Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

lunes, 17 de junio de 2019

Tras la calma...La tempestad

El sábado se confirmó lo que muchos consideramos una tragedia: la proclamación como alcalde de Madrid de José Luis Martínez-Almeida. Tras cuatro años en los que se ha reducido la deuda del consistorio a menos de la mitad que al comenzar la legislatura (gracias fundamentalmente a la pericia de Carlos Sánchez Mato, y quizás a que no se ha robado lo que robaron los predecesores), en los que se ha impulsado una acción pionera en la lucha de la contaminación (Madrid Central, esa medida que se ha aplaudido en toda Europa), en los que se ha tratado de adaptar la ciudad para los ciudadanos (y no para coches o empresas) con cosas como ensanchar las aceras de la Gran Vía, en los que se ha potenciado la acción social en vez de las ayudas a las empresas, en los que hemos tenido un oasis de progresismo y de gobierno para todos...Cuatro años que van a quedar en la anécdota, principalmente porque, quitando Madrid Central, del resto de cosas se van a apropiar los recién llegados como si se debieran a su gestión y no a la del equipo de Manuela Carmena, y con el habitual uso de propaganda que realizan, el ciudadano de a pie los votará hasta que nos vuelvan a robar hasta lo que no tenemos (recordemos Gürtel, Lezo, Púnica...).


De las autonómicas en Madrid lo que queda claro es que el PP, como el PSOE en Andalucía, puede presentar un ficus como candidato y sacar una cantidad indecente de votos. Porque, al contrario de Martínez-Almeida, Isabel Díaz Ayuso es una persona bastante limitada intelectualmente, y está claro que eso a la gente le da igual a la hora de votar. Cada día de campaña ha venido protagonizado por una frase terriblemente estúpida de Díaz Ayuso (como aquella de que echaba de menos los atascos) y no ha pasado nada. Aquí gobernará el PP hasta que cacen niños como Herodes.


Estas elecciones municipales y autonómicas suponen la constatación de dos hechos representativos, uno a nivel local y otro a nivel general. A nivel local, tras las últimas elecciones queda claro que Madrid es una ciudad polarizada en izquierda y derecha, con ambos bloques muy cercanos en cuanto a votos, y en la que el votante de derechas es más fiel que el de izquierdas a la hora de votar (no en cuanto al partido, sino al hecho mismo de votar). A nivel general, la idea de que la aparición de Vox y el ascenso de Ciudadanos haría que se fragmentara el voto en la derecha, que el PP cayera estrepitosamente y que la izquierda saldría beneficiada...Pues no se ha cumplido. El PSOE gana a nivel global (como en las generales) pero no en las capitales importantes, y ahora los votantes de derechas (fieles como ya hemos dicho) tienen alternativas con el tripartito de Colón. Los más moderados a C's, los clásicos al PP y los más fachas (porque no nos engañemos, es lo que son) a Vox.


Desde el punto de vista de la izquierda, volvemos a los dos problemas básicos a la hora de intentar gobernar: el fenómeno "Frente Popular de Judea" y la abstención. Del primero ya hablé en su momento, pero es sencillo de resumir, basta con decir que es casi imposible que la izquierda se presente como bloque a unas elecciones. Enlazando con el segundo concepto, podríamos afirmar que, incluso en el hipotético caso de que exista ese bloque, siempre habrá votantes de izquierda que se quedan en casa. El votante de derechas castiga con el voto, el de izquierdas castiga no yendo a votar. Por eso en España (y en Madrid en especial) hemos aguantado tanto gobierno pepero...Y lo que nos queda. Hasta que el votante de izquierdas no asuma que ha de votar SIEMPRE, seguiremos quejándonos tontamente.

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