El mes de marzo acabó hace una semana y ya es hora de que repase lo que me leí durante esos 31 días. Han sido 13 libros en total, 10 en español, 2 en inglés y uno en italiano, de los cuales novelas han sido 4, recopilaciones de cuentos o historias breves han sido 3, revistas de culturetas también 3, cómics 2 y un guión de cine. En resumen, un mes completito y bastante fructífero en lo que a lectura se refiere. Siguiendo con la numeración de los libros leídos durante el año, los de marzo fueron:
26. "Indiana Jones and the Monkey King" de Chris Columbus. 101 páginas (e-book).
Se trata del guión original (en inglés, obviamente) que hizo el guionista y director Chris Columbus (ojo con este tío, participó en el guión de "Los Goonies" y de "El secreto de la pirámide") para una hipotética tercera entrega de las aventuras del genial arqueólogo aventurero (es de 1985). Al contrario de lo que ocurría en la más que fallida última película (sigo considerando las aventuras de Indy como una trilogía), en esta historia se mantienen los elementos básicos de las historias del héroe de chupa, Fedora y látigo, ya que, exceptuando la historia de amor (que resulta fallida en esta ocasión, lo que queda francamente fuera de lugar), se cuenta con un elemento de enganche (la idea del Rey Mono del título, que además cuenta con un cachivache con poderes), un grupo de secundarios entretenidos y, lo que resulta clave, unos malos muy malos (unos nazus, ¿quiénes si no?). En resumen, habría sido una digna película, sobre todo si la historia con las chicas hubiera sido corregida.
27. "Dress your family in corduroy and denim" de David Sedaris. 272 páginas (e-book).
Esta es una recopilación de relatos semibiográficos (no sé si creérmelos todos, aunque sí parecen muy reales) del escritor estadounidense David Sedaris. Son todo historias suyas o de su familia, siempre desde un punto de vista cómico y francamente divertido. Es la segunda vez que leo este libro (la primera vez fue la versión traducida) y, aunque recordaba alguna de las historias (la que cuenta sobre cómo su hermano pequeño tiene entrenados a sus perros a comerse la mierda el uno al otro según la sueltan es simplemente graciosísima), me lo he pasado en grande releyéndolo. Muy recomendable.
28. "El animal moribundo" de Philip Roth. 128 páginas (e-book).
En esta novela corta, el genial Roth se adentra en las reflexiones de índole sexual de un personaje que ya está en la ancianidad (este personaje ya protagonizó un par más de novelas antes) y que ve cómo pierde los sentidos ante una alumna en particular (una exuberante joven de origen latino), algo que, por otra parte, siempre le ha ocurrido. Se lee muy muy rápido y la historia es mucho más interesante de lo que cualquiera pueda poner en un resumen como el que acabo de hacer, porque Roth escribe (o escribía) francamente bien.
29. "El mapa y el territorio" de Michel Houellebecq. 384 páginas (e-book).
Esta novela del controvertido Houellebecq, que le ha valido ganar el premio Goncourt, me ha gustado mucho. Se trata de un repaso a la vida de un artista en estos inicios de siglo XXI. Mediante esta curiosa biografía, el escritor francés aprovecha para realizar un fresco de la sociedad actual, usando personajes reales (incluido él mismo) que le permiten dar su particular visión de dónde estamos y hacia dónde vamos, centrándose en el mundo del arte pero siendo este análisis extrapolable a la vida en general. Muy interesante.
30. "La amante de Bolzano" de Sándor Márai. 289 páginas (e-book).
El húngaro Sàndor Marai se vale en esta obra de la leyenda del conquistador de mujeres, empedernido juerguista y jugador, el famoso Giacomo Casanova. En su revisita a tan curioso personaje, Márai sitúa al lector ante la posibilidad ficiticia de que, habiendo escapado de Venecia y camino de otros sitios donde continuar sus aventuras, Casanova decide descansar unos días en Bolzano, donde un antiguo amor reside. Entretenida, aunque no se trate de la mejor de sus novelas.
31. "Patria" de Robert Harris. 432 páginas (e-book).
Esta es una historia curiosa que parte de una premisa de falsedad histórica, es decir, de un "¿y si...?". En este caso, Robert Harris (cuñado de Nick Hornby, dato curiosos que nada tiene que ver con la historia) se pregunta sobre qué habría pasado si los nazis hubieran ganado la II Guerra Mundial, pactando con americanos, ingleses y franceses (estos dos últimos bajo condiciones de sometimiento) y siguiendo la lucha contra los soviéticos. Para añadir un poco más de chicha a la historia, ya de por sí curiosa, el personaje principal, un investigador de la policía, se encuentra con que una serie de jerarcas importantes está desapareciendo del mapa misteriosamente, cuando se está acercando el 75 cumpleaños del Führer y parece que el presidente de EE.UU. está por venir a Alemania. Es una novela bastante entretenida, no cae en tópicos (lo que se agradece) y además está bastante bien documentada. Recomendable.
32. "Panenka Nº17" de VV.AA. 116 páginas.
En esta entrega de la revista futbolera, se hace un repaso de los futbolistas y entrenadores españoles que, por diferentes circunstancias (unos por la crisis, otros por vivir la experiencia, otros por mejorar deportivamente) se encuentran desarrollando su actividad profesional en el extranjero. Además de esto, hay entrevistas a personalidades del mundo del fútbol como el periodista Víctor Hugo Morales (el que retransmitió el gol de Maradona contra los ingleses, acuñando lo de "barrilete cósmico") o el futbolista del Rayo Leo Baptistao.
33. "Five" de VV.AA. 258 páginas.
Dentro de las propuestas para culturetas, moderniquis y gafapastas que saca la gente de Jot Down, en este caso se han aliado con otras cuatro revistas (de ahí el título) y han sacado un número especial con contenido desarrollado por cada una de ellas. He de reconocer que en muchas partes se me ha hecho tedioso a más no poder, además de encontrame con temas muuuuuy alejados de mis intereses habituales y del lector medio normal (la entrevista al último tipo es el culmen de lo snob). Aburridilla, no creo que la pille de nuevo.
34. "Cacciatori nelle tenebre" de Francesco y Gianrico Carofiglio. 143 páginas.
Este es el último de los cómics italianos que me pille cuando fui a Roma. En este caso se trata de la historia de un grupo especial comandado por un personaje que sale de manera secundaria en algunos de los libros del abogado Guido Guerreri (cuyo autor es Gianrico Carofiglio). Este grupo se encarga de investigar el asesinato de un tipo envuelto en una trama de pornografía infantil. La verdad es que me ha gustado bastante, no sólo por la historia que lo es ya de por sí, sino por la manera en la que están hechos los dibujos y la ambientación. Muy recomendable.
35. "De repente llaman a la puerta" de Etgar Keret. 208 páginas (e-book).
Se trata de una colección de cuentos de lo más divertida e interesante. El autor es israelí (no recuerdo dónde he oído o leído hablar de él, pero lo tenía apuntado en el móvil y me bajé este libro suyo) y la manera en la que escribe no deja indiferente para nada. Sus historias son frescas y muy originales, así que seguro que leeré más libros suyos. Imprescindible.
36. "Café Budapest" de Alfonso Zapico. 164 páginas.
Esta novela gráfica del ganador del Premio Nacional del Cómic 2012, trata sobre un joven violinista judío y su madre que, dada las situación económica en la que viven (en 1947, tras la II Guerra Mundial), viajan desde Hungría hasta Jerusalén para ganarse la vida en el Café del hermano de ella (el que da título a la historia). Sin embargo, el momento en el que llegan a la ciudad santa no es el mejor, el protectorado británico está a punto de llegar a su fin y la guerra está cerca. Me ha parecido una historia muy entretenida, interesante y sin caer en tópicos de buenos y malos (que es lo que se tiende a hacer con estos temas). Muy muy recomendable.
37. "Momentos estelares de la humanidad" de Stefan Zweig. 312 páginas (e-book).
En esta recopilación de momentos históricos, Stefan Zweig no sólo repasa lo acaecido con la exactitud del mejor de los historiadores, sino con el talento del mejor de los novelistas. De este modo, recordamos los últimos momentos de Cicerón, la caída de Constantinopla o la batalla de Waterloo, no sólo con precisión sino disfrutando de cómo nos cuentan lo sucedido. Muy muy bueno.
38. "Orsai Nº12" de VV.AA. 156 páginas.
De Orsai, Casciari y demás ya hablé aquí y aquí.
Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener
domingo, 7 de abril de 2013
miércoles, 3 de abril de 2013
El anuncio de Bankia, símbolo de un país de pandereta
Vivimos en lo que comúnmente se conoce como un país de pandereta. Razones para denominarlo así las hay últimamente en casi todas las noticias de ámbito nacional, con lo que no creo que nadie se lleve las manos a la cabeza. El último anuncio de BANKIA es el último ejemplo de ello.
Fulano pide un préstamo a Bankia para comprar una vivienda, avalado por sus padres que acaban de contratar un producto muy bueno, también en Bankia, destinado sólo a los mejores clientes (las famosas preferentes, curioso nombre, ¿no?. Fulano, por azares del destino (o porque el sistema capitalista funciona especialmente mal en nuestro país, en el que vamos a por los 6 millones de parados) se queda sin trabajo cuando le queda por pagar la mitad del préstamo.
Bankia se queda con su vivienda y le desahucia sin compasión alguna que para eso es un banco, pero le sigue exigiendo el pago de la deuda con los intereses, que se van multiplicando (un sistema justo donde los haya, ¿verdad?). Fulano se va a vivir con sus padres y estos asumen la deuda como avalistas. Bankia se arruina y el gobierno le da un préstamo, que Fulano tiene que pagar con sus impuestos (tócate las narices).
Por otro lado, el gobierno, para ayudar a Bankia (¿cuándo un gobierno ayuda al ciudadano en vez de a un banco?) decide que el valor del producto que compraron los padres de Fulano pasa a valer 100 veces menos y éstos se arruinan (las preferentes, un negocio donde los haya). Al no poder pagar, Bankia les embarga la vivienda puesta como aval y desahucia a todos los que viven en ella, aunque ambas familias siguen debiendo el dinero a Bankia (en este punto de la película, si todavía no odias a Bankia es que eres tonto perdido).
Bankia no tiene ningún tipo de responsabilidad legal por haber arruinado a los padres de Fulano (un sistema justo donde los haya, este nuestro, ¿a que sí?). De repente, Fulano y sus padres se convierten en terroristas por pedir a los políticos que votaron (o que se han tragado porque la democracia es así) que tomen medidas para corregir el desaguisado. Probablemente sea más fácil que Fulano y sus padres vayan a la cárcel antes que Urdangarín o Bárcenas.
¿Me puede alguien explicar cómo puede ser que encima, después de todo esto, tengan desde Bankia la desfachatez de lanzar una campaña de marketing (que pagan con el dinero del préstamo) tan increíblemente sucia como se puede ver en el vídeo anterior? Están jugando con fuego y no parecen darse cuenta. Cuando la gente no tiene nada que perder se convierte en impredecible y dispuesta a todo por lo que considera justo. Yo saqué mi dinero de allí, ¿y tú?
Fulano pide un préstamo a Bankia para comprar una vivienda, avalado por sus padres que acaban de contratar un producto muy bueno, también en Bankia, destinado sólo a los mejores clientes (las famosas preferentes, curioso nombre, ¿no?. Fulano, por azares del destino (o porque el sistema capitalista funciona especialmente mal en nuestro país, en el que vamos a por los 6 millones de parados) se queda sin trabajo cuando le queda por pagar la mitad del préstamo.
Bankia se queda con su vivienda y le desahucia sin compasión alguna que para eso es un banco, pero le sigue exigiendo el pago de la deuda con los intereses, que se van multiplicando (un sistema justo donde los haya, ¿verdad?). Fulano se va a vivir con sus padres y estos asumen la deuda como avalistas. Bankia se arruina y el gobierno le da un préstamo, que Fulano tiene que pagar con sus impuestos (tócate las narices).
Por otro lado, el gobierno, para ayudar a Bankia (¿cuándo un gobierno ayuda al ciudadano en vez de a un banco?) decide que el valor del producto que compraron los padres de Fulano pasa a valer 100 veces menos y éstos se arruinan (las preferentes, un negocio donde los haya). Al no poder pagar, Bankia les embarga la vivienda puesta como aval y desahucia a todos los que viven en ella, aunque ambas familias siguen debiendo el dinero a Bankia (en este punto de la película, si todavía no odias a Bankia es que eres tonto perdido).
Bankia no tiene ningún tipo de responsabilidad legal por haber arruinado a los padres de Fulano (un sistema justo donde los haya, este nuestro, ¿a que sí?). De repente, Fulano y sus padres se convierten en terroristas por pedir a los políticos que votaron (o que se han tragado porque la democracia es así) que tomen medidas para corregir el desaguisado. Probablemente sea más fácil que Fulano y sus padres vayan a la cárcel antes que Urdangarín o Bárcenas.
¿Me puede alguien explicar cómo puede ser que encima, después de todo esto, tengan desde Bankia la desfachatez de lanzar una campaña de marketing (que pagan con el dinero del préstamo) tan increíblemente sucia como se puede ver en el vídeo anterior? Están jugando con fuego y no parecen darse cuenta. Cuando la gente no tiene nada que perder se convierte en impredecible y dispuesta a todo por lo que considera justo. Yo saqué mi dinero de allí, ¿y tú?
lunes, 1 de abril de 2013
"Los amantes pasajeros", el traje nuevo de Almodóvar
El sábado fui al cine a ver la última película del exitoso director Pedro Almodóvar, "Los amantes pasajeros". No he sido nunca aficionado a sus películas ni a su manera de hacer cine en general, aunque sí he visto parte de su filmografía, siempre con una sensación de que había algo que me perdía o que no entendía, dado que, excepto en tramos de alguna de las películas, sus historias me parecen tirando a aburridas, con situaciones carentes de sentido y fuera de lugar, cuando desde la prensa y parte del público siempre se ha alabado la obra del manchego.
Ha habido en la prensa, sin embargo, una nota discordante, un crítico que hace oídos sordos a las loas que se oyen y se leen por doquier en lo que respecta a cada nuevo trabajo de Almodóvar. Se trata de Carlos Boyero, el crítico de cine de El País (anteriormente de El Mundo) y que también participa en la Cadena SER. Desde hace bastante tiempo, Boyero clama en sus críticas sobre la inanidad, el tedio y la carencia de sentido en las películas de Almodóvar (ver sus críticas "¿Qué he hecho yo para merecer esto?" y "¿Qué he hecho yo para merecer esto? (II)" o vídeo) que le aburren hasta decir basta. El caso es que se trata del único que muestra en sus opiniones un rechazo frontal hacia la filmografía y el supuesto talento de nuestro cineasta más universal. Yo estoy de acuerdo con Boyero, lo de Almodóvar es, como sucede en otros ámbitos, un claro ejemplo de "traje nuevo del emperador", es decir, nadie parece atreverse a decir que el emperador va desnudo (la carencia de talento de Almodóvar y lo malas que son sus películas) y sólo un niño (Boyero) se atreve a gritar en voz alta que no lleva nada puesto y lo ridículo que es.
La película en sí, es mala a rabiar, de eso por mi parte no hay duda alguna. Se nos trata de convencer de que hay una historia que contar desde el punto inicial (un avión que va a Méjico se pone a dar vueltas sobre la Mancha buscando un aeropuerto donde hacer un aterrizaje forzoso porque tiene un problema técnico) pero en realidad no es más que una burda farsa. La presunta comedia disparatada que el director manchego nos ha vendido en esta ocasión (para eso, como dice Boyero, no hay nadie como él, porque la maquinaria que pone en marcha para la promoción de cada película es sensacional, vendiendo la burra como si fuera una yegua de carreras) es un compendio de situaciones absurdas a modo de falsos sketches carentes de gracia alguna y sin ningún tipo de ilación, ya que la trama es inexistente y el guión brilla por su ausencia, probablemente porque en realidad no hay ninguna historia que contar.
El aparente talento artístico de Almodóvar no se ve durante el metraje por ninguna parte, como sucede en la mayoría de sus películas, y sólo la presencia de un elenco amplio de caras conocidas (desde Penélope Cruz y Antonio Banderas en un cameo inicial sin interés, pasando por Javier Cámara, Cecilia Roth, Willy Toledo, Paz Vega, Carlos Areces, Miguel Ángel Silvestre o Hugo Silva) puede hacerte llevadero el rato excepto si tenías ganas de reír, porque de risas nada, oiga. Se trata de una colección de escenas donde al espectador no se le arranca ni una sonrisa y encima, con la colección de buenos actores y actrices que pasan por la pantalla (¿cómo puede ser que Antonio de la Torre, Raúl Arévalo o Lola Dueñas nos parezcan tan buenos con otros directores y en esta película resulten tan anodinos?) lo único en lo que se piensa es en el derroche de talento interpretativo que se está desperdiciando.
Ni siquiera cuando trata de ser soez (con reiteradas alusiones a felaciones entre hombres) resulta gracioso Almodóvar en esta historia, básicamente porque para hacer gracia, incluso usando esas artimañas escatológicas, hay que tener un talento del que, es evidente, el manchego carece. Lo único rescatable de semejante bodrio es el numerito musical que hacen los tres azafatos encarnados por Javier Cámara (que por cierto parece haberse encasillado en los personajes gays, tras dejar atrás los cortos de mente que interpretaba antes), Carlos Areces y Raúl Arévalo.
Le recomiendo encarecidamente a todo el mundo que se abstenga de ir al cine asufrir ver esta estúpida película, sobre todo si quieren reírse, es más fácil que lo hagan con cualquier otra con menos pretensiones y títulos absurdos (como "Dos colgados muy fumados").
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El perpetrador del bodrio |
Ha habido en la prensa, sin embargo, una nota discordante, un crítico que hace oídos sordos a las loas que se oyen y se leen por doquier en lo que respecta a cada nuevo trabajo de Almodóvar. Se trata de Carlos Boyero, el crítico de cine de El País (anteriormente de El Mundo) y que también participa en la Cadena SER. Desde hace bastante tiempo, Boyero clama en sus críticas sobre la inanidad, el tedio y la carencia de sentido en las películas de Almodóvar (ver sus críticas "¿Qué he hecho yo para merecer esto?" y "¿Qué he hecho yo para merecer esto? (II)" o vídeo) que le aburren hasta decir basta. El caso es que se trata del único que muestra en sus opiniones un rechazo frontal hacia la filmografía y el supuesto talento de nuestro cineasta más universal. Yo estoy de acuerdo con Boyero, lo de Almodóvar es, como sucede en otros ámbitos, un claro ejemplo de "traje nuevo del emperador", es decir, nadie parece atreverse a decir que el emperador va desnudo (la carencia de talento de Almodóvar y lo malas que son sus películas) y sólo un niño (Boyero) se atreve a gritar en voz alta que no lleva nada puesto y lo ridículo que es.
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¿Ridículo? Sí. ¿Sin gracia? También. |
La película en sí, es mala a rabiar, de eso por mi parte no hay duda alguna. Se nos trata de convencer de que hay una historia que contar desde el punto inicial (un avión que va a Méjico se pone a dar vueltas sobre la Mancha buscando un aeropuerto donde hacer un aterrizaje forzoso porque tiene un problema técnico) pero en realidad no es más que una burda farsa. La presunta comedia disparatada que el director manchego nos ha vendido en esta ocasión (para eso, como dice Boyero, no hay nadie como él, porque la maquinaria que pone en marcha para la promoción de cada película es sensacional, vendiendo la burra como si fuera una yegua de carreras) es un compendio de situaciones absurdas a modo de falsos sketches carentes de gracia alguna y sin ningún tipo de ilación, ya que la trama es inexistente y el guión brilla por su ausencia, probablemente porque en realidad no hay ninguna historia que contar.
El aparente talento artístico de Almodóvar no se ve durante el metraje por ninguna parte, como sucede en la mayoría de sus películas, y sólo la presencia de un elenco amplio de caras conocidas (desde Penélope Cruz y Antonio Banderas en un cameo inicial sin interés, pasando por Javier Cámara, Cecilia Roth, Willy Toledo, Paz Vega, Carlos Areces, Miguel Ángel Silvestre o Hugo Silva) puede hacerte llevadero el rato excepto si tenías ganas de reír, porque de risas nada, oiga. Se trata de una colección de escenas donde al espectador no se le arranca ni una sonrisa y encima, con la colección de buenos actores y actrices que pasan por la pantalla (¿cómo puede ser que Antonio de la Torre, Raúl Arévalo o Lola Dueñas nos parezcan tan buenos con otros directores y en esta película resulten tan anodinos?) lo único en lo que se piensa es en el derroche de talento interpretativo que se está desperdiciando.
Ni siquiera cuando trata de ser soez (con reiteradas alusiones a felaciones entre hombres) resulta gracioso Almodóvar en esta historia, básicamente porque para hacer gracia, incluso usando esas artimañas escatológicas, hay que tener un talento del que, es evidente, el manchego carece. Lo único rescatable de semejante bodrio es el numerito musical que hacen los tres azafatos encarnados por Javier Cámara (que por cierto parece haberse encasillado en los personajes gays, tras dejar atrás los cortos de mente que interpretaba antes), Carlos Areces y Raúl Arévalo.
Le recomiendo encarecidamente a todo el mundo que se abstenga de ir al cine a
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