Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

miércoles, 24 de abril de 2019

Recuerdos futboleros (III)

Retomando esta sección y los recuerdos cronológicamente, continúo con esta sección de la que ya hubo dos post previos:

8. El debut de Raúl. Real Zaragoza 3 - Real Madrid 2 (29 de octubre de 1994).

Recuerdo perfectamente la primera vez que oí hablar de Raúl. Fue el mítico Manolo Lama el que, en sus conclusiones del partido en la Cadena SER dijo que el mejor del partido, aún habiendo fallado dos o tres goles cantados, era el jovencísimo debutante madridista. Curiosamente ese partido no lo vi (sólo los resúmenes) porque no se emitió en abierto, ya que en aquella época sólo había uno los sábados y lo echaban en Telemadrid. Sin embargo recuerdo estar en la habitación de mis padres, viendo el partido (que no recuerdo cuál fue) y escuchando la radio de fondo para enterarnos de cómo iba el Madrid. Poco tiempo después nos cambiamos de casa, supongo que me resultó muy fácil asociar el debut de mi ídolo futbolístico a aquel cambio. A partir de ese partido en La Romadera...La leyenda de uno de los mejores jugadores de la Historia del Madrid, que la semana siguiente (5 de noviembre) metió su primer gol oficial con el primer equipo en un derbi contra el Atleti que el Madrid ganó 4-2.



9. La venganza de la manita. Real Madrid 5 - F.C. Barcelona 0. (7 de enero de 1995).

El año anterior (364 días antes, para ser exactos) el Madrid había sufrido una derrota tan grave como simbólica en el Camp Nou, la famosa "manita". En Madrid todo el mundo tenía ganas de revancha, y se palpaba en el ambiente los días previos, por dos motivos: el Madrid estaba muy bien y el Barça muy mal. En el momento en el que Zamorano metió el primero de sus tres goles, se desató un vendaval de fútbol y goles que culminó, quién lo diría ahora, Luis Enrique metiendo el 5-0. Sencillamente inolvidable, de esas veces que te acuerdas del once titular de aquel día aunque hayan pasado más de 20 años: Buyo; Quique, Hierro, Sanchis, Lasa; Milla, Laudrup, Luis Enrique, Amavisca; Raúl y Zamorano (recuerdo también que salió Martín Vázquez luego).


10. La Liga de Valdano y Zamorano. Real Madrid 2 - Real Deportivo de la Coruña 1. (3 de junio de 1995).

Esa temporada fue cuando me di cuenta no sólo de lo mucho que me gustaba el fútbol, sino de que me gustaba un tipo de fútbol en especial. El Madrid aquel año jugó un 4-4-2, con defensa en zona: dos laterales ofensivos (Quique y Lasa) y dos centrales con buen trato de balón (Hierro y Sanchis), un medio del campo en rombo con un medio centro organizador (Redondo o Milla), un mediapunta (Ladrup) y dos volantes con recorrido en las bandas (Luis Enrique y Amavisca), y una delantera con dos jugadores que apretaban en la presión y se complementaban (Raúl y Zamorano). El Madrid de la Quinta del Buitre daba paso a una nueva época, que parecía que iba a durar (no fue así) por lo bien que jugó aquella temporada en la que sólo el fracaso de la eliminación en la UEFA con el Odense ensució el desempeño de aquel equipo. La Liga se ganó bien, pero el Dépor fue rival hasta pocas jornadas del final, cuando pasó por el Bernabéu y Zamorano culminó su maravillosa temporada (fue Pichichi) con el gol del título.


martes, 23 de abril de 2019

Aviones

Hasta hace unos años (probablemente hace casi tres, cuando cambié de trabajo) cada vez que me subía a un avión, cuando el cacharro estaba a punto de despegar, rememoraba todas y cada una de las ocasiones en las que había hecho un trayecto en avión hasta ese momento. El año pasado, entre trabajo y ocio, cogí veinte aviones, así que es algo que ya resulta muy complicado de realizar. Sin embargo, me di cuenta de que aquí sí podía llevar a cabo ese recuento haciendo una pequeña reseña, y eso es lo que viene a continuación.

La primera vez que viajé en avión, debía tener diez u once años, fui a Mallorca con mis padres y mi hermana. No recuerdo mucho de aquella experiencia, sólo que no pasé miedo alguno, que me molestaban un poco los oídos porque se me taponaron y que, al viajar de madrugada, en el autocar que nos llevó del aeropuerto al hotel me quedé dormido y olvidé mi bolsa de G.I.Joes en el asiento (un trauma, para qué engañarnos). Obviamente la segunda vez que viajé en avión fue para volver a Madrid

La tercera y la cuarta ocasión que viajé en avión se dio en 1998, con 16 años, en el viaje de 3º de B.U.P. que hicimos a Praga, Viena y Budapest, ida a la capital checa y vuelta desde la húngara. No recuerdo nada del viaje de ida, sólo que bajamos del avión en la pista y fuimos andando hacia los edificios del aeropuerto propiamente dicho. Era de noche e íbamos muy abrigados (luego los abrigos desaparecieron durante aquella semana porque hizo un calor inusual para la primera semana de abril). En Viena vimos el partido de semifinales de Copa de Europa entre el Madrid y el Borussia de Dortmund, pero esa es otra historia. Del trayecto de vuelta recuerdo que iba con mi camiseta de rugby de Inglaterra (todavía la tengo), sentado con A. y con M. (cochino), y que me caía de sueño porque apenas dormimos.

La quinta y sexta vez que me monté en un avión fue también en 1998, cuando estuve un mes de inmersión lingüística (como lo llaman ahora) en Galway, Irlanda. Volamos a Dublín y también volvimos desde allí. De aquellos trayectos recuerdo algo más. A la ida hubo "overbooking" y las colas para pasar ni siquiera existían, era una auténtica marabunta. Mi madre se puso dura (en mi familia llamamos a la anécdota "la del bolso" o "que mi niño entra en el avión") y le dijo a una de las azafatas "ahora nos toca a nosotros" con un tono como el de Schwarzenegger en las películas de Terminator. Entré y compartí asiento con dos chicas de mi colegio con las que antes de aquello no había cruzado ni media palabra, lo que sí recuerdo es que nos dieron de comer (algo que ahora sólo pasa en turista para vuelos largos). El mes aquel fue una gozada, una fuente de anécdotas casi inagotable (conocí a V., por ejemplo, aunque no me di cuenta hasta después). La vuelta, también desde Dublín, fue curiosa porque cancelaron el vuelo y tuvimos que pasar la noche en el aeropuerto, aquel año hubo Mundial (el de Francia) y Nike había sacado un anuncio de la selección brasileña en un aeropuerto, que nos dedicamos a replicar con una pelota de papel gigante que montamos. Al final entramos todos en un Jumbo (de esos con cuatro asientos en el medio) y llegamos a casa contentos.

La séptima y la octava ocasión que fui en avión fue en el verano del año 2001, cuando viajé a Túnez con mi familia, después de cumplir 20 años. De nuevo recuerdo poco de los trayectos, sólo que fueron de madrugada y que llegamos hechos mierda en ambas ocasiones. En la ida perdieron mi maleta (estuvo en Lyon, que es un sitio que curiosamente nunca he visitado) y estuve unos días poniéndome ropa de mi hermana y de mi padre, un planazo, vamos. Eso sí, el viaje fue estupendo, con un circuito por el país y tres días en Monastir (donde rodaron "La vida de Brian" o "En busca del Arca Perdida") con playa y tal. Es una de esas vacaciones inolvidables, con anécdotas jugositas también, como cuando hice un comentario sobre Manuel Feijóo (el hijo de Rita Irasema y sobrino de Emilio Aragón) llamándolo Milikito Jr y resultó que su novia venía de viaje con nosotros...

La novena y la décima vez que viajé en avión fue con 21 años, en el verano de 2002, cuando fui a Grecia con la familia (hasta 2006 fue una bella rutina ésta de viajar en vacaciones al extranjero). Volamos a Atenas y recuerdo que al salir del avión recorrimos pasillos y pasillos de la nueva terminal que estaban terminando de montar para las Olimpiadas de 2004. Grecia es un país brutal, con una comida prima hermana de la nuestra, muchísimas cosas para ver (sólo la Acrópolis es impresionante, pero está Olimpia, Delfos, el bello pueblo costero de Nauplia...) y con un idioma que si no pones bien el oído suena exactamente igual que el nuestro (tienen la misma musicalidad por la similitud en la fonética, se ve). Eso sí, en mi vida he pasado más calor que en el país heleno, era como el calor más castigador de Madrid en grados y la humedad más jodida de Barcelona. Ni siquiera en Túnez el año anterior había tenido tanto calor.


viernes, 12 de abril de 2019

"Ajam..." de Izal

Hoy es viernes y toca canción...Concretamente "Ajam..." del grupo de rock independiente Izal, perteneciente a su disco "Magia y efectos especiales". Hace una semana, otro viernes pero ése sin canción, asistí con V. a uno de los dos conciertos que la banda comandada por Mikel Izal dio en el Palacio de los Deportes de Madrid (ambos días abarrotados de gente) y he pensado que sería lógico poner una canción suya hoy por aquí.

Y el caso es que podría haber tirado por otras suyas más aclamadas, alguna que hubieran tocado en el concierto...Pero me gusta esta canción con su ritmo rockero y su letanía "¿Qué me quieres decir con todo eso?". De hecho la otra canción que había pensado poner tampoco la tocaron (la maravillosamente divertida "Extraño regalo") y he tenido que decidir entre ambas.

Como siempre, pongo un par de vídeos y luego la letra. A disfrutar del finde...Y de la Semana Santa.




¿Qué me quieres decir con eso ..
De que quieres hijos y una casa grande para que jueguen?
¿Qué me quieres decir con eso ..
De que tú conmigo te diviertes? Yo también me alegro de verte
¿Qué me quieres decir con eso?
¿Qué me quieres decir con todo eso?
¿Qué me quieres decir con eso? ..
Explícamelo ..
Explícame, por favor
Explícamelo .. no lo entiendo
Explícamelo ..
Explícame, por favor
Explícamelo .. no lo entiendo
¿Qué me quieres decir con eso ..
De que te cansaste de los hombres que hacen que pierdas la paciencia?
¿Qué me quieres decir con eso ..
De que somos almas gemelas? .. ¿Es que no ves la enorme diferencia?
¿Qué me quieres decir? ..
¿Qué me quieres decir? ..
¿Qué me quieres decir con eso?
¿Qué me quieres decir con todo eso?
¿Qué me quieres decir con eso? ..
Explícamelo ..
Explícame, por favor
Explícamelo .. no lo entiendo
Explícamelo ..
Explícame, por favor
Explícamelo .. no lo entiendo
Explícamelo ..
Explícame, por favor
Explícamelo .. no lo entiendo

lunes, 1 de abril de 2019

Libros Leídos Marzo 2019

El mes de marzo acabó ayer y hoy ya hago balance de lo leído en esos 31 días. Ha sido un mes fructífero (y eso que los últimos quince días sólo acabé un libro) con 7 lecturas (una en inglés, otra en italiano y el resto en español) de las cuales cinco fueron novelas y dos cómics. Siguiendo con la numeración de libros leídos durante el año, tenemos:

19. "Berlín. Ciudad de luz" de Jason Lutes. 176 páginas.

Con este tercer volumen, Jason Lutes cierra su trilogía de "Berlín", en la que, a través de varios personajes cuyas historias se entremezclan, nos narra las vicisitudes de la capital alemana en los años previos a la toma de poder de los nazis. En esta tercera entrega, el lector tiene una sensación de estar en los momentos previos a una explosión, a algo que va a cambiar radicalmente la Historia (como así fue). La única pena que te queda al terminar es saber qué fue de Marthe, Kurt o Anna en los años posteriores... Aunque tristemente podemos imaginarlo.


20. "The Umbrella Academy. The Apocalypse Suite" de Gerard Way y Gabriel Bá. 184 páginas.

Nunca el género de superhéroes fue tan original y divertido como en las aventuras de The Umbrella Academy. El punto de partida ya pone al lector predispuesto a que todo lo que vaya a llegar le resulte entretenido. No faltan los elementos clásicos de los poderes sobrehumanos, obviamente, pero lo que hace atractivo este cómic es precisamente lo que se escapa de los clichés: no hay miedo a mostrar violencia y pasan muchas cosas en pocas páginas. No me extraña que hayan desarrollado una serie de televisión con ella (muy recomendable esa adaptación) porque es visualmente muy apetecible.


21. "La copia infedele" de Stefano Trinchero. 203 páginas (e-book).

Este es el primer libro de Stefano Trinchero, un "giallo" (novela negra) como lo llaman los italianos. En la novela se encuentran una serie de características fácilmente reconocibles del género: bajos fondos, corrupción, ciudad de trasfondo como personaje secundario. La puesta en marcha de la historia resulta muy interesante a priori, con el grave accidente de un futbolista del ficticio tercer equipo de Turín y la investigación que comienza a realizar un periodista. La primera mitad del libro, con las pesquisas del plumilla, resulta original y muy entretenida. Sin embargo, a partir de ahí, con un pequeño giro de la trama, la investigación se bifurca y pierde punch. Se produce un efecto champán a todas luces, porque la historia va perdiendo gas según se avanza hasta el final. Con todo, un libro decente



22. "El aliado" de Iván Repila. 256 páginas (e-book).

En "El aliado", Iván Repila hace un ejercicio de casi ciencia ficción imaginando qué pasaría si un tipo, concienciado con la causa feminista, decidiera usar la acción para azuzar a las mujeres en pos de la igualdad. El resultado es un libro francamente interesante, en el que el lector se entretiene mientras le da vueltas a las reflexiones y referencias que contiene, y que conviene leer (seas hombre o mujer). Me encanta este tipo de historias en las que el autor se pregunta qué pasaría si se cruzarán ciertas líneas que tenemos marcadas en la sociedad como muros infranqueables. Por cierto, justo me termino este libro el día 8 de marzo, más oportuno imposible.


23. "La muerte y el hincha" de Galder Reguera. 104 páginas.

Cuatro amigos, hinchas de cuatro equipos diferentes, se reúnen en un bar en el que el que comparten conversaciones y anécdotas de su pasión, el fútbol. Lo que no sabe ninguno de ellos es que los éxitos de cada uno de sus equipos los van a llevar a perder la vida. Galder Reguera construye una pequeña historia (más que novela es un cuento largo de cuatro capítulos) que resulta interesante por su resolución y curiosa por la manera con la que conecta con el lector futbolero.

 
24. "Los asquerosos" de Santiago Lorenzo. 222 páginas (e-book).

Manuel, un joven de economía precaria, se ve envuelto sin querer en un incidente con un antidisturbios. Decide huir a un pueblo abandonado, en el que no tiene contacto con nadie, excepto con su tío (el narrador de la historia). Allí, poco a poco descubre los placeres de vivir en soledad y con pocos y humildes medios, convirtiéndose en un ermitaño. Sin embargo, ese estado de paz desaparece cuando empiezan a llegar a la casa de enfrente una familia de "asquerosos" como el título del libro, y ahí la trama da un giro. La historia, no muy larga, se hace pesada a ratos porque no ocurre casi nada, y en realidad resulta previsible porque no aporta novedad. El personaje principal no deja de ser un misántropo (luego sus reacciones son bastante exageradas), y el lenguaje que usa el autor con el tío narrador busca ser original (el texto está trufado de palabras inventadas) y simplemente se queda en estrafalario. En "Los asquerosos", Santiago Lorenzo no hace sino apología de sí mismo, pues vive en una aldea de Segovia en circunstancias parecidas a las de su personaje y en cualquier entrevista que concede reivindica esa manera de vivir. Me parece bien que cada uno viva como quiera, pero las lecciones morales que trata de dar me sobran. Un libro mediocre.


25. "Serotonina" de Michel Houellebecq. 288 páginas (e-book).

La última novela de Michel Houellebecq cumple con las características habituales de los libros del escritor francés: es irreverente, a ratos surrealista, tremendamente entretenida, provocadora, sexual... Y, sin embargo, la historia de este personaje deprimido que hace balance de su vida y que toma pastillas con el componente activo que da título a la novela, no termina de cuajar, quizás porque la trama es casi inexistente y el lector sólo sigue al personaje en su deambular por el mundo. Muy lejos de lo que suponía "Sumisión", por ejemplo.