Ahora mismo, cuando escribo estas palabras, Mina tiene un año y casi ocho meses.
Mina es despierta, inquieta, muy sonriente, divertida y juguetona.
Mina adora comer, es muy raro que rechace comida que le ofrezcas, desde la más aburrida de las verduras al más apasionante de los filetes, aunque hay algo que le gusta por encima de cualquier cosa: la "tilla" (tortilla francesa), que si le preguntas que quiere desayunar, comer o cenar, es la respuesta inmediata que obtienes.
Las únicas palabras que Mina dice inequívocamente bien son mamá, papá, pan, no y Leia (la gata, y todos los gatos en sí).
Básicamente, esto anterior sucede porque Mina maneja un vocabulario reducido, en el que una "palabra" puede significar más de una cosa, como "tilla", que es la palabra que usa tanto para su adorada tortilla francesa como para las zapatillas que se pone.
Del mismo modo, con Mina, tenemos a "tete" (chupete), "ton" (su muñeco para dormir, un ratón), "abubu" (abuelo), "abuah" (abuela), "illa" (la silla para comer), "elbibe" (el biberón), "ahua" (agua), "pa" (paloma), "guagua" (perro), "ma" (más).
Cuando le preguntamos cómo se llama, ella dice, sin atisbo de duda: "Mina".
Mina es mi hija Martina, el mejor regalo que me ha dado la vida.
Bendiciones para esa preciosidad y su adorada familia. Enhorabuena por el bonito momento vital, disfrútalo. Y otra cosa, menuda genialidad el retrato de Mina…. Crack!!!
ResponderEliminarMuchísimas gracias, Manolo, de corazón.
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