El pasado mes de abril (bien pasado, todo hay que decirlo) fue un mes normal de lecturas, ni muy pobre ni muy prolífico, con un total de 8 libros leídos, de los cuales uno fue en inglés y otro en italiano. En lo que respecta al género, 6 han sido novelas, una biografía novelada y una revista futbolera. Siguiendo la numeración de libros leídos durante el año:
26. "La parcela de Dios" de Erskine Caldwell. 248 páginas.
Ya he contado por aquí más de una vez que Caldwell me parece un discípulo avezado del gran John Steinbeck, con relatos de la miseria (más humana que económica) en los EE.UU. de la primera mitad del siglo XX. En este caso su historia se centra en la numerosa familia Walden, una caterva de sujetos promiscuos, lujuriosos, envidiosos, pendencieros, vagos y enfebrecidos por el oro (y por el sexo) de una manera irracional. Para poner un ejemplo de qué tipo de gente es, nombraré al cabeza de familia, Ty Ty, que hace referencia al título del libro cuando explica que desde que hizo posesión de sus tierras, una parcela de su terreno estaba dedicada a Dios, es decir, todo lo que se sacara de ella iría directamente a la Iglesia...Aunque, debido a la frenética búsqueda de oro por sus tierras, la parcela de Dios iba cambiando de lugar cada poco tiempo y nunca habían dado nada de nada. La novela es francamente entretenida y muy divertida a ratos, la recomiendo del todo, de hecho no me sorprende que la prohibieran en algunas partes de EE.UU. y estuviera censurada, porque es impactante.
27. "Parábola del náufrago" de Miguel Delibes. 235 páginas.
Es curioso porque según avanzo en la bibliografía de Miguel Delibes todavía consigue sorprenderme. En este caso con una novela (casi) de ciencia-ficción, de tipo distópico en la que Don Abdón, un hermafrodita (sí, como lo oyen) gobierna con puño firme una ciudad en la que las personas, entre ellas el personaje principal, se van desquiciando poco a poco por culpa del sistema. Como cosas curiosas a señalar, hay que subrayar que el estilo narrativo cambia según se hable de un personaje u otro (memorable todo lo relacionado con el hombre-perro) y la capacidad de Delibes de describir una sociedad agobiante y opresora sobre el ciudadano, de tal manera que provoca una destacable sensación de desasosiego en el lector. Sorprendente.
28. "Informe del interior" de Paul Auster. 336 páginas (e-book).
De manera similar a lo que hizo en "Diario de Invierno" (además de otras obras, como "A salto de mata"), Paul Auster nos hace partícipes de pasajes de su vida, centrándose en esta ocasión en su adolescencia y juventud, principalmente en la relación con su primera mujer. En el libro se pueden encontrar dos partes bien diferenciadas, en la primera el relato es muy parecido al de su trabajo anterior y resulta tan bueno como éste, mientras que en la segunda parte se enfanga en mostrar cartas que le envió a su entonces novia haciendo que el interés disminuya según avanzan las páginas. Pasable pero no llega al nivel del mejor Auster.
29. "Un hombre sin aliento" de Philip Kerr. 576 páginas (e-book).
La novena entrega de las aventuras de Bernie Gunther nos llevan en esta ocasión a la masacre de Katyn. Gunther trabaja para la Oficina de Crímenes de Guerra del gobierno nazi (increíble pero cierto, es como si hubiera un comité de lucha contra el dopaje amparado por Lance Armstrong) y es enviado a investigar lo que ocurrido en las cercanías del bosque de Katyn (donde los soviéticos aniquilaron a decenas de miles de polacos y negaron el hecho durante décadas). De manera paralela se ve involucrado en la investigación de unos asesinatos de soldados alemanes y de conspiraciones para asesinar a Hitler. Como ya he comentado alguna vez más por aquí, las novelas de Gunther suelen ser entretenidas (el personaje es francamente divertido) y poco tramposas (excepto en una de ellas), y ésta no es excepción, eso sí, teniendo en cuenta que la trilogía inicial se encuentra por encima del resto.
30. "Panenka Nº 28" de VV.AA. 116 páginas.
En la edición del mes de marzo (voy con uno de retraso) de la revista futbolera, se hace un repaso al fútbol estadounidense 20 años después del Mundial que se celebró en aquellas tierras y que empujó a la creación de la MLS. Además de las secciones habituales, hay que destacar un reportaje del mítico Javier Zanetti (que se retira esta temporada con más de 40 años y con más de 20 temporadas en sus piernas).
31. "Animal Farm" de George Orwell. (e-book).
Como ya hice no hace mucho con "1984", he revisitado esta clásica novela satírica del gran George Orwell, en este caso en su idioma original. De nuevo he podido repasar una historia que ya conocía (la de la alegoría de la Unión Soviética, una revolución que comienza con un montón de sueños de igualdad y que acaba podrida por la corrupción del poder), recordando cosas y disfrutando ahora de matices que no tuve presentes cuando la leí hará unos diez años. La edad te da la perspectiva necesaria como para poder disfrutar aún más de un libro necesario. Una maravilla, de esas obras que deberían ser obligatorias en todos los colegios.
32. "El caso Collini" de Ferdinand Von Schirach. (e-book).
Esta es la primera novela del jurista alemán Ferdinand Von Schirach, conocido por sus dos libros de casos judiciales curiosos: "Crímen" y "Culpa". En esta breve historia (es una novela corta y se lee muy rápido), el autor nos narra la historia de un emigrante italiano (el Collini del título) que asesina a un importante empresario alemán y el protagonista es el joven abogado de oficio al que le encargan la defensa del confeso asesino. La situación es complicada porque el abogado tenía una relación cercana a la familia del empresario y el frío asesino no es lo que parece. Muy entretenida.
33. "Tristano muore" de Antonio Tabucchi. (e-book).
El libro en italiano que me leí en abril fue esta novela de Antonio Tabucchi. Con este autor me sucede que hay novelas suyas que enamoran y sería capaz de leerlas varias veces (como "Sostiene Pereira" o "La testa perduta di Damasceno Monteiro") y otras que se me hacen pesadas de morir. Ésta es de las últimas. No llegué a meterme en la historia en ningún momento, y eso que a priori podía parecer muy interesante, siendo la historia de un viejo en las últimas que le cuenta a un escritor la historia de su juventud, (fue partisano, lucho por la libertad en la resistencia, conoció mujeres...). Aburridete.
Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener
jueves, 22 de mayo de 2014
lunes, 19 de mayo de 2014
A vueltas con la pantalla gigante en Sol
Con motivo de la celebración de la final de la Copa de Europa (la mal llamada Champions League, dado que, sin ir más lejos, los dos finalistas no fueron campeones la temporada pasada) entre el Real Madrid y el Atlético de Madrid, los gobernantes no votados de la ciudad (alcaldesa y presidente de la Comunidad) decidieron que lo mejor que podían hacer era poner una pantalla gigante en la Puerta del Sol para que los aficionados de ambos equipos vieran el partido allí. ¿Qué tan desconocedores del fútbol son los mandamases madrileños como para proponer semejante patochada?
No se trata de analizar aquí el gasto superfluo y absurdo que supone la instalación de semejante soporte y que saldría de las arcas públicas, cuando el partido lo emiten en abierto por Televisión Española, sino de reflexionar sobre lo que supone que aficionados de los dos equipos de la final se encuentren en la zona más turística de la capital. ¿Hay alguien tan inocente como para pensar que no habría algún tipo de altercado? Pues parece que sí: Ana Botella e Ignacio González.
Mi padre sostiene que en la afición al fútbol hay algo de tribal, de pertenencia a un grupo, que hacen que te rodees de gente como tú y que por eso la gente "siente" los colores con tanto fervor. Quizá por eso surjan grupúsculos de gente que lleva eso más allá, confundiendo la afición con algo más profundo, como si fuera un sentimiento que provoca situaciones de "o estás conmigo o contra mí" y que terminan degenerando en odios absurdos y todo tipo de violencia: verbal y física. Por eso es de completos ilusos pensar que, en un partido de máxima rivalidad en el que pueden juntarse miles de personas, no vaya a haber al menos unas decenas de ellos que, por el devenir del partido en uno u otro sentido, se sientan decididas a montar el número ya sea con insultos o directamente con peleas.
Habrá quien piense que estoy exagerando y voy a poner dos ejemplos muy cercanos para que se vea claro mi punto de vista. Yo mismo, desde mi perspectiva de aficionado del Madrid, no quiero que el Barça gane a nada y, aunque esto parezca muy normal, si se piensa fríamente es completamente absurdo, básicamente porque, si no está el Madrid por medio, ¿qué gano yo? Pues cuando los veo palmar se me pone una sonrisilla bobalicona de niño que se sale con la suya. Otra anécdota, en el partido de vuelta de las semifinales de Champions, comentando en el grupo de mis amigos de whatsapp (todos tenemos uno, lo sé), hubo uno de ellos que, tras una parada de Courtois afirmó que era por esas cosas por las que era el mejor portero del mundo. A mí se me ocurrió decirle que Casillas es mejor y se salió del grupo. Me pareció inaudito que un tipo de 32 años fuera capaz de comportarse así por semejante chorrada. Si se pone así por una opinión sobre futbolistas, ¿cómo reaccionará ante un tema más serio?
Es por ello que alabo la decisión de la delegada del Gobierno (del mismo signo político que los gobernantes madrileños), Cristina Cifuentes, al sugerir que la "brillante" idea de los mandatarios populares en Madrid podía convertirse en una batalla campal por cualquier tontería. Sé que habrá quien no lo entienda y la tilde de impopular o aguafiestas, pero estoy convencido de que con esa medida se han ahorrado posibles disgustos y la posibilidad de sufrir el bochorno de ver a tus propios ciudadanos pegándose en la plaza más célebre de tu país (donde se montó el 15M, sin ir más lejos). De hecho creo que, tristemente, veremos alguna pelea en otra capital europea, Lisboa (donde se celebra la final) y ya tendremos que taparnos.
No se trata de analizar aquí el gasto superfluo y absurdo que supone la instalación de semejante soporte y que saldría de las arcas públicas, cuando el partido lo emiten en abierto por Televisión Española, sino de reflexionar sobre lo que supone que aficionados de los dos equipos de la final se encuentren en la zona más turística de la capital. ¿Hay alguien tan inocente como para pensar que no habría algún tipo de altercado? Pues parece que sí: Ana Botella e Ignacio González.
Mi padre sostiene que en la afición al fútbol hay algo de tribal, de pertenencia a un grupo, que hacen que te rodees de gente como tú y que por eso la gente "siente" los colores con tanto fervor. Quizá por eso surjan grupúsculos de gente que lleva eso más allá, confundiendo la afición con algo más profundo, como si fuera un sentimiento que provoca situaciones de "o estás conmigo o contra mí" y que terminan degenerando en odios absurdos y todo tipo de violencia: verbal y física. Por eso es de completos ilusos pensar que, en un partido de máxima rivalidad en el que pueden juntarse miles de personas, no vaya a haber al menos unas decenas de ellos que, por el devenir del partido en uno u otro sentido, se sientan decididas a montar el número ya sea con insultos o directamente con peleas.
Habrá quien piense que estoy exagerando y voy a poner dos ejemplos muy cercanos para que se vea claro mi punto de vista. Yo mismo, desde mi perspectiva de aficionado del Madrid, no quiero que el Barça gane a nada y, aunque esto parezca muy normal, si se piensa fríamente es completamente absurdo, básicamente porque, si no está el Madrid por medio, ¿qué gano yo? Pues cuando los veo palmar se me pone una sonrisilla bobalicona de niño que se sale con la suya. Otra anécdota, en el partido de vuelta de las semifinales de Champions, comentando en el grupo de mis amigos de whatsapp (todos tenemos uno, lo sé), hubo uno de ellos que, tras una parada de Courtois afirmó que era por esas cosas por las que era el mejor portero del mundo. A mí se me ocurrió decirle que Casillas es mejor y se salió del grupo. Me pareció inaudito que un tipo de 32 años fuera capaz de comportarse así por semejante chorrada. Si se pone así por una opinión sobre futbolistas, ¿cómo reaccionará ante un tema más serio?
Es por ello que alabo la decisión de la delegada del Gobierno (del mismo signo político que los gobernantes madrileños), Cristina Cifuentes, al sugerir que la "brillante" idea de los mandatarios populares en Madrid podía convertirse en una batalla campal por cualquier tontería. Sé que habrá quien no lo entienda y la tilde de impopular o aguafiestas, pero estoy convencido de que con esa medida se han ahorrado posibles disgustos y la posibilidad de sufrir el bochorno de ver a tus propios ciudadanos pegándose en la plaza más célebre de tu país (donde se montó el 15M, sin ir más lejos). De hecho creo que, tristemente, veremos alguna pelea en otra capital europea, Lisboa (donde se celebra la final) y ya tendremos que taparnos.
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Críticas ¿constructivas?
martes, 6 de mayo de 2014
Breaking Bad - A Tribute de Alexandre Gasulla
Alexandre Gasulla se llama el tipo que ha hecho el siguiente montaje audiovisual a modo de homenaje a una de las mejores series que he visto nunca: "Breaking Bad". Es verdaderamente espectacular cómo en 8 minutos de metraje es capaz de hacernos ver la paulatina caída a los infiernos de Walter White (o Heisenberg, como se prefiera). Seguro que el que ha sido fan de la serie lo disfruta tanto como yo cuando me lo he encontrado. Una maravilla.
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