Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

miércoles, 19 de octubre de 2016

"Múnich" y el alegato de Spielberg a favor de la Ley del Talión

Como suele suceder con los proyectos que llevan la firma de Steven Spielberg, desde su estreno en los cines de todo el mundo en 2005, tuve en mente ir a ver "Múnich", la película en la que el mítico director de cine estadounidense recreó lo sucedido tras el atentado ocurrido en la ciudad alemana que da título al film, en plenos Juegos Olímpicos de 1972. El hecho en sí es bien conocido, unos terroristas palestinos llamados Septiembre Negro tomaron como rehenes a once deportistas israelíes que terminaron siendo ejecutados. A modo de respuesta por tan grave incidente, al gobierno liderado por la famosa Golda Meir no se le ocurrió mejor cosa que responder con la formación de un grupo de agentes de élite preparados para vengar esas muertes. Esta última parte es la que nos cuenta Spielberg en la película.


Pues bien, como decía, tuve en mente ver la película pero por unas razones u otras no fui a verla al cine y, aunque la han proyectado en televisión en más de una ocasión, nunca tuve a bien disfrutar de su visionado. Y así pasaron 10 años, hasta finales de 2015, cuando una noche tonta en Navidades me puse a ello. Cuando terminé con ella estaba impactado, con una estupefacción ante lo que había contemplado que me dejó anonadado. Era tal el shock, que si no hubiera sido tan tarde (terminé de madrugada) habría llamado a alguien sólo para comentar lo que había visto.


La película es de una factura monumental en todos los sentidos, ya que, además de ser dirigida por Spielberg, cuenta con un fantástico elenco de actores (Eric Bana, Daniel Craig, Geoffrey Rush, Matthieu Kassovitz...), la producción no escatimó en gastos (la ambientación es fabulosa en todos los sentidos), la trama de la película es entretenida pese a la duración de su metraje, y así podría enumerar un largo etcétera para describir que se trata de una película fantásticamente realizada en todos los ámbitos. ¿En todos los ámbitos? No, en todos no.


Toda la película es un alegato de la Ley del Talión: ojo por ojo, diente por diente, como bien se explicaba en el Antiguo Testamento. Aunque sea a través de un vehículo de entretenimiento, el bueno de Spielberg tiene como único objetivo mostrarnos su visión sionista de la vida y de la Historia: los judíos son los buenos y los palestinos los malos. Dios me libre de defender el acto terrorista de Septiembre Negro, fue algo que no tiene ningún tipo de justificación y que merece ser castigado...Pero no con más muerte. La respuesta de los asesinos israelíes (porque eso es lo que son) es igualmente reprobable, no se trata de algo ligeramente mejor por tratarse de una respuesta a un ataque, sino simple y llanamente eso: fríos asesinatos por venganza. En la película Spielberg, a través del fino trabajo de manipulación de los guionistas Tony Kushner y Eric Roth (ambos judíos, ¿casualidad?), nos muestra a unos terroristas palestinos que parecen bárbaros mientras que sus homólogos israelíes parecen sacados de un anuncio de Gucci; los asesinatos de los primeros son hechos por salvajes mientras que los perpetrados por los judíos son más que justificados; los palestinos son asesinos sin alma, no como los israelíes que son padres primerizos que se preocupan por el futuro de su familia.


Lo más torticero, dentro de una película tramposa total, es que se hace mutis por el foro con respecto al asesinato por error de Ahmed Bouchiki, una metida de pata descomunal cometida por los asesinos judíos (a los que pillaron, precisamente) y de la que no se hace mención en la película. Quizás lo único de la película que me provoca una sonrisa sea que fue ferozmente criticada por grupos judíos...Se ve que no estaban del todo satisfechos con el alegato de Spielberg a favor de la Ley del Talión.

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