En la mañana de ayer se juntaban (incluso se solapaban) dos
eventos que me implicaban directamente. El primero de ellos era el primer
partido de liga del glorioso S. XXXX (evidentemente no voy a poner el nombre
del equipo aquí, sería motivo de descojone continuo para todo aquel que se
prestara a seguirnos) que es el equipo en el que jugamos mis amigos de siempre
y yo desde tiempo inmemorial. En el S. lo importante no son las victorias (eso
es obvio, ganamos muy poco) sino juntarnos los amigos cada semana para vernos y
no perder el contacto. Además después de los partidos normalmente nos quedamos
tomando algo y comentando las jugadas y otras tantas cosas. Se trata de un rito
que me encanta tener, la verdad. El caso es que ayer teníamos el primer partido
y al habernos cambiado de día y franja horaria, estábamos expectantes ante el
nivel que mostrarían nuestros contrincantes (el año pasado nos metieron 12 ó 13
para empezar, así que no nos habría sorprendido una dolorosa derrota) y cómo
nos sobrepondríamos a la baja de la que ha sido nuestra estrella las últimas
temporadas, nuestro portero (lo que dice mucho de nosotros). Pues resultó que
ganamos, sorprendente pero cierto. En la primera parte me puse yo de portero
(probablemente sea de los peores porteros que haya en el mundo, y como jugador
de campo tampoco mejora mucho la cosa) y terminamos ganando 2-0. Probablemente hayan
sido los 20 minutos más plácidos que recuerde siendo portero. En la segunda
respondimos a nuestra fama, jugando peor y sin rematar las ocasiones que tuvimos,
con lo que con un gol con la mano y otro de rebotes múltiples nos empataron a
falta de 5 minutos. Sin embargo lo mejor estaba por llegar, ya que en las tres
jugadas siguientes marcamos tres goles, sentenciando el partido en un visto y
no visto, dejando que nos marcaran otro antes de que el árbitro pitara el final.
Total, 5-3, lo que es sin duda un comienzo liguero esperanzador.
El otro evento era el partido del Estu contra el Cajasol. Como
ya he dicho ambos partidos se solapaban ya que mi partido era a las 11:30 y el
de baloncesto era a las 12:15, con lo que pese a correr para llegar sólo pude
presenciar el final del segundo cuarto y la segunda mitad entera. Allí me
esperaban V. y su amiga M. que me comentaron que el Estu mandaba (de 7 al
descanso, 36-29) pero sin romper el partido, eso sí, con un excelso Carl
English (para goce de V. que le adora pese a que se esté quedando calvete) que
llevaba 16 puntos en el entretiempo. La segunda parte fue sencillamente
majestuosa, con el Estu en plan apisonadora anotando (40 puntos en la segunda
mitad) y defendiendo (sólo 17 puntos recibidos), de la mano de unos enormes
Kirksay (haciendo de todo, como siempre) e English (que se elevó hasta los 32
puntos con siete triples anotados). Ya dije el otro día por aquí que este Estu parecía un soplo de aire
fresco, y desde luego lo que hemos visto hasta ahora es para ilusionarse. Ojalá
esta línea de crecimiento siga igual, sería una buenísima noticia.
P.D. Sé que últimamente escribo menos por aquí, pero ahora
de lunes a jueves tengo clases de idiomas (L y X italiano, y M y J inglés) con
lo que me queda poco tiempo, que debo usar, además de para salir de casa y
disfrutar un poco de la vida (como el sábado pasado en el mercadillo medieval
de Alcalá de Henares, una gozada que hago año tras año), para terminar con la
presentación del Proyecto Fin de Carrera que me convertirá por fin en ingeniero
(ya queda menos). Espero encontrar huecos para poder seguir escribiendo,
básicamente porque me encanta hacerlo.
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