Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

martes, 27 de septiembre de 2011

"Grita" de Jarabe de Palo

No sé la de veces que habré escuchado (y cantado) esta canción, pero nunca me canso de oírla. No es una de esas canciones que necesite escuchar en plan frenético como otras, pero si tuviera que hacer una lista de mis canciones favoritas seguro que la pondría en ella, me parece que es un canto a la amistad sencillamente fantástico y me siento muy identificado cuando la escucho. Jarabe de Palo es uno de los grupos españoles que más me gustan porque he seguido su música desde que empezaron con "La flaca" y siempre que han sacado un disco ha habido alguna canción que me ha llegado de manera especial. Además Jarabe de Palo me hace pensar en mi amigo M. (es su grupo favorito) al que quiero un montón y, aunque ahora nos veamos menos (siempre nos quedará el fútbol, jejeje), considero como a un hermano, por lo que siempre que escucho "Grita" me acuerdo sobre todo de él.

Resulta que no hace muchos días iba conduciendo (cosa muy rara en mí) mi motonabo (un esplendoroso Corsa que cumplirá 22 añitos en breve) y como el pobre no tiene muchos de los avances tecnológicos que se le presuponen a un coche hoy día (en vez de dirección asistida es insistida, en vez de aire acondicionado tiene aire condicionado a si bajas la ventanilla o no, los frenos no son ABS sino más bien "ahívaese", la quinta marcha no debía existir en 1989...) resulta que he de llevar una radio portátil si quiero escuchar algo y no aburrirme. El caso es que como no se sintonizaba nada de nada me decidí por enchufar Kiss FM (no sé por qué pero siempre se oye bien) y cuando acababa de sintonizarla...Zas, ahí la tenía. La canté, por supuesto, y la verdad es que llevo unos días con ella en la cabeza así que por eso estoy escribiendo esto.

Supongo que todo el mundo conoce a Jarabe de Palo (por eso no pongo enlaces) y seguro que la mayoría también conoce esta canción pero de todas maneras, a continuación pongo un vídeo y la letra para el que le resulte interesante.



Hace días que te observo
y he contado con los dedos
cuántas veces te has reído,
y una mano me ha valido.
 
Hace días que me fijo
no sé qué guardas ahí dentro
y a juzgar por lo que veo
nada bueno, nada bueno.
 
De qué tienes miedo
a reír y a llorar luego
a romper el hielo
que recubre tu silencio.
 
Suéltate ya y cuéntame
que aquí estamos para eso
pa' lo bueno y pa' lo malo
llora ahora y ríe luego.

Si salgo corriendo, tú me agarras por el cuello
y si no te escucho, ¡grita!
Te tiendo la mano tú agarra todo el brazo,
y si quieres más pues, ¡grita!

Hace tiempo alguien me dijo
cuál era el mejor remedio
cuando sin motivo alguno
se te iba el mundo al suelo.

Y si quieres yo te explico
en qué consiste el misterio
que no hay cielo, mar ni tierra,
que la vida es un sueño.

Si salgo corriendo, tú me agarras por el cuello
y si no te escucho, ¡grita!
Te tiendo la mano tú agarra todo el brazo,
y si quieres más pues, ¡grita!
¡Grita! ¡Grita! ¡Grita!

Si salgo corriendo, tú me agarras por el cuello
y si no te escucho, ¡grita!
Te tiendo la mano tu agarra todo el brazo,
y si quieres más pues, ¡grita!

sábado, 24 de septiembre de 2011

Ha empezado el cole...¡¡¡Vuelven las series!!!

Efectivamente amigos, como todos los años septiembre nos trae un montón de cosas malas (el fin del verano, la vuelta de vacaciones, el comienzo de las clases, etc.) pero también llega la buena noticia del comienzo del grueso de las series yanquis. Normalmente, las cadenas estadounidenses eligen la última semana de septiembre y primeras de octubre para poner toda la carne en el asador, con grandes estrenos (éstos suelen ser de los últimos, si encuentro algo decente ya lo comentaré por aquí) y, sobre todo, con la vuelta de los pesos pesados (esas series que se mantienen en antena durante años por el éxito ya sea de crítica, público o ambos).

Supongo que cada uno de los aficionados de series tendrá en su agenda una lista para recordarle cuándo empiezan cada una de las series que sigue (o bien tiene algún amigo o familiar que se lo recuerde). Pues bien, mi lista, al menos la que he utilizado esta semana, es la siguiente: Cómo conocí a vuestra madre (How I Met Your Mother), Modern Family, Parks and Recreation, Community y Fringe. A continuación haré una pequeña reseña de todas excepto de Fringe, porque todavía no he visto el capítulo, así que ya hablaré de ella más adelante.

Como suele ser habitual, el inicio de la séptima temporada de How I Met Your Mother empalmó con el final de la sexta, esta vez con la novedad de que el estreno se produjo con dos capítulos seguidos en vez de uno. Eso sí, no ha cambiado nada de un año para otro (quizá a peor), la serie cada vez es más mediocre y no hace apenas gracia. Llevan más de tres temporadas estirando el chicle y en demasiadas ocasiones recurren a su propia historia (antes era puntual), con lo que tienes la sensación de que no hacen más que contarte una y otra vez lo mismo. La frescura de las primeras temporadas de HIMYM con grandes diálogos y recursos narrativos, fantásticas puestas en escena y maravillosos usos de las nuevas tecnologías se ha ido diluyendo de tal manera que si al principio estaba convencido de que podría ser la heredera de Friends (que es mucho decir) se ha convertido en esa serie que echan en EE.UU. los lunes y yo me descargo los martes para intentar que me entretenga 20 minutos. Encima las innovaciones más recientes no hacen más que joder la serie, la última es que Barney (el mejor personaje de la serie de lejos) se va a casar. Triste pero cierto, sobre todo sabiendo que la única gracia que tiene es que es un misógino que trata de acostarse por todos los medios con todas las mujeres guapas del mundo. Encima lo peor es que en vez de renovar la serie temporada a temporada, los águilas de la cadena les renovaron por dos años, con lo que ya sabemos que esta temporada los hijios de Ted tampoco van a saber cómo conoció a su madre. Yo sólo espero que la octava sea la última.

Foto de los protagonistas de How I Met Your Mother

Por otro lado, la frase "más de lo mismo" nos puede valer para definir el inicio de la tercera temporada de Modern Family aunque en este caso se trata de algo positivo, básicamente porque tras ver los dos primeros episodios que estrenaron de una tacada (se ve que hay bastantes que han tenido la misma idea) puedo afirmar que el nivel de esta comedia amable no ha bajado ni un ápice. Aunque la manera de llegar al espectador siga casi siempre la misma serie de pautas (cosa bastante lógica en este caso dado que es para todos los públicos), la originalidad de los guiones, lo fantástico que es el uso de la coralidad que ofrece una serie con tantos personajes (todo el elenco está francamente bien, cada uno aportando lo suyo como una máquina bien engrasada), y, sobre todo, la presencia del personaje de Phil Dunphy (Ty Burrell) que siempre te saca una sonrisa con su patetismo, hacen que la serie esté en plena forma y que dé la sensación de que tienen cuerda para rato. Al menos eso espero.

Foto de los protagonistas de Modern Family

A la par que la anterior se encuentra Parks and Recreation que estrenó el jueves su cuarta temporada con un capítulo en el que no da la sensación (más bien al contrario) de que se vaya a perder algo de todo lo que la ha hecho curiosa, divertida y original. Creo que esta serie ni siquiera ha llegado a España (de hecho no recuerdo cómo narices llegué a ella porque normalmente la gente la ve por The Office y yo no he visto esa serie en mi vida) así que a modo de resumen diré que, aunque hay varios personajes (de nuevo serie coral) en este caso todo gira en torno a Leslie Knope (Amy Poehler) una excéntrica funcionaria de ayuntamiento obsesionada con llegar a algo en el mundo de la política, que trabaja en el departamento de, para que nos entendamos, parques y jardínes de la ficticia ciudad de Pawnee en Indiana. La verdad es que todos los personajes son más o menos rarunos (no sabría decir cuál es el más extraño, pero creo que el jefe es la máquina) pero en conjunto producen una comedia simpática y sin pretensiones de veinte minutillos que se te hace muy corta, y con la que en muchas ocasiones te ríes un montón, así que se la recomiendo a todo el mundo.

Foto de algunos de los personajes que han pasado por Parks and Recreation

Empecé a ver Community justo antes del verano y la verdad es que la considero el descubrimiento del año. Si empiezas a ver los primeros capítulos de la primera temporada al principio tienes la sensación de que va a ser alguna historia que ya has visto (como pasa con un montón de comedias), pero según vas avanzando capítulo a capítulo, te das cuenta que el tío al que se le ha ocurrido toda la historia es un puto genio que ha revolucionado la manera de hacer comedias de esta clase: inventando la anti-comedia habitual, en la que usa todos los clichés de las series clásicas pero a la vez no lo hace al reírse de ellos. Además se saca de la manga un par de increíbles episodios relacionados con el paintball y los diálogos siempre mantienen continuas referencias a películas y series. A mí me enganchó de tal manera que me enchufé en un espacio corto de tiempo las dos temporadas que se han emitido (en EE.UU., aquí no tengo ni idea), así que llevaba esperando con ganas de más el comienzo de la tercera que se lanzó el jueves, y no me ha defraudado, estoy convencido de que ésta será tan buena o mejor que la segunda (que ya fue mejor que la primera) así que espero que si alguien lee esto se haga con los capítulos de esta fantástica serie. Es imprescindible (y eso que no me he parado a describir a los personajes).

Cast principal de Community
 
Según estaba escribiendo todo me he dado cuenta de son todas comedias, supongo que hay épocas en las que uno sólo busca que le hagan reír, aunque he de reconocer que veo más series y no todas son comedias de 20 minutos (como las inglesas de las que ya hablé en su momento), así que escribiré sobre ellas en un futuro.

viernes, 23 de septiembre de 2011

"Comer animales (Eating animals)" de Jonathan Safran Foer

Ayer me terminé el libro "Comer animales" (Eating animals) de Jonathan Safran Foer, el que hace el número 102 de los que me he leído este año (se me ha ocurrido la idea de hacer un post a final de año con la lista de todos los libros que me he leído y hacer una pequeña ficha con su reseña, autor, páginas, en qué formato lo leí, etc.). No es la primera vez que leo un libro suyo, de hecho podría decirse que es un escritor al que sigo porque ya me he leído dos novelas suyas antes. Es curioso como llegué a este autor, resulta que había leído una buena crítica de la película "Todo está iluminado" protagonizada por Elijah Wood (joder Frodo, estás en todas partes), la vi, me gustó mucho y pensé que lo más lógico era que el libro fuera mejor (esto ocurre en el 90% de los casos, dejo un margen porque hay algunos libros peores que sus películas) así que me lo compré (edición barata, evidentemente). En "Todo está iluminado" el autor se pone como protagonista en un ficticio viaje a Ucrania en busca de sus orígenes, mezclando comedia y drama (sí amigos, el autor es judío y sus abuelos huyeron de allí como alma que lleva el diablo en una época que todos conocemos) de manera fantástica así que se ganó otra oportunidad. En "Tan fuerte, tan cerca" trata con maestría el drama post 11 de septiembre a través de los ojos de un niño que ha perdido a su padre en los atentados de las Torres Gemelas, y lo hace sin alardes, lo que hace que sientas muy cercana la narración y te haga creer que se trata de una historia completamente real. Así que basándome en la feliz experiencia de la lectura de estas dos novelas me decidí a adquirir (mediante descarga por internet, claro está) el ensayo "Comer animales".
    
Foto de Jonathan Safran Foer
Ante el inminente nacimiento de su primer hijo, Jonathan Safran Foer (es bastante joven, tiene 34 años), se cuestiona a sí mismo su relación con la comida, en concreto con respecto a su consumo de comida animal. Él explica que durante años se ha considerado vegetariano pero nunca de manera radical y sin dejar del todo de comer animales pero que, dentro las cosas a las que le ha dado muchas vueltas con respecto a la llegada al mundo de su hijo, siente la necesidad de conocer toda la información posible sobre los procedimientos que usa el ser humano para que los animales que caza, pesca o cría se conviertan en alimento y así poder actuar en consecuencia. A priori parece un alegato en favor de ser vegetariano pero, pese a que el autor desde el principio muestra su opinión, en realidad se trata de una búsqueda de la verdad, un intento de saber qué es lo que sucede con los animales que nos comemos, para poder reafirmarse o no en su opinión. De este modo viaja por EE.UU. visitando sitios, entrevistando gente, investigando y estudiando toda la información disponible para poder tener una idea clara de la situación. A medida que acompañamos al escritor por todos los lugares que visita (criaderos de cerdos, de pavos, de pollos y de gallinas, ranchos, granjas industriales, granjas clásicas, etc.) él nos va comentando cifras relacionadas con este tema (que aunque produzcan escalofríos, están bien documentadas y sin sesgo de ningún tipo) y, además de contarnos todo lo que ve, transcribe las entrevistas con gente de diferente opinión sobre el consumo de animales (rancheros, criadores, propietarios de granjas industriales, gente de PETA, vegetarianos que trabajan en ranchos o mataderos...), lo que te permite tener una visión amplia y muy completa sobre toda esta historia.

He de reconocer que, pese a que me fiaba del autor (si hubiera sido un desconocido no me habría acercado al libro), tenía cierto prejuicio con esta historia desde mi postura de ser humano omnívoro (y bastante carnívoro, como carne o pescado todos los días) por si me encontraba con un alegato vegano. Sin embargo, aunque yo no he cambiado de opinión sobre el tema (seguiré comiendo carne y pescado hasta que me muera) sí me ha hecho reflexionar bastante sobre el trato que se les da a los animales que consumimos (en la mayoría de los casos es atroz), sobre lo poco que sabemos de la comida en general que llega a nuestros platos, y por encima de todo, sobre las nefastas consecuencias de la industrialización en el mundo de la alimentación, ya que al leer el libro te das cuenta de que las pandemias del siglo XX (y ahora también del XXI) han sido provocadas por el mismo ser humano al forzar la producción en la cría de animales (y eso que el autor no se para a estudiar lo que sucede con las verduras, frutas y demás). Vamos, que merece la pena leerlo (se avanza muy rápido y es muy entretenido) porque hace que disfrutes de otros puntos de vista diferentes al tuyo, te da un montón de información que seguro desconoces y además te hace reflexionar (lo que a día de hoy debería valorarse mucho).

Además de la reseña tengo una anécdota curiosa con este libro. Cuando estuve en Barcelona hace un par de semanas, disfruté del turismo en una ciudad fantástica y con mucho que ver, pero no me encontraba en plena forma emocional y creo que eso mermó el disfrute. Por ello, cuando me paro a pensarlo, creo que el mejor momento del viaje fue cuando me metí una tarde en la Casa del Libro en la zona de las Ramblas para dar una vuelta ojeando libros, y me encontré con aire acondicionado (el calor fuera era insoportable), un cómodo sillón vacío y este libro en mis manos (estaba en una estantería y lo cogí). Estuve 45 minutos allí que se me pasaron como un suspiro y me decidí a seguir la lectura (en mi e-book) cuando volviera a Madrid. Así que eso hice hasta que me di cuenta de que la versión en castellano que tenía estaba incompleta y tuve que tirar de la versión en inglés para las partes que no estaban. Es la primera vez que me leo un libro de tres maneras diferentes, un lío, vamos, pero a mí al menos me ha merecido la pena.