperucita) desaparece y un montón de sangre se encuentra en su piso, su hermana Blancanieves le encarga al Lobo que resuelva el caso. El punto de partida es original, al igual que muchas de las partes que se van contando en el transcurso de la investigación, y también entretiene, pero el devenir es un tanto irregular.


 

52. "100 Bullets, Vol. 1: First Shot, Last Call" de Brian Azzarello y Eduardo Risso. 128 páginas (tablet).

Un misterioso hombre, que se hace llamar Agente Graves, aparece en la vida de alguien que ha sufrido un duro revés en su vida y le ofrece un maletín con una pistola, 100 balas que no se pueden trazar (las del título) y la información sobre quién es el responsable de ese duro revés. La premisa es clara, ¿quieres venganza o no? La puesta en escena de esta historia es sencilla, pero a la vez original y que engancha con el lector, porque le hace preguntarse qué haría en cada una de las situaciones que propone.


 

53. "Civilizaciones" de Laurent Binet. 448 páginas (e-book).

En "Civilizaciones", Laurent Binet retoma la ficción mezclada con realidad, como ya hiciera en su novela anterior ("La séptima función del lenguaje") y le da un nuevo giro, respondiendo a la pregunta: ¿Y si la conquista de América hubiera sido al revés? De este modo, planteándose ese "what if" tan anglosajón, trata de construir esa conquista con pequeños cambios en la Historia que hacen que ese hecho (el descubrimiento de América) cambie por completo. A través de unos capítulos iniciales contando las inventadas crónicas de la hija de Eric el Rojo, mezcla realidad con ficción haciendo que los vikingos no sólo lleguen a Terranova sino que hagan todo el periplo por la costa Este de Norte América hasta Centroamérica. Allí se instalan (con caballos y todo) y, cuando Colón arriba allí siglos después, la respuesta de los nativos es radicalmente diferente a la que ocurrió. A partir de ahí, Binet traza paralelismos en lo que pasó en realidad y todo lo que inventa (incluida la conquista de España primero y Europa después), como un guiño para el lector avezado. Sin embargo, aunque el punto de partida es original y la narración es entretenida e interesante, desde un punto de vista de verosimilitud la historia flaquea demasiado y muchas situaciones no se las cree nadie. Además, el principal problema de este tipo de historias es cómo acabarlas, y ahí vuelve a patinar, dejando demasiado abierta la historia (quizás con ánimo de retomarla en otro libro). De cinco o cinco y medio, sobre diez.


 

54. "Corto Maltese - Samba con Tiro Fisso" de Hugo Pratt. 36 páginas (tablet).

Cuarta entrega de las aventuras del mítico personaje de Hugo Pratt, Corto Maltés. En este caso, ayuda a unos rebeldes ante el sometimiento de un coronel con mando de cacique.


 

viernes, 16 de octubre de 2020

El Premio Planeta o el negocio perfecto

El Premio Planeta es el premio literario más suculento, económicamente hablando, de las letras españolas. Se da a una obra inédita y nunca se ha repetido ganador. Entre los premiados y los finalistas desde 1952, podemos encontrar nombres incuestionables dentro del mundo literario: Ana María Matute, Ignacio Aldecoa, Torcuato Luca de Tena, Juan Marsé, Manuel Vázquez Montalbán, Terenci Moix, Gonzalo Torrente Ballester, Antonio Muñoz Molina, Camilo José Cela, Mario Vargas Llosa, Eduardo Mendoza, Juan José Millás, Lorenzo Silva o Javier Cercas. No se puede cuestionar, como sucede con el Nobel, que se trate de una lotería, precisamente. De hecho, si uno observa a los premiados desde el inicio de andadura del premio hasta el más reciente (otorgado esta semana) lo que queda claro es que se trata de una operación de marketing de manual.

En los últimos 30 años los autores que se premian son conocidos o muy conocidos, ya sea por su trayectoria literaria o por ser personajes públicos. ¿Por qué hace esto la Editorial Planeta? Por la pasta, amigos, por la pasta. Al tratarse de personajes famosos, la editorial garantiza tener un número de ventas de esos libros que no sólo compensan el premio que otorgan (601.000 € para el ganador y 150.250 € para el finalista) sino que se convierten automáticamente en best-seller garantizados. Desde un punto de vista empresarial y de negocio es una maniobra perfecta. Lanzan un premio (marketing) y lo monetizan automáticamente con un margen más que considerable (negocio).

¿Y la calidad literaria? Bueno, esa es otra historia, obviamente. Incluso los libros de escritores de verdad como Eduardo Mendoza o Javier Cercas no son los mejores de su repertorio, precisamente, pero es que, ¿qué podemos esperar si premian novelas de periodistas o famosillos con una trayectoria literaria escasa o nula? El mejor ejemplo es el de las premiadas de este año. La ganadora, Eva García Sáenz de Urturi, es la típica autora de best-sellers (como Matilde Asensi, Julia Navarro, María Dueñas y demás) que además pertenece a la casa (sus libros los edita Planeta desde hace años), con lo que es una apuesta segura, ya que garantizas los lectores de la escritora y añades a los que se fijan en el premio. Pero lo mejor es lo de la finalista, Sandra Barneda, actual presentadora del reality "La isla de las tentaciones", a la que nadie en su sano juicio podría darle un premio literario de este calibre económico. Pero claro, se une a la moda de periodistas con nombre que publican libros aprovechándose de su fama (Máxim Huerta o Mara Torres me vienen a la cabeza, aunque Ana Rosa Quintana fue la pionera, perdonen la maldad) y cuyo nivel literario es, cuanto menos, sospechoso a priori. Ojo, no digo que no haya periodistas que puedan ser grandes escritores, lo que afirmo es que no puede haber tantos, y menos de ámbitos como los de Barneda o Huerta, que tienen más relación con Belén Esteban que con Almudena Grandes.

Si este tema de usar a famosillos para vender libros huele un poco mal, hay otros rumores en relación al Premio Planeta que hieden. Por ejemplo, Delibes afirmando en 1994 que le habían llamado varias veces para participar, siempre garantizando el premio (el artículo, curiosamente, es de Enric González, cuyo padre ganó el Planeta en 1984), o Ernesto Sábato afirmando lo mismo, un premio que terminó ganando Camilo José Cela con una obra que fue acusada de plagio. Hace casi 25 años, Manuel Vázquez Montalbán publicó "El premio", en el que satirizaba una entrega de premio literario (con asesinato incluido que debía resolver el genial Pepe Carvalho) y afirmaba usar parte de su experiencia como ganador del Planeta. 

En cualquier caso, lo que sí queda claro, polémicas al margen, es que en el mundo literario el Premio Planeta es el negocio perfecto.



jueves, 8 de octubre de 2020

El Premio Nobel de Literatura o la lotería de los escritores

Hoy se ha anunciado que el Premio Nobel de Literatura de 2020 es para Louise Glück, sí, claro la poetisa americana, ah, ¿no te suena? Pues no, oiga, no me suena. Igual que no me suenan (ni me sonaban) Peter Handke u Olga Tokarczuk. Es como si la Academia sueca hubiera decidido volver a la senda de los escritores desconocidos después de habérselo entregado a Kazuo Ishiguro y Bob Dylan en dos años consecutivos.

Da la sensación de que el Nobel tiene que cumplir con una serie de requisitos absurdos que para nada tienen que ver con la Literatura, como la raza, el sexo, o la religión del escritor o escritora. ¿Cuánta gente ha leído a Louise Glück? Porque no me molesto ya en preguntar cuánta gente la conocía esta mañana antes del anuncio. ¿Cuál es el objetivo del Premio Nobel de Literatura? ¿Qué premia? Porque según la Academia, el premio es para escritores que sobresalen por sus contribuciones en el campo de la Literatura. ¿Cómo puede contribuir alguien a la Literatura si lo leen cuatro personas?

No digo que haya que premiar a los escritores más leídos, válgame Dios, ni Ken Follett ni Pérez-Reverte tienen calidad literaria como para ser premiados en nada, pero, ¿por qué hay que buscar a personajes de nicho? ¿Por qué han de ser de países remotos o de situaciones pintorescas? ¿Por qué se habla más de lo exótica que resulta su elección que de los libros que ha escrito? Pues porque nadie los ha leído.

El Premio Nobel se ha convertido en la lotería de los escritores, dado que todos tienen las mismas opciones de ganarlo, ya seas el ínclito eterno aspirante Haruki Murakami o una escritora de Papúa Nueva Guinea que sólo escribe en lengua local. Eso sí, el premio gordo se lo lleva la editorial que tenga al premiado, porque sólo con la curiosidad se venden muchos libros. ¿Es eso de verdad lo que quieren premiar?