El décimo mes del año acabó y es hora de repasar las (pocas) lecturas que realicé en el mismo. Fueron tres míseros libros (en español, inglés e italiano), novelas para ser exactos, y, siguiendo con la numeración de libros leídos durante el año, tenemos:
51. "La tripla vita di Michele Sparacino" de Andrea Camilleri. 90 páginas (e-book).
Es
en los relatos breves, como en esta pequeña novela, donde el genio y el
humor de Andrea Camilleri brillan con más fuerza. Sin la necesidad de
una trama elaborada por la longitud de la historia, Camilleri brinda al
lector una narración basada en el equívoco y en la picaresca, y en la
que el lector no puede nada más que reírse. Quizás el único pero sea
precisamente que se hace muy corta, y terminas deseando que en vez de
tres, las vidas de Michele Sparacino hubiesen sido muchas más.
52. "A Clergyman's Daughter" de George Orwell. 296 páginas (e-book).
Se trata de una novela
anterior a las que hicieron mundialmente famoso a Orwell, en la que ya
se atisban algunas de las características que se encuentran en "1984" o
"Rebelión en la granja", como la crítica social. Sin embargo, aunque la
trama tiene un giro original en la pérdida de memoria de la
protagonista, la historia en sí no es sobresaliente.
53. "El vivo" de Anna Starobinets. 382 páginas (e-book).
Esta novela, heredera de
otras clásicas como "1984" o "Nosotros", nos presenta un futuro
distópico en el que el número de habitantes de la Tierra se mantiene
fijo y la gente se va reencarnando...Pero de repente nace alguien que no
tiene una clave previa, Cero. La verdad es que la historia a priori y
la puesta en marcha de la trama es muy atrayente, pero el desarrollo
posterior es irregular, embarullado y, a veces, sin sentido. Va
claramente de más a menos.
Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener
martes, 6 de noviembre de 2018
martes, 30 de octubre de 2018
Crónica de un fracaso anunciado
El Real Madrid ha destituido a Lopetegui. Esta frase tiene de noticia sólo la fecha, porque el contenido estaba claro desde junio. Y eso que entonces Cristiano Ronaldo todavía era jugador del Madrid. Desde entonces, Florentino Pérez ha vuelto a demostrar que, si bien puede ser un gran gestor económico (cosa que cada vez tengo menos clara), como dirigente deportivo es una rémora. La espantada de Zidane tras ganar su tercera Copa de Europa consecutiva no sólo lo pilló con el pie cambiado, sino que ha denotado la falta de cintura y la carencia de talento a la hora de tomar decisiones estrictamente deportivas.
Desde que tengo uso de razón, la mejor temporada que he visto jugar al Madrid (y en la que se consiguió el doblete Liga y Champions) fue la 2016/17, con una plantilla francamente inolvidable, en la que los suplentes habituales eran Pepe, Danilo, Nacho, Kovacic, Lucas Vázquez, Asensio, Isco, James y Morata, con lo que no hace falta hablar de los titulares. Hoy, de esos suplentes, Isco es titular (ya alternó entonces con Bale la titularidad aquella temporada), Nacho y Lucas siguen siendo chicos para todo y el resto juegan en otros clubes. Florentino ha ido vendiendo o cediendo a pilares fundamentales en el rendimiento deportivo del equipo, haciendo que cada año la plantilla sea peor. El culmen de la ineptitud de Pérez ha sido el traspaso del máximo goleador de la Historia del Real Madrid, un tipo que salía a 50 goles por temporada. Vender a Cristiano Ronaldo será un éxito en lo económico, pero deportivamente es igual a pegarse un tiro en el pie, y más si al sustituto que eliges es a Mariano, y no a Cavani, Icardi o Lewandowski.
Lopetegui ha demostrado no estar a la altura de un puesto tan exigente como el de entrenador del Madrid. Su precipitado fichaje, con culebrón absurdo incluido, no le ha ayudado, como tampoco la marcha de Cristiano, pero cuando han ido mal dadas ha quedado claro que no tenía el nivel de liderazgo suficiente como para afrontar los retos del mejor club del mundo. Si bien la idea de juego estaba clara, y los jugadores en líneas generales la han llevado a cabo correctamente, han sido los errores en las áreas (en la propia y en la ajena) los que han condenado al equipo de Lopetegui. Defensivamente el Madrid ha sido un desastre, recibiendo una cantidad grosera de goles en tan pocos partidos, con errores individuales y colectivos, y dejándose marcar por equipos tan inferiores como el Viktoria en Champions. En la línea de ataque el tipo que parece más en forma en cuanto al gol es Marcelo, y ahí ya se dice todo. Benzema no ha sido nunca un goleador (ni falta que le hace si tiene a Cristiano), Bale ha demostrado una vez más que juega bien un partido de cada cinco y marca igualmente, Mariano es un reserva y del resto no se puede decir nada porque ninguno es punta de referencia.
Al final, como en tantas otras ocasiones, se ha echado al entrenador cuando quizás no sea el principal culpable, pero después de una derrota flagrante con el máximo rival algo había que hacer. No se hizo con Benítez tras un humillante 0-4 en el Bernabéu y al Madrid que cogió Zidane le faltaron las jornadas de más que estuvo Benítez para ganar la Liga además de la Champions. Se habla de Conte e incluso de Mourinho (esto último espero que jamás se vuelva a dar), pero creo que confunden el tiro, porque el Madrid no es un equipo que funcione bien con sargentos. En los últimos 20 años han triunfado los de corte tranquilo (Del Bosque, Ancelotti, Zidane) y no los autoritarios (Mourinho). Espero equivocarme pero, si viene Conte, la temporada del Madrid puede ser ya no un fracaso anunciado, sino histórico.
Desde que tengo uso de razón, la mejor temporada que he visto jugar al Madrid (y en la que se consiguió el doblete Liga y Champions) fue la 2016/17, con una plantilla francamente inolvidable, en la que los suplentes habituales eran Pepe, Danilo, Nacho, Kovacic, Lucas Vázquez, Asensio, Isco, James y Morata, con lo que no hace falta hablar de los titulares. Hoy, de esos suplentes, Isco es titular (ya alternó entonces con Bale la titularidad aquella temporada), Nacho y Lucas siguen siendo chicos para todo y el resto juegan en otros clubes. Florentino ha ido vendiendo o cediendo a pilares fundamentales en el rendimiento deportivo del equipo, haciendo que cada año la plantilla sea peor. El culmen de la ineptitud de Pérez ha sido el traspaso del máximo goleador de la Historia del Real Madrid, un tipo que salía a 50 goles por temporada. Vender a Cristiano Ronaldo será un éxito en lo económico, pero deportivamente es igual a pegarse un tiro en el pie, y más si al sustituto que eliges es a Mariano, y no a Cavani, Icardi o Lewandowski.
Lopetegui ha demostrado no estar a la altura de un puesto tan exigente como el de entrenador del Madrid. Su precipitado fichaje, con culebrón absurdo incluido, no le ha ayudado, como tampoco la marcha de Cristiano, pero cuando han ido mal dadas ha quedado claro que no tenía el nivel de liderazgo suficiente como para afrontar los retos del mejor club del mundo. Si bien la idea de juego estaba clara, y los jugadores en líneas generales la han llevado a cabo correctamente, han sido los errores en las áreas (en la propia y en la ajena) los que han condenado al equipo de Lopetegui. Defensivamente el Madrid ha sido un desastre, recibiendo una cantidad grosera de goles en tan pocos partidos, con errores individuales y colectivos, y dejándose marcar por equipos tan inferiores como el Viktoria en Champions. En la línea de ataque el tipo que parece más en forma en cuanto al gol es Marcelo, y ahí ya se dice todo. Benzema no ha sido nunca un goleador (ni falta que le hace si tiene a Cristiano), Bale ha demostrado una vez más que juega bien un partido de cada cinco y marca igualmente, Mariano es un reserva y del resto no se puede decir nada porque ninguno es punta de referencia.
Al final, como en tantas otras ocasiones, se ha echado al entrenador cuando quizás no sea el principal culpable, pero después de una derrota flagrante con el máximo rival algo había que hacer. No se hizo con Benítez tras un humillante 0-4 en el Bernabéu y al Madrid que cogió Zidane le faltaron las jornadas de más que estuvo Benítez para ganar la Liga además de la Champions. Se habla de Conte e incluso de Mourinho (esto último espero que jamás se vuelva a dar), pero creo que confunden el tiro, porque el Madrid no es un equipo que funcione bien con sargentos. En los últimos 20 años han triunfado los de corte tranquilo (Del Bosque, Ancelotti, Zidane) y no los autoritarios (Mourinho). Espero equivocarme pero, si viene Conte, la temporada del Madrid puede ser ya no un fracaso anunciado, sino histórico.
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martes, 23 de octubre de 2018
Las fábulas de Diego Torres (El País) (II)
Hace como mes y medio, publiqué un post relacionado con la capacidad de fabular de Diego Torres, periodista de El País. En el mismo, ponía numerosos ejemplos recientes de sus artículos en los que, para reforzar la idea que propone en el texto, se apoya en fuentes anónimas. Pues bien, en ese tiempo el bueno de Diego Torres no ha menguado su uso de fuentes anónimas, sino que incluso las ha reforzado. El siguiente es un texto publicado en el periódico esta misma semana, con el nombre "Desánimo en el vestuario del Madrid", que reproduzco textualmente y en el que sólo remarco (en rojo) las veces que usa fuentes anónimas.
"“Neymar nos ha dejado tirados”, repetía un alto cargo del Madrid la semana pasada. “Neymar nos ha metido en un lío”.
Los estrategas del club más poderoso del fútbol mundial entienden que fulminar o mantener unos días más al entrenador Julen Lopetegui en el cargo ya no es, ni de lejos, el problema más grave que tienen entre manos. El Madrid se precipita a un remolino de proporciones desconocidas por la actual directiva. Las personas consultadas en los distintos estamentos madridistas coinciden en que la actual crisis se produce por el efecto encadenado de una planificación fallida que pretendió sustituir a Cristiano por Neymar sin más efecto que la salida del ídolo, la descapitalización de la plantilla, y una sensación de amortización cada vez más extendida entre una parte muy significativa del vestuario sin que Lopetegui hiciera nada más que enrarecer esta atmósfera viciada.
“La directiva y los capitanes lo negarán en público”, avisa un dirigente, “pero la madre del cordero es el malestar que hay entre el vestuario y Florentino Pérez por la política deportiva”.
Lo repiten desde hace un mes algunos empleados de Valdebebas. Cada vez son más los futbolistas, veteranos de tres o cuatro Champions, que se sienten desamparados por una institución que perciben absolutamente centralizada en un presidente más obsesionado por fichar a Neymar Júnior que por reconocerles su mérito en los éxitos recientes. Creen que el club se prepara para pagarles con la misma moneda que le pagó a Casillas o al propio Cristiano. Crece el temor ante un cambio de ciclo que amenace con una oleada de bajas y ven a Lopetegui como al tecnócrata que llegó para administrar la remodelación.
Cuentan en Valdebebas que Cristiano no deja de hablar con sus excompañeros. Les insiste en que él no se fue porque quisiera sino porque el club le empujó a ello negándole una oferta de renovación durante siete meses y ofreciéndole 28 millones netos por año, solo para justificarse, cuando estaba a punto de cerrar por 30 con la Juventus. Esto causó casi tanta consternación en los jugadores como cuando se enteraron de que el Madrid le ofreció 50 millones de euros netos a Neymar este verano, como recurso de última instancia para que se decidiera a abandonar el PSG. Dice un futbolista del Madrid bajo condición de anonimato que cree que sus compañeros obtuvieron esta información del propio Neymar a través de Marcelo y Casemiro, amigos y compañeros de selección durante el mes que duró el Mundial, precisamente cuando el padre del ídolo de Brasil negoció el traspaso que luego se negó a culminar. Lo que contaron los brasileños generó un sentimiento de injusticia ante el doble rasero que empleó Florentino Pérez entre un líder como Cristiano y un meritorio que lleva un año medio entre el ocio y el negocio en París.
Las fuentes consultadas en la directiva niegan que existiera un plan de renovación general de la plantilla, ni que Lopetegui recibiera directrices de Florentino Pérez. Al contrario, en los despachos del Bernabéu están lejos de considerar al entrenador como a un aliado. “Torpe” es el término que más emplean al describir su tarea y ponen como ejemplo la suplencia de Kroos —hombre extremadamente susceptible— ante el Levante. El problema es que demasiados futbolistas han dejado de creer en la empresa y Lopetegui no ha hecho nada por evitar que se multipliquen los suspicaces. Puede que no sean la mayoría pero en la dirección apuntan a hombres de gran influencia. Gente como Marcelo, Kroos, Keylor, Carvajal, Casemiro o Modric viven cada día más inquietos ante su futuro profesional.
La gestión de Lopetegui inflamó a los incrédulos. En la plantilla señalan que la sustitución de Marcelo en Girona, en agosto, reveló el verdadero carácter de un técnico que no cree en la vieja guardia. Lo mismo prueba la apresurada suplencia a la que relegó a Keylor, el portero al que sus compañeros atribuyen parte de las tres Champions.
Florentino Pérez, según una persona que estuvo en el palco contra el Levante, sabe muy bien que en el vestuario se desarrolla un sentimiento de agravio que es preciso frenar cuanto antes. El presidente teme que la presencia de Lopetegui empeore las cosas de tal modo que el equipo sea incapaz de vencer mañana al Viktoria y complique su clasificación para octavos de la Champions.
La coyuntura adquiere el más sombrío de los precedentes para Florentino Pérez. La última vez que asistió a una serie de cinco partidos seguidos sin lograr el triunfo fue en 2004, coincidiendo con el origen de la crisis que desmanteló al Madrid de los llamados galácticos y desembocó, en 2006, en su dimisión."
Son 14 las veces que usa fuentes anónimas en 9 párrafos de un texto de menos de 800 palabras. ¿Hay alguien que le pueda dar algo de credibilidad a esto? Diego Torres cada vez se parece más al periodista fabulador de la serie "The Wire", Scott Templeton, inventando citas e ideas que sólo salen de su cabeza.
"“Neymar nos ha dejado tirados”, repetía un alto cargo del Madrid la semana pasada. “Neymar nos ha metido en un lío”.
Los estrategas del club más poderoso del fútbol mundial entienden que fulminar o mantener unos días más al entrenador Julen Lopetegui en el cargo ya no es, ni de lejos, el problema más grave que tienen entre manos. El Madrid se precipita a un remolino de proporciones desconocidas por la actual directiva. Las personas consultadas en los distintos estamentos madridistas coinciden en que la actual crisis se produce por el efecto encadenado de una planificación fallida que pretendió sustituir a Cristiano por Neymar sin más efecto que la salida del ídolo, la descapitalización de la plantilla, y una sensación de amortización cada vez más extendida entre una parte muy significativa del vestuario sin que Lopetegui hiciera nada más que enrarecer esta atmósfera viciada.
“La directiva y los capitanes lo negarán en público”, avisa un dirigente, “pero la madre del cordero es el malestar que hay entre el vestuario y Florentino Pérez por la política deportiva”.
Lo repiten desde hace un mes algunos empleados de Valdebebas. Cada vez son más los futbolistas, veteranos de tres o cuatro Champions, que se sienten desamparados por una institución que perciben absolutamente centralizada en un presidente más obsesionado por fichar a Neymar Júnior que por reconocerles su mérito en los éxitos recientes. Creen que el club se prepara para pagarles con la misma moneda que le pagó a Casillas o al propio Cristiano. Crece el temor ante un cambio de ciclo que amenace con una oleada de bajas y ven a Lopetegui como al tecnócrata que llegó para administrar la remodelación.
Cuentan en Valdebebas que Cristiano no deja de hablar con sus excompañeros. Les insiste en que él no se fue porque quisiera sino porque el club le empujó a ello negándole una oferta de renovación durante siete meses y ofreciéndole 28 millones netos por año, solo para justificarse, cuando estaba a punto de cerrar por 30 con la Juventus. Esto causó casi tanta consternación en los jugadores como cuando se enteraron de que el Madrid le ofreció 50 millones de euros netos a Neymar este verano, como recurso de última instancia para que se decidiera a abandonar el PSG. Dice un futbolista del Madrid bajo condición de anonimato que cree que sus compañeros obtuvieron esta información del propio Neymar a través de Marcelo y Casemiro, amigos y compañeros de selección durante el mes que duró el Mundial, precisamente cuando el padre del ídolo de Brasil negoció el traspaso que luego se negó a culminar. Lo que contaron los brasileños generó un sentimiento de injusticia ante el doble rasero que empleó Florentino Pérez entre un líder como Cristiano y un meritorio que lleva un año medio entre el ocio y el negocio en París.
Las fuentes consultadas en la directiva niegan que existiera un plan de renovación general de la plantilla, ni que Lopetegui recibiera directrices de Florentino Pérez. Al contrario, en los despachos del Bernabéu están lejos de considerar al entrenador como a un aliado. “Torpe” es el término que más emplean al describir su tarea y ponen como ejemplo la suplencia de Kroos —hombre extremadamente susceptible— ante el Levante. El problema es que demasiados futbolistas han dejado de creer en la empresa y Lopetegui no ha hecho nada por evitar que se multipliquen los suspicaces. Puede que no sean la mayoría pero en la dirección apuntan a hombres de gran influencia. Gente como Marcelo, Kroos, Keylor, Carvajal, Casemiro o Modric viven cada día más inquietos ante su futuro profesional.
La gestión de Lopetegui inflamó a los incrédulos. En la plantilla señalan que la sustitución de Marcelo en Girona, en agosto, reveló el verdadero carácter de un técnico que no cree en la vieja guardia. Lo mismo prueba la apresurada suplencia a la que relegó a Keylor, el portero al que sus compañeros atribuyen parte de las tres Champions.
Florentino Pérez, según una persona que estuvo en el palco contra el Levante, sabe muy bien que en el vestuario se desarrolla un sentimiento de agravio que es preciso frenar cuanto antes. El presidente teme que la presencia de Lopetegui empeore las cosas de tal modo que el equipo sea incapaz de vencer mañana al Viktoria y complique su clasificación para octavos de la Champions.
La coyuntura adquiere el más sombrío de los precedentes para Florentino Pérez. La última vez que asistió a una serie de cinco partidos seguidos sin lograr el triunfo fue en 2004, coincidiendo con el origen de la crisis que desmanteló al Madrid de los llamados galácticos y desembocó, en 2006, en su dimisión."
Son 14 las veces que usa fuentes anónimas en 9 párrafos de un texto de menos de 800 palabras. ¿Hay alguien que le pueda dar algo de credibilidad a esto? Diego Torres cada vez se parece más al periodista fabulador de la serie "The Wire", Scott Templeton, inventando citas e ideas que sólo salen de su cabeza.
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