Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

viernes, 20 de agosto de 2021

Diez años sin tener billete

Resulta rápido decirlo, pero ya son diez años los que llevo escribiendo mis tonterías por aquí. No es que haya escrito mis memorias ni mucho menos, pero al final son 547 posts (incluyendo éste) en esta década. Eso significa que cada año, de media, he publicado casi 55 reflexiones, análisis, canciones, críticas o chorradas directamente. No está mal, aunque en realidad sé que el grueso de todo lo publicado sea de la primera época del blog, cuando lo comencé.


Lo he contado muchas veces por aquí, no es novedad, pero lo repito: a mí me salvó este blog. En una época en la que no podía hablar con nadie, no porque no tuviera con quién, sino porque no era capaz de hacerlo, tener este blog me sirvió como vía de escape durante un largo tiempo en el que lo pasé francamente mal. Escribía para mí, no para que nadie me leyera. Y es que esa era la razón principal del blog, y lo sigue siendo. Necesito escribir, y volcar negro sobre blanco lo que me pase por la cabeza, nunca publico nada obligado, porque mi nivel de auto-exigencia está claro: sólo escribo cuando quiero y puedo, nadie me paga por esto y lo hago por placer (o necesidad) así que hay épocas en las que apenas escribo (el mes de agosto, por las vacaciones, por ejemplo) y otras en las que estoy a tope por el motivo que sea (los artículos de la Eurocopa pasada, que me ha encantado escribirlos). Eso sí, lo que sí que hago fielmente es hacer reseña de lo leído durante el mes, aunque en realidad es algo que ordeno, porque ya tengo escrito previamente (lo hago al terminar cada libro).


Soy Rísquez y llevo diez años sin tener billete...

jueves, 15 de julio de 2021

Una dulce condena... Rísquez, 40 años y un día

Ayer fue mi cumpleaños y celebré números redondos: 40 castañas. No lo he analizado con perspectiva, no sé si porque no veo excesiva singularidad en cambiar el dígito o porque ya llevo tiempo con la idea en la cabeza de que quizás esté rondando la mitad de este camino que es la vida. El caso es que no me siento tan joven como lo hacía hace no tantos años, ni tan viejo como veo a gente unos años mayor. Es algo raro.

Fue un día medio normal y medio especial, fui a trabajar pero comí con mi familia (incluida mi encantadora sobrinita), la tarde me la tomé jugando a la consola (nada que me reclamara del trabajo) y luego me fui a esgrima. Terminé el día con V., cenando en un sitio molón y recibiendo una preciosidad de homenaje por la edad que cumplía, incluyendo regalos muy muy chulos. Me gustó cómo fue, sin grandes fastos pero con detalles especiales. 


 

El caso es que es la primera vez desde que tengo el blog que no escribo algo para mi cumple antes de que se produzca, y cuando me he querido dar cuenta ya era el día siguiente. Y me digo, 40 años y un día, coño, suena como a condena. Pero claro, de ser una condena, será una buena, una dulce condena... Como la canción de Los Rodríguez. Así que ahí va un clásico del pop-rock en español escrita por dos genios como Andrés Calamaro y Ariel Rot. Como siempre, vídeos y luego letra. Feliz cumpleaños... Para mí.




Cada vez que toco un poco fondo
Cada vez que el tiempo vuela
Un recuerdo más que pasajero
Otra ilusión que llega
Cada corazón merece una oportunidad
Y está perdida sola en medio de la ciudad
Soy el que lo piensa por los dos
Hasta que sale el sol
Cada sensación o sentir vulgar
Una sola cosa, un solo lugar
Un recuerdo más que pasajero
Será como empezar otra vez de cero
Cada corazón merece una oportunidad
Y está perdida sola en medio de la ciudad
Soy el que lo piensa por los dos
Hasta que sale el sol
No importa el problema
No importa la solución
Me quedo con lo poco que queda
Entero en el corazón
Me gustan los problemas
No existe otra explicación
Esta sí es una dulce condena, ah-ah
Cada vez que toco un poco fondo
Cada vez que el tiempo vuela
Un recuerdo más que pasajero
Otra ilusión que llega
Cada corazón merece una oportunidad
Y está perdida sola en medio de la ciudad
Soy el que lo piensa por los dos
Hasta que sale el sol
No importa el problema
No importa la solución
Me quedo con lo poco que queda
Entero en el corazón
Me gustan los problemas
No existe otra explicación
Esta sí es una dulce condena
Una dulce rendición, uh-uh, uh
Cada sensación o sentir vulgar
Una sola cosa, un sólo lugar
Un recuerdo más que pasajero
Será como empezar otra vez de cero
Cada corazón merece una oportunidad
Y está perdida sola en medio de la ciudad
Soy el que lo piensa por los dos
Hasta que sale el sol
Soy el que lo piensa por los dos
Hasta que sale el sol
No importa el problema
No importa la solución
Me quedo con lo poco que queda
Entero en el corazón
Me gustan los problemas
No existe otra explicación
Esta sí es una dulce condena
Una dulce rendición, uh-uh-uh-uh-uh
Me quedo con lo poco que queda
Entero en el corazón, uh, uh, uh
Me quedo con lo poco que queda
Entero en el corazón

lunes, 12 de julio de 2021

Final de la Eurocopa: It's coming... Rome

Llegó el fin de fiesta de la Eurocopa y lo hizo con los dos mejores equipos del torneo, ambos invictos (5-1-0 para Italia y 4-2-0 para Inglaterra) pero con una trayectoria dispar en cuanto a los rivales enfrentados (Inglaterra sólo ha jugado contra una selección de primer nivel en horas bajas como Alemania, mientras que Italia venía de eliminar a Bélgica y a España). La final se disputaba en Wembley, como las semifinales y todos los partidos de Inglaterra quitando el de Cuartos de final, y todo parecía predestinado para que la tonadilla de la canción de la Eurocopa de 1996 (It's coming home) se volviera realidad. Pero no, en realidad, It's coming... Rome (valga el juego de palabras).

El partido empezó con gol inglés, algo que volvió loco a los 60.000 espectadores (muchos ya venían algo tocados de la previa, no hay nada más que ver algunos vídeos) y dejó estupefactos a los jugadores italianos. No sé cuál sería el plan de Italia a la hora de afrontar el partido, pero estaba claro que a partir del gol de Luke Shaw sólo había un camino:buscar sin miedo el área rival. Sin embargo, por la inercia del gol y, probablemente, por el plan táctico de Southgate, los ingleses dominaron unos minutos más y acumularon tres o cuatro llegadas de cierto peligro, todas ellas con un mismo patrón: Kane haciendo de falso nueve como Olmo en Semifinales, recibiendo cerca del campo y abriendo a la banda (preferiblemente la cubierta por Emerson) y buscando el hueco abierto por la salida de los centrales a cubrir a Kane. Obviamente no era un plan tan dominador como el de España, ya que Inglaterra salió con tres centrales y dos carrileros, pero se veía cierta idea de cómo buscar la debilidad de la defensa italiana. Pero esto duró hasta el minuto 25 o 30. Ahí se acabó Inglaterra.

Mientras los ingleses iban poco a poco yéndose hacia el fondo de su cueva, los italianos dominaban cada vez más el partido a través de la posesión del balón, comandados por Jorginho (probablemente el jugador de la Eurocopa) y Verratti, y la profundidad de sus atacantes, principalmente Chiesa, un auténtico estilete ofensivo. La sensación al descanso era que Inglaterra ganaba pero que se acercaba el empate. Al inicio de la segunda parte esa sensación se fue convirtiendo poco a poco en certeza, primero con un tiro de Chiesa que sacó Pickford con una buena mano, y después con el embarullado gol de Bonucci. El partido empezaba de nuevo.

A partir del empate, Italia bajó sus revoluciones y, aunque siguió mandando, dejó pasar los minutos que quedaban hasta llegar a la prórroga. Que de los quince partidos de eliminatorias ocho de ellos hayan tenido prórroga (y cuatro, penaltis) te habla de la igualdad de esta Eurocopa, quizás por eso la final no podía ser menos. En el tiempo suplementario las cosas se igualaron un poco más, los acercamientos fueron menos peligrosos, y los cambios hicieron que Italia perdiera algo de peligro (sobre todo con la salida de Chiesa lesionado y la posterior de Insigne), mientras que Inglaterra sólo había sacado a Saka por Trippier como cambio más ofensivo (tras el gol italiano), haciendo dos sustituciones más de refresco sin cambiar la posición. Eso sí, de los cambios de los que se habla ahora es de los que hizo Southgate en el minuto 119 para que tiraran los penaltis. Rashford y Sancho salieron exclusivamente para los lanzamientos, y ambos los fallaron. Entiendo que el seleccionador inglés pensó que ellos serían más efectivos que Henderson y Kyle Walker, pero es que la garantía en los penaltis no existe.

Lo que sí parece existir es la ventaja en el lanzamiento de penaltis si comienzas tirando en la tanda. En esta Eurocopa ganaron la tanda todos los equipos que comenzaron tirando (Suiza a Francia, España a Suiza, Italia a España, Italia a Inglaterra). No sé si será un tema psicológico, pero está claro que no es algo que funcione al 50%. El que comienza tirando gana más veces de las que pierde. Y Chiellini volvió a ganar el saque, como contra España. Marcó Berardi, empató Kane. Falló Belotti (que respiró como Djukic, señal inequívoca de fracaso) con parada de Pickford y marcó Maguire (que demostró tener algo más que una enorme cabeza). Marcó Bonucci el empate, entonces Rashford hizo todo un teatrillo para engañar a Donnarumma... Y la tiró al palo. Marcó Bernardeschi y comenzó el show de Donnarumma atajando el tiro de Sancho. Si marcaba Jorginho, como contra España, Italia era campeona. Y atajó muy bien Pickford. Todo quedaba en los pies de Saka, el chaval de 19 años del Arsenal. Si marcaba seguía la tanda y si no... Tiró con poca confianza, igual de mal que su compañero Sancho en el anterior, y Donnarumma paró el tiro de forma similar. Italia campeona de la Eurocopa. Resultado merecido, pues propuso más ante una cicatera Inglaterra, y demostró sobreponerse con carácter ante un gol en contra muy pronto.

Termina la mejor competición de selecciones que recuerdo, con grandes equipos, muy buenos jugadores, mucho nivel futbolístico y muchísima igualdad. Con esto del Covid no tendremos que esperar mucho a la siguiente, en Qatar, ya que será entre noviembre y diciembre de 2022. Ojalá tengamos un campeonato tan apasionante como éste.