Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

martes, 4 de diciembre de 2012

El doblaje en España, el enemigo en casa

Para no llevar a despistes y dejar las cosas claras desde el inicio, empiezo con una declaración de intenciones: estoy en contra del doblaje. Creo que se trata de una costumbre tristemente arraigada y perniciosa para cada uno de los individuos que vivimos en España. El doblaje en España, que Franco convirtió en obligatorio en 1941, se impuso como herramienta del régimen para controlar lo que venía de fuera, censurando lo que consideraban inapropiado. Sin embargo, caído el dictador, ningún gobierno español se ha atrevido a hacer cambio alguno en la manera en la que el doblaje gobierna nuestro contacto con cine y televisión extranjeros. Respecto a este tema mi opinión es tajante, hay que quitarse el doblaje de encima, reduciendo su uso al mínimo posible. Las razones que esgrimo para esto son las siguientes:

1. El doblaje impide que la interpretación de los actores se aprecie tal y como es, ya que al doblarse puede que nos den una versión parecida o más bien lo contrario. Por ejemplo, si alguien ha visto la serie "Castle" doblada y en versión original, puede comprobar como la voz grave de galán del protagonista se ve transformada en una absurda voz de pito una vez doblada...Lamentable.

2. El doblaje nos ha convertido a los españoles en gente a la que, en general, se le dan mal los idiomas y que para manejarse en inglés (el idioma internacional por excelencia) lo pasa francamente mal. Esto es triste y debería erradicarse cuanto antes, pero parece que nadie de los que toman las decisiones importantes es capaz de verlo. ¿No se pregunta nadie por qué en Portugal (ni siquiera pongo el ejemplo fácil de los países del Norte de Europa) tienen más facilidad para los idiomas y cualquiera es capaz de defenderse en inglés? Porque no tienen doblaje.

3. El doblaje hace que el cine y las series españolas sean productos minoritarios, centrados en tópicos y de una calidad generalmente infame. En Francia todas las películas que vienen de fuera se proyectan en versión original, la gente va más a ver películas de su país y esa es la razón principal por la cual la industria del cine francesa es tan poderosa. Aquí, excepto Torrente y las películas de directores de renombre que salen de vez en cuando (Almodóvar, Amenábar, Trueba...) las más taquilleras son las que vienen de EE.UU. y son, evidentemente, dobladas. Si nos quitáramos el doblaje de encima la gente apostaría más por el producto patrio y, además de salir fortalecidos la calidad aumentaría.

4. El doblaje actualmente es pésimo en España. Hace años era tan bueno (dentro de lo pernicioso que ha sido siempre, eh) que algunos actores de doblaje mejoraban a los originales (no sabe Bruce Willis lo que le debe a Ramón Langa respecto a su éxito en España) pero ahora son malos a rabiar, un eslabón más en la cadena de gente carente de talento que en general puebla el contenido audiovisual de este país, con lo que ya no existe ni siquiera esa triste excusa.

5. El doblaje cuesta un dinero que, al menos en las televisiones públicas, no se debería pagar. Si compras la serie y la pones tal cual (con subtítulos a elegir entre la versión original y en español) te ahorras un dinero que el Estado o las Autonomías están gastándose tontamente. Quizá me equivoque y el funcionamiento sea diferente, pero como sea como pienso, veo claro que desde las instituciones públicas deberían cuidarse de no gastar en cosas superfluas como ésta.

¿Y yo qué propongo? Pues acabar con el doblaje de la misma manera que se prohibió fumar en los lugares públicos. A partir del 1 de enero que viene, a tomar por saco, todo en versión original con la opción de poner los subtítulos en español o en el idioma original. La gente protestaría, pero a medio plazo (yo creo que incluso más rápido que lo del tabaco) todo el mundo estaría acostumbrado y empezaríamos a ayudarnos a nosotros y a las nuevas generaciones de españoles a manejarse con otros idiomas.


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