Como ya he comentado por aquí en alguna otra ocasión, yo soy aficionado al ciclismo por Perico. Cuando yo era un chavalín me ponía delante del televisor cada vez que había Vuelta a España o Tour de Francia (en aquella época el Giro y la Vuelta casi se solapaban en el tiempo y los ciclistas tenían que elegir, conque los españoles solían hacer la carrera nacional) y veía las grandes etapas de montaña completamente enfervorecido con Perico. Disfrutaba de los ataques y de las pájaras, de los segundos o minutos de distancia entre rivales, de un ciclismo sin pinganillos en el que el corredor decidía qué hacer en cada momento. Supongo que Perico fue el último campeón español sin pinganillo, un ciclista a la vieja usanza, capaz de ganar un Tour y dos Vueltas a lo grande haciéndose fuerte con sus gloriosos "hachazos" tras fingir que se quedaba, pero también llegar una hora tarde a un prólogo del Tour y terminar tercero a poca distancia, caerse cuando iba líder o retirarse por la muerte de su madre (yo creo que todos nos sentimos parte de Perico en aquella ocasión), es decir, un héroe pero con altibajos, un Indiana Jones de la bici, que gana pero sufre hasta conseguirlo, un deportista en el que verte reflejado y sentirte orgulloso.
Pues bien, cuando enchufé la tele ayer para ver la etapa de los Lagos, resultó que me vino a la mente instantáneamente la victoria de Perico allí en 1992 (también ganó en 1985) y que podéis ver resumida en el vídeo anterior. Recordaba que en la subida había dejado tirado al que iba con él (luego comentaron que fue Jesús Montoya) y que llegó solo a los Lagos. De hecho tenía grabada a fuego en la mente la imagen de Perico vestido con su traje del Banesto y con uno de los lagos de fondo, como si fuera una postal. Lo más divertido fue que antes de conectar con lo que estaba pasando en directo pusieron cómo había escalado Perico unos días antes mientras explicaba los puntos "calientes" de la subida. La edad no perdona, está claro, pero da gusto que alguien como el gran Pedro Delgado (inventor, ya como comentarista, de la idea de "El hombre del mazo" que golpea a los corredores antes de sufrir una pájara) te cuente de qué va el tema, aunque vaya más lento que cuando ganó hace 20 años.
También quiero aprovechar para reivindicar la importancia de la Vuelta a España. A día de hoy es, de lejos, mucho mejor que el Tour de Francia (del Giro no sé porque no lo echaron en la tele o no lo pude ver). Digo esto básicamente porque es un espectáculo digno de ver, en el que no hay una triste colección de etapas de transición en las que los ciclistas pasean hasta los últimos cinco kilómetros y entonces hay un sprint, sino que hay de todo: finales en alto, etapas de puertos suaves que propician escapadas, alguna etapa llana para sprinters, contrarreloj...Traté de ver el Tour este verano y ha sido un coñazo mayúsculo, un espectáculo tristísimo en el que ha ganado el menos malo (y el que mejor iba en la crono) y no ha habido ataques, probablemente la carrera ciclista de tres semanas más mediocre que yo haya visto. Sin embargo en la Vuelta hay espectáculo todos los días, con Contador, Valverde y "Purito" luchando entre ellos como cosacos, tratando de ganar pequeñas ventajas casi en cada etapa y dándole al espectador ganas de que llegue el día siguiente para ver un poco más. El Tour tendrá más nombre y prestigio (aunque sea a costa de ¿héroes? como Armstrong) pero la Vuelta mola 1000 veces más.
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