Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

martes, 3 de julio de 2012

CARTAS DESDE IWO JIMA (****) - Mucho más que una película de guerra


Mucho más que una película de guerra

Si una persona, de buenas a primeras, entra a un cine sin saber nada de lo que va a contemplar, se sienta en su butaca y disfruta de esta historia, saldrá pensando que se trata de una película de Kurosawa, o si no, de un alumno aventajado suyo, pero, desde luego, no se le ocurriría que la obra es de un cineasta estadounidense. A menos que sepa quién es Clint Eastwood, al que, con sus últimas obras (como “Mystic River” o “Million Dollar Baby”), se puede considerar el mejor director en la actualidad.

Si con “Banderas de nuestros padres” Eastwood nos mostraba el lado norteamericano del conflicto, en este caso nos hace ver, con el seguimiento de las vivencias personales de un grupo de militares de diferente graduación, cómo fue la dura batalla de Iwo Jima del lado del perdedor. Apoyado en un fantástico guión, firmado por Iris Yamahsita (que aporta la visión nipona) y Paul Haggis (guionista de “Million Dollar Baby” además de autor y director de “Crash”) con el que, sin el uso de frases rimbombantes, basándose sólo en la objetividad de las escenas y en el drama que viven los personajes, Eastwood es capaz de mostrarnos la dureza y el sinsentido de la guerra: hambre, sed, enfermedades, crueldad, etc. Pero también una cultura y un punto de vista diferente al occidental, el de un país orgulloso en el que morir por tu pueblo es el mayor de los honores y no hacerlo, la mayor de las infamias.

A la altura de la historia debemos poner la fotografía y el juego de luces y sombras (absolutamente espectaculares), la banda sonora (compuesta por el propio Eastwood), que acompaña perfectamente el devenir de la acción, y, por supuesto, al elenco de actores. A la cabeza del mismo, Ken Watanabe, que encarna perfectamente al General Kuribayashi, un hombre duro e inflexible pero justo, que echa de menos a su familia y evoca su pasado relacionado con EE.UU. También, entre otros, debemos nombrar a Saigo (Kazunari Ninomiya), un soldado raso, debilucho y cobarde, que recuerda a su mujer y al niño que ésta espera o al Barón Nishi (Tsuyoshi Ihara), un héroe de las Olimpiadas, como ejemplo de que cada pieza del puzzle cumple su función.

Apoyándose en numerosos “flashbacks” de los protagonistas y en las cartas que escriben (el verdadero motor de la película) que nos ayudan a comprender más a los personajes y cómo viven la situación en la que están inmersos, Eastwood consigue que el espectador crea en la veracidad de la historia de principio a fin. Nos encontramos ante mucho más que una película de guerra, sin duda una de las mejores películas de los últimos años. Imprescindible.


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