Sin ser votante del PSOE, siempre he admirado a Eduardo Madina. Desde que lo conocí en aquel maravilloso documental "La pelota vasca, la piel contra la piedra" de Julio Medem, cada vez que he tenido la oportunidad de escucharlo, lo he hecho. Puedo no estar de acuerdo con lo que dice, pero su manera de expresarse, de argumentar, de hacerte llegar un mensaje me parecen de una caballerosidad impropia de la política española (sólo Alberto Garzón, entre los primeros espadas actuales, está a ese nivel). Con Madina se tiende a olvidar que fue víctima de un atentado de ETA cuando era el líder de las Juventudes Socialistas en el País Vasco. No es sólo que perdiera la pierna (lo que cercenó su carrera como jugador de voleibol profesional), sino la manera en que le afectó esto a su familia (tanto él como sus padres cayeron en una fuerte depresión y su madre falleció a los 10 meses de un infarto).
Sus respuestas ante la pregunta "¿qué les diría al que atentó contra usted?" en el documental fueron exquisitas dentro de una dureza obvia, destacando bajo mi punto de vista lo siguiente: "...Le diría que leyera, porque probablemente no lo ha hecho mucho. Le diría que viajara, y que viera que Euskadi es absolutamente genial, pero que no merece que nadie mate por ella, porque Euskadi sólo tiene que ser igual al resto de las partes del mundo, y que de especial tiene muchas cosas pero quizá no tanto. Y que matando por ella, probablemente se la esté insultando...".
Por todo esto, sigo sin explicarme cómo fue posible que en la elección interna que hubo en 2014 para la Secretaría General, los militantes eligieran a Pedro Sánchez, el Vacuo. Porque para mí nunca fue guapo (algo discutible, desde luego), sino vacuo. Una especie de muñeco vacío, una fachada de un edificio carente de contenido, una pancarta sin mensaje. Supongo que los famosos "barones" del partido vieron en él alguien fácil de manejar, un mero títere con el que hacer y deshacer. Creyeron que un casi desconocido con buena apariencia podría repetir el éxito de Zapatero (otro que apareció de la nada y tampoco es un lince) pero no contaban con que lo de Zapatero fue un golpe del destino y que la situación política actual no era la adecuada para hacer experimentos con gaseosa. Si Madina hubiera sido el elegido, otro gallo le habría cantado al PSOE y, probablemente, a España.
Ahora Pedro Sánchez no sirve, lo ven falto de ideas, de carisma, de mensaje, de empuje...Vamos, que o bien llegan dos años tarde (algo grave) o el monstruo se les ha ido de las manos (algo peor que grave). A la cabeza de todos los críticos (quitando a Madina, algo evidente) está la inefable Susana Díaz. Esta mujer daría para un post entero, porque no tiene desperdicio. Dudo que podamos encontrar a alguien tan pagado de sí mismo con tan poco bagaje, a una persona que presume de lo que otros se avergonzarían, a alguien que, como bien apuntaban en Twitter, es como la Cruzcampo, porque en Andalucía les parece buenísima (sobre todo en Sevilla) pero en el resto de España no la tragan. ¿Cómo puede vanagloriarse tanto esta mujer si lo único que ha hecho es ganar las elecciones andaluzas una vez y con el peor resultado del PSOE de siempre? Teniendo en cuenta que los socialistas ganarían en Andalucía incluso poniendo un ficus como candidato, me parece que su chulería es un dislate fuera de lo común.
Y luego está Felipe González...¿Cómo semejante individuo puede tener la desfachatez de permitirse el lujo de dar lecciones? El maestro de la mentira, el engaño y las medias verdades. El hombre que dijo NO y luego SÍ a la OTAN. El Señor X detrás de los GAL. El primer presidente de la democracia en España que institucionalizó la corrupción (otros después la han hecho legendaria, eso es cierto). El hombre que se llevaba 127.000 € al año por no hacer nada en Gas Natural tras ser Presidente del Gobierno, disfrutando al máximo de las puertas giratorias. Pues bien, ese hombre se ha erigido en el portavoz de los socialistas descontentos con Pedro el Vacuo, asegurando que le había mentido y que pedía responsabilidad....Vaya chusma.
Lo mejor es que Vacuo no ha hecho nada que no dijera que fuera a hacer, ha sido fiel a sí mismo y a lo que ha pregonado en la multitud de campañas que hemos tenido últimamente. Dijo que votaría no a Mariano Rajoy en la investidura y eso ha hecho, dijo que no participaría en la "gran coalición" con PP y Ciudadanos y no ha participado, dijo que no pactaría con Podemos si no renunciaban al referéndum en Cataluña y no lo ha hecho...Y así podríamos seguir. Se pueden decir muchas cosas malas de Pedro Sánchez (yo lo hago), pero no que no es un hombre de palabra (algo difícil de decir de un político). Ahora está dispuesto a morir matando, y todo parece indicar que lo primero que está matando es a su propio partido, convertido auténticamente en el Circo de los Horrores.
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