Hace poco más de un año, en este mismo blog, expuse una crítica negativamente mordaz hacia la labor del entrenador del Real Madrid, Carlo Ancelotti. En ese inicio de campaña, las cosas no iban tan bien como uno pudiera esperar de un club que acababa de pagar 100 millones de euros sólo por un jugador que ni siquiera era el mejor del mundo. Además llegó el derbi madrileño y las sensaciones fueron a peor, aunque se perdiera con el equipo que acabó campeón de Liga. La desastrada idea de que Diego López y Casillas compartieran titularidad según la competición trajo polémica innecesaria y consecuencias personales para ambos porteros (el primero salió tras acabar la campaña como el portero del único título que el equipo no ganó de los que tenía en juego y el segundo todavía arrastra, aunque mucho menos, las secuelas del virus de inseguridad que le inocularon entre el ex-valido de Florentino y el gordito), la titularidad de Khedira resultaba inexplicable dada la inoperancia en el juego del Madrid, y había jugadores que sabían que su puesto peligraba por la llegada del fichaje de Bale (como Isco o Di María, sobre todo este último). A partir de aquel inicio consideré que el valor de Ancelotti como entrenador era ínfimo y me equivoqué. Lo catalogué como simple alineador y lo minusvaloré. Cometió errores, sí (como lo de los porteros, un error que este año no ha cometido) pero trató de subsanarlos y hay que reconocerlo, no sólo por los títulos obtenidos, sino por el juego y el tipo de jugadores usados para conseguirlo.
Cuando vio que el Madrid se partía en dos por culpa de mantener su tridente atacante, se inventó a Di María como mediocampista para que corriera y presionara por dos mientras Alonso y Modric dirigían y distribuían el juego. Llega el verano y venden a Di María, comprando a cambio el pase de James, pues Carletto lo pone como sustituto y decide que el Madrid asuma más protagonismo con el balón para no sufrir tanto sin él. Alonso decide marcharse al Bayern, pues se inventa a Kroos como volante central (lo que no había hecho nunca). El caso es que hubo quien lo comparó con Del Bosque cuando llegó al Madrid y estuvo más acertado de lo que yo creía (vuelvo a reconocer mi error). Un hombre sin ademanes ostentosos, sin declaraciones subidas de tono, con análisis respetuosos y actitud educada, respondiendo a las polémicas simplemente con un arqueo de ceja, justo lo que se propugna de la idea del madridismo: un caballero. Si a esta manera de actuar (justo la opuesta que la del anterior inquilino del banquillo blanco) le unimos esa capacidad camaleónica de adaptar al equipo a los vaivenes del mercado y los caprichos de su presidente, tenemos al Madrid actual. Un Madrid capaz de discutirle el balón al Barça (no hablo de la posesión, que se puede tener el balón y no hacer nada, como los blaugranas el 90% del tiempo que tuvieron la pelota el sábado pasado), de apabullar atacando cuando perdía, de dominar el juego hasta empatar, de controlarlo cuando se puso por delante y de matar al contragolpe para finiquitar el partido. Le ha costado al Madrid de Ancelotti arrancar en estas dos temporadas, pero cuando lo ha hecho el resultado ha sido portentoso tanto en juego como en espectáculo. Estoy seguro de que el que no considerara a Ancelotti como un gran entrenador (como me pasaba a mí) lo hará poco a poco, con esa lenta persuasión que termina convenciendo a toda una plantilla del mejor club del mundo. Yo por lo menos, a partir de ahora sólo me referiré a Carletto como "el gordito" cuando meta la pata (como en la final de la Champions sacando a Khedira)...Espero que sean las menos.
P.D. Quería destacar del partido del sábado a dos jugadores del Madrid: Benzema y Casillas. El partido del francés fue sublime, no sólo por el gol, sino por la omnipresencia que mostró en todas las jugadas de ataque. Por otro lado, aquellos que han enterrado deportivamente a Casillas (ya no hablo siquiera de esos energúmenos que lo insultan con temas extradeportivos y en la línea del tristemente ínclito entrenador del Chelsea) deberían repasar el tipo de parada que es la que le hace a Messi el sábado y cuándo la hace. No recuerdo ningún portero con la mitad de la capacidad de incidir positivamente para su equipo en el resultado de un partido que la del meta de Móstoles. Que siga igual.
Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener
martes, 28 de octubre de 2014
viernes, 17 de octubre de 2014
"Estate" de Jovanotti
Hoy es viernes y toca canción. En este caso "Estate", del gran Lorenzo Cherubini "Jovanotti", perteneciente al disco recopilatorio "Backup - Lorenzo 1987-2012". Se trata de una de esas canciones que, como su propio nombre indica ("estate" significa verano en italiano), hacen referencia a mi época favorita del año, un tiempo en el que descansas, viajas, disfrutas y, en general, todo es más cálido y bonito. De hecho la canción es un poco así, con un ritmo playero y con un "ritornello" (estribillo) más playero aún, de esos que tarareas durante todo el día una vez que los has escuchado. Supongo que ahora que esa época este año ya ha pasado, es el momento perfecto para rememorarla, ¿no?
Por otro lado, me encontraba visitando la página del músico italiano, cuando he descubierto una nueva sección: "JovaTV". En ella, se van colgando pequeños vídeos del artista relacionados con el desarrollo de su nuevo disco y, aquí viene lo que interesa, con la gira del año que viene. Como se puede ver en el segundo de los episodios colgados, Lorenzo anuncia que en 2015 habrá una gira similar a la del año pasado (Lorenzo negli stadi 2013), a la que asistí (más que gratamente) cuando pasó por Florencia. Y lanza las seis primeras citas:
Milán, Florencia, Bolonia y Roma son sitios donde ya he estado. ¿20 de junio en Ancona? Me llama poco, aunque es una ciudad que da al mar (lo que en verano se agradece sobremanera), no parece tener mucho más allá (pese a que cualquier ciudad en Italia tiene cosas que ver) y no está rodeada de multitud de sitios que visitar...Pero, ¿y el 30 de junio en Padua? Esa sí que puede ser una alternativa interesante, ya que la ciudad parece tener bastantes cosas que ver y pilla en medio de Vicenza y de Venecia y no muy lejos de Verona, lo que la hace muy interesante para un posible viaje alquilando un coche y yendo a ver varias ciudades...Ummm, habrá que meditarlo. Mientras os dejo, como siempre, con un par de vídeos de la canción (el primero, el videoclip oficial, se rodó en el concierto al que fui yo) y la letra de la misma a continuación. Buen finde para todos.
Por otro lado, me encontraba visitando la página del músico italiano, cuando he descubierto una nueva sección: "JovaTV". En ella, se van colgando pequeños vídeos del artista relacionados con el desarrollo de su nuevo disco y, aquí viene lo que interesa, con la gira del año que viene. Como se puede ver en el segundo de los episodios colgados, Lorenzo anuncia que en 2015 habrá una gira similar a la del año pasado (Lorenzo negli stadi 2013), a la que asistí (más que gratamente) cuando pasó por Florencia. Y lanza las seis primeras citas:
Milán, Florencia, Bolonia y Roma son sitios donde ya he estado. ¿20 de junio en Ancona? Me llama poco, aunque es una ciudad que da al mar (lo que en verano se agradece sobremanera), no parece tener mucho más allá (pese a que cualquier ciudad en Italia tiene cosas que ver) y no está rodeada de multitud de sitios que visitar...Pero, ¿y el 30 de junio en Padua? Esa sí que puede ser una alternativa interesante, ya que la ciudad parece tener bastantes cosas que ver y pilla en medio de Vicenza y de Venecia y no muy lejos de Verona, lo que la hace muy interesante para un posible viaje alquilando un coche y yendo a ver varias ciudades...Ummm, habrá que meditarlo. Mientras os dejo, como siempre, con un par de vídeos de la canción (el primero, el videoclip oficial, se rodó en el concierto al que fui yo) y la letra de la misma a continuación. Buen finde para todos.
Estate
Jovanotti
Vedo nuvole in viaggio
che hanno la forma delle cose ce cambiano
mi viene un po’ di coraggio
se penso che le cose poi non rimangono mai
come sono all’inizio
2013, un nuovo solstizio
Se non avessi voluto cambiare
oggi sarei allo stato minerale
Mi butto
mi getto
tra le braccia del vento
con le mani ci faccio una vela
e tutti i sensi li sento
più accesi
più vivi
come se fossi un’antenna sul tetto
che riceve segnali da un mondo perfetto
Sento il mare dentro una conchiglia
estate
eternità è un battito di ciglia
sento il mare dentro una conchiglia
estate
l’eternità è un battito di ciglia
Faccio file di files e poi le archivio nel disco per ripartire
non li riaprirò mai
il passato è passato nel bene e nel male
Come un castello di sale
costruito sulla riva del mare
niente resta per sempre nel tempo uguale
e meno male
Mi butto
mi getto
tra le braccia del vento
con le mani ci faccio una vela
Aeroplani con i libri di scuola
Finita, per ora
inclinato come l’asse terrestre
Voglio prendere il Sole
E’ il programma del prossimo trimestre
Sento il mare dentro una conchiglia
estate
l’eternità è un battito di ciglia
sento il mare dentro una conchiglia
estate
l’eternità è un battito di ciglia
Come un orbita la vita mia
gira intorno a un centro di energia
sento il tuo respiro
che mi solleva
è una vita nuova
Sento il mare dentro una conchiglia
estate
l’eternità è un battito di ciglia
Tutto il mare dento una conchiglia
l’eternità è un battito di ciglia
E tutto il mondo è la mia famiglia
famiglia
Estate
Estate
Ma che caldo
Ma che caldo
Ma che caldo fa
Ma che caldo in questa città
Ma che caldo
Ma che caldo
Ma che caldo fa
Ma che caldo in questa città
jueves, 9 de octubre de 2014
Libros Leídos Septiembre 2014
El mes de septiembre acabó la semana pasada y con su fin llega ahora la recopilación de mis lecturas en esos 30 días. Fueron 7 libros (un número relativamente pobre), 5 en español, uno en inglés y otro en italiano, entre los cuales había tres novelas, un libro de historia, una biografía, un libro de relatos y un cómic. Siguiendo con el listado de libros leídos durante el año, tenemos:
67. "Berlín. La caída: 1945" de Antony Beevor. 800 páginas (e-book).
Antony Beevor es uno de los historiadores metidos a escritor con más ventas mundiales, sobre todo en las obras centradas en episodios de la II Guerra Mundial, como el Desembarco de Normandía o Stalingrado. Como ya he contado muchas veces por aquí, éste es un tema que me apasiona, así que llevaba cierto tiempo pensando en leer alguna de sus obras para ver qué tal estaban. El resultado ha sido de 6 sobre 10. No está mal pero esperaba más, la verdad. He leído que suscitó muchas críticas por parte de los rusos porque en el relato queda meridianamente claro que eran poco menos que semisalvajes con ganas de venganza, pero es que (con matices) eso es lo que pasó y eso no minusvalora el hecho de que fueran clave en que el Mundo se librara de algo incluso peor. El libro está bien estructurado, bien documentado y no es farragoso en su prosa, pero le falta chicha y, en bastantes ocasiones, se para en detalles que no son tan relevantes como para dedicarles tiempo. Supongo también que si no has leído nada sobre la II Guerra Mundial en general o de la caída de Berlín, es posible que te impacte más, pero como yo ya estoy algo versado en el tema...
68. "Pep Guardiola, otra manera de ganar" de Guillem Balagué. 340 páginas (e-book).
Nuestros amigos británicos suelen sacar a la venta habitualmente biografías de personajes famosos en general y deportivos en particular, algo que en España prácticamente no ha ocurrido hasta hace poco (a la mente sólo me viene el caso de Rafa Nadal, previo a una catarata de libros de poca tirada de personajes futboleros escritos por periodistas que los siguen). Este libro es uno de esos libros que comento, ya que el autor (el periodista catalán Guillem Balagué, afincado en Reino Unido) lo escribió en inglés y se ha traducido. Obviamente no es un libro que te cambia la vida ni mucho menos, pero como no esperaba gran cosa de él, no me ha decepcionado. En él te cuenta principalmente el periplo de Guardiola en el mejor Barça de todos los tiempos (probablemente el mejor equipo que yo haya visto jugar nunca) y se hace ameno y entretenido, con cosas que incluso sorprenden de un tipo tan peculiar. Aprobado.
69. "Érase una vez en Francia" de Fabien Nury y Sylvain Valleé (volúmenes 1, 2 y 3 de un total de 6). (tablet).
En forma de cómic nos llega la historia del mafioso judío Joseph Joanovici, un emigrante ruso de origen moldavo (cuando nació Moldavia formaba parte de Rusia) que en la Francia de entreguerras construyó un imperio a través de chanchullos desde una empresa de ferretería y que se convirtió (se cree pero no se sabe) primero en colaboracionista con los nazis y luego en parte de la resistencia, siempre sacando tajada de formar parte del bando ganador. Aunque sólo he leído la mitad de las seis entregas de esta obra, puedo asegurar que se trata de un trabajo magnífico, no sólo por el interés que suscita la historia, sino porque el texto y el dibujo son francamente buenos. Muy recomendable, me quedo con las ganas de haberlo acabado.
70. "High Fidelity" de Nick Hornby. 253 páginas (e-book).
Pese a que Nick Hornby es uno de mis autores favoritos y a que cuando vi la película homónima protagonizada por John Cusack me encantó sobremanera, el que caso es que llevaba muchos muchos años detrás de leer este libro, básicamente porque siempre esperé que alguien en especial me lo regalara. Supongo que lo he leído precisamente porque ahora mismo sé que es preferible no esperar a que las cosas sucedan, y por eso trato de poner mi granito de arena para que ocurran como quiero. De alguna manera es lo mismo que le pasa al protagonista de la historia, Rob Fleming (Rob Gordon en la peli), el dueño de una tienda de discos en Londres, obsesionado con las listas (por culpa de uno de los dos adláteres que tiene en la tienda: uno apocado y el otro un torbellino) de cualquier tipo, concretamente los Top 5: las cinco mejores canciones para un lunes, las cinco mejores películas de la Mafia, las cinco peores rupturas...Es con esta última lista con la que verdaderamente arranca todo, ya que su novia (Laura) lo deja porque, ¿cómo vas a querer a alguien que ni siquiera se quiere a sí mismo? (algo así le dice ella).Y es que el bueno de Rob se encuentra en la situación de pasar a la siguiente etapa de su vida y no parece enterarse (esas cosas pasan). Mientras Rob va desentrañando el quid de la cuestión, el lector disfruta de un montón de referencias a la cultura pop y a la música en general (los tres personajes de la tienda, como el propio Nick Hornby, son unos melómanos impresionantes...Y pelín déspotas, aunque con gracia) dentro de una historia entretenida y que te resulta cercana (doy fe). Aprovechando la lectura de este libro, aproveché la oportunidad para volver a ver la peli (ambas en versión original) y me quitó el sombrero ante el trabajo hecho con ella: John Cusack está brutal, Jack Black nació para hacer el personaje que interpreta y el resto del elenco también está a la altura, la música que suena es espectacular (es lo único en lo que supera al libro, obviamente) y la adaptación casi no podría ser más fiel. ¿Qué más puedo decir? Maravillosa obra.
71. "Il diavolo, certamente" de Andrea Camilleri. 171 páginas (e-book).
En este libro de relatos se ve la siempre divertida pluma del gran Camilleri. En ellos, para variar en italiano y no en el mezzo-italiano mezzo-siciliano de las historias de Montalbano, podemos encontrar todo tipo de historias en las que, como hace referencia el título, el Diablo metió la mano. Normalmente no me acuerdo de ninguno tras un par de días de haberlos leído, pero en esta ocasión sí rememoro uno con claridad: el de un ladrón que, haciendo un "trabajo", encuentra unas fotos comprometidas de una despampanante mujer casada, que está siendo objeto de chantaje por el dueño de la casa robada por el protagonista. El ladrón, en un rapto de bonhomía, decide devolverle las fotos y los negativos a la mujer que, cuando ya tiene el objeto incriminatorio en su poder y se dirige hacia su casa, ve cómo un motorista le roba el paquete...Il diavolo, certamente. Muy bueno y entretenido.
72. "Skagboys" de Irvine Welsh. 672 páginas (e-book).
Esta es la precuela de "Trainspotting", del mismo modo que Welsh ya nos contó el futuro de Renton, Sick Boy, Begbie y demás, ahora nos cuenta su pasado, concretamente la época en la que comenzaron (los que lo hicieron) a meterse heroína: el Reino Unido bajo la sombra de poder de Margaret Thatcher. Por encima del ambiente arrabalero, las trifulcas y el lenguaje barriobajero, que siempre me han resultado divertidos y atrayentes en los libros de este autor, resulta muy interesante ver cómo Renton (sin duda el personaje con más peso dentro de la saga) se encuentra ante la disyuntiva del todo (carrera universitaria, novia, futuro por delante...) o nada (caer en la adicción al "jaco"), decidiéndose irremisiblemente por la última opción simplemente dejándose llevar. A destacar, como siempre, la labor del traductor (Federico Corriente Basús) que consigue sacar del texto original (escrito fonéticamente tal y como hablan los escoceses en inglés) auténtico petróleo literario. De hecho, aproveché la ocasión para mandarle un correo alabando su buen hacer y, a modo de anécdota me confesó que "bobochorra" (uno de los términos que usa en sus trabajos de traducción de las obras de Irvine Welsh y mi favorito entre los muchos palabros utilizados) era una palabra que sacó de una tira de Forges...Enorme.
73. "La espantosa intimidad de Maxwell Sim" de Jonathan Coe. 432 páginas (e-book).
Jonathan Coe tiene una rara habilidad: consigue que una horrible sinopsis, siempre terriblemente aburrida, se convierta en un deleite para el lector. De hecho, incluso cuando ya sabes que tiene ese don, comienzas la novela con un aire de suspicacia que desaparece tras las primeras páginas. Eso pasa con sus obras pasadas ("El club de los canallas", "El círculo cerrado" o "¡Menudo reparto!") y también con ésta, en la que nos cuenta el viaje (interior y exterior) de Maxwell Sim hacia conocerse a sí mismo. Hay veces en las que tratar de contar de qué va una historia (como se hace en una sinopsis) lo único que hacen es ponerle la zancadilla al que puede estar dispuesto a leerla, así que no digo más de la trama. Muy bueno.
67. "Berlín. La caída: 1945" de Antony Beevor. 800 páginas (e-book).
Antony Beevor es uno de los historiadores metidos a escritor con más ventas mundiales, sobre todo en las obras centradas en episodios de la II Guerra Mundial, como el Desembarco de Normandía o Stalingrado. Como ya he contado muchas veces por aquí, éste es un tema que me apasiona, así que llevaba cierto tiempo pensando en leer alguna de sus obras para ver qué tal estaban. El resultado ha sido de 6 sobre 10. No está mal pero esperaba más, la verdad. He leído que suscitó muchas críticas por parte de los rusos porque en el relato queda meridianamente claro que eran poco menos que semisalvajes con ganas de venganza, pero es que (con matices) eso es lo que pasó y eso no minusvalora el hecho de que fueran clave en que el Mundo se librara de algo incluso peor. El libro está bien estructurado, bien documentado y no es farragoso en su prosa, pero le falta chicha y, en bastantes ocasiones, se para en detalles que no son tan relevantes como para dedicarles tiempo. Supongo también que si no has leído nada sobre la II Guerra Mundial en general o de la caída de Berlín, es posible que te impacte más, pero como yo ya estoy algo versado en el tema...
68. "Pep Guardiola, otra manera de ganar" de Guillem Balagué. 340 páginas (e-book).
Nuestros amigos británicos suelen sacar a la venta habitualmente biografías de personajes famosos en general y deportivos en particular, algo que en España prácticamente no ha ocurrido hasta hace poco (a la mente sólo me viene el caso de Rafa Nadal, previo a una catarata de libros de poca tirada de personajes futboleros escritos por periodistas que los siguen). Este libro es uno de esos libros que comento, ya que el autor (el periodista catalán Guillem Balagué, afincado en Reino Unido) lo escribió en inglés y se ha traducido. Obviamente no es un libro que te cambia la vida ni mucho menos, pero como no esperaba gran cosa de él, no me ha decepcionado. En él te cuenta principalmente el periplo de Guardiola en el mejor Barça de todos los tiempos (probablemente el mejor equipo que yo haya visto jugar nunca) y se hace ameno y entretenido, con cosas que incluso sorprenden de un tipo tan peculiar. Aprobado.
69. "Érase una vez en Francia" de Fabien Nury y Sylvain Valleé (volúmenes 1, 2 y 3 de un total de 6). (tablet).
En forma de cómic nos llega la historia del mafioso judío Joseph Joanovici, un emigrante ruso de origen moldavo (cuando nació Moldavia formaba parte de Rusia) que en la Francia de entreguerras construyó un imperio a través de chanchullos desde una empresa de ferretería y que se convirtió (se cree pero no se sabe) primero en colaboracionista con los nazis y luego en parte de la resistencia, siempre sacando tajada de formar parte del bando ganador. Aunque sólo he leído la mitad de las seis entregas de esta obra, puedo asegurar que se trata de un trabajo magnífico, no sólo por el interés que suscita la historia, sino porque el texto y el dibujo son francamente buenos. Muy recomendable, me quedo con las ganas de haberlo acabado.
70. "High Fidelity" de Nick Hornby. 253 páginas (e-book).
Pese a que Nick Hornby es uno de mis autores favoritos y a que cuando vi la película homónima protagonizada por John Cusack me encantó sobremanera, el que caso es que llevaba muchos muchos años detrás de leer este libro, básicamente porque siempre esperé que alguien en especial me lo regalara. Supongo que lo he leído precisamente porque ahora mismo sé que es preferible no esperar a que las cosas sucedan, y por eso trato de poner mi granito de arena para que ocurran como quiero. De alguna manera es lo mismo que le pasa al protagonista de la historia, Rob Fleming (Rob Gordon en la peli), el dueño de una tienda de discos en Londres, obsesionado con las listas (por culpa de uno de los dos adláteres que tiene en la tienda: uno apocado y el otro un torbellino) de cualquier tipo, concretamente los Top 5: las cinco mejores canciones para un lunes, las cinco mejores películas de la Mafia, las cinco peores rupturas...Es con esta última lista con la que verdaderamente arranca todo, ya que su novia (Laura) lo deja porque, ¿cómo vas a querer a alguien que ni siquiera se quiere a sí mismo? (algo así le dice ella).Y es que el bueno de Rob se encuentra en la situación de pasar a la siguiente etapa de su vida y no parece enterarse (esas cosas pasan). Mientras Rob va desentrañando el quid de la cuestión, el lector disfruta de un montón de referencias a la cultura pop y a la música en general (los tres personajes de la tienda, como el propio Nick Hornby, son unos melómanos impresionantes...Y pelín déspotas, aunque con gracia) dentro de una historia entretenida y que te resulta cercana (doy fe). Aprovechando la lectura de este libro, aproveché la oportunidad para volver a ver la peli (ambas en versión original) y me quitó el sombrero ante el trabajo hecho con ella: John Cusack está brutal, Jack Black nació para hacer el personaje que interpreta y el resto del elenco también está a la altura, la música que suena es espectacular (es lo único en lo que supera al libro, obviamente) y la adaptación casi no podría ser más fiel. ¿Qué más puedo decir? Maravillosa obra.
71. "Il diavolo, certamente" de Andrea Camilleri. 171 páginas (e-book).
En este libro de relatos se ve la siempre divertida pluma del gran Camilleri. En ellos, para variar en italiano y no en el mezzo-italiano mezzo-siciliano de las historias de Montalbano, podemos encontrar todo tipo de historias en las que, como hace referencia el título, el Diablo metió la mano. Normalmente no me acuerdo de ninguno tras un par de días de haberlos leído, pero en esta ocasión sí rememoro uno con claridad: el de un ladrón que, haciendo un "trabajo", encuentra unas fotos comprometidas de una despampanante mujer casada, que está siendo objeto de chantaje por el dueño de la casa robada por el protagonista. El ladrón, en un rapto de bonhomía, decide devolverle las fotos y los negativos a la mujer que, cuando ya tiene el objeto incriminatorio en su poder y se dirige hacia su casa, ve cómo un motorista le roba el paquete...Il diavolo, certamente. Muy bueno y entretenido.
72. "Skagboys" de Irvine Welsh. 672 páginas (e-book).
Esta es la precuela de "Trainspotting", del mismo modo que Welsh ya nos contó el futuro de Renton, Sick Boy, Begbie y demás, ahora nos cuenta su pasado, concretamente la época en la que comenzaron (los que lo hicieron) a meterse heroína: el Reino Unido bajo la sombra de poder de Margaret Thatcher. Por encima del ambiente arrabalero, las trifulcas y el lenguaje barriobajero, que siempre me han resultado divertidos y atrayentes en los libros de este autor, resulta muy interesante ver cómo Renton (sin duda el personaje con más peso dentro de la saga) se encuentra ante la disyuntiva del todo (carrera universitaria, novia, futuro por delante...) o nada (caer en la adicción al "jaco"), decidiéndose irremisiblemente por la última opción simplemente dejándose llevar. A destacar, como siempre, la labor del traductor (Federico Corriente Basús) que consigue sacar del texto original (escrito fonéticamente tal y como hablan los escoceses en inglés) auténtico petróleo literario. De hecho, aproveché la ocasión para mandarle un correo alabando su buen hacer y, a modo de anécdota me confesó que "bobochorra" (uno de los términos que usa en sus trabajos de traducción de las obras de Irvine Welsh y mi favorito entre los muchos palabros utilizados) era una palabra que sacó de una tira de Forges...Enorme.
73. "La espantosa intimidad de Maxwell Sim" de Jonathan Coe. 432 páginas (e-book).
Jonathan Coe tiene una rara habilidad: consigue que una horrible sinopsis, siempre terriblemente aburrida, se convierta en un deleite para el lector. De hecho, incluso cuando ya sabes que tiene ese don, comienzas la novela con un aire de suspicacia que desaparece tras las primeras páginas. Eso pasa con sus obras pasadas ("El club de los canallas", "El círculo cerrado" o "¡Menudo reparto!") y también con ésta, en la que nos cuenta el viaje (interior y exterior) de Maxwell Sim hacia conocerse a sí mismo. Hay veces en las que tratar de contar de qué va una historia (como se hace en una sinopsis) lo único que hacen es ponerle la zancadilla al que puede estar dispuesto a leerla, así que no digo más de la trama. Muy bueno.
martes, 7 de octubre de 2014
Un luchador infatigable
No recuerdo haber usado en este blog nunca nombres y apellidos de la gente que conozco o con la que me relaciono, básicamente porque fue una de las pocas normas que me autoimpuse cuando empecé a publicar aquí. Hoy, sin embargo, voy a romper esa regla para hablar de Carlos Matallanas.
Conocí a Carlos hace muchos años, más de 20, cuando él llegó al colegio en 4º de E.G.B. y yo ya llevaba un curso allí. Sin considerarnos nunca amigos, y pese a un inicio de relación áspero, siempre fuimos compañeros cordiales durante los años de colegio e instituto. Concretamente fuimos compañeros de clase desde 4º hasta 1º de B.U.P. cuando nuestros caminos se bifurcaron: yo fui a 1º C y él a 1º A. Juntos compartimos el viaje a Praga, Viena y Budapest de 3º de B.U.P. o el de Barcelona el curso siguiente, que se unieron a los de Cercedilla y Portugal (la primera vez que salí de España) de 4º y 5º de E.G.B. ya al de Asturias de 8º (cuando me jodí la muñeca bajando en bici). Recuerdo haber ido con él y otros dos compañeros siendo unos chavalines a un clínic de baloncesto en el Palacio de los Deportes (el que se quemó) en el que participaron Sabonis, Herreros (cuando todavía tenía pelo) y, si no recuerdo mal, Sasha Djordjevic. Alguna vez coincidimos en el mítico "Anfi", el lugar donde comenzamos a hacer botellón. Ambos fuimos agraciados con la matrícula de honor en nuestro primer año universitario por las notas académicas conseguidas en los años de instituto. Y tras selectividad cada uno hizo su camino, yo hacia las dichosas telecomunicaciones y él hacia las comunicaciones (sin "tele") al hacer Periodismo como su hermano mayor Javier (hoy subdirector del As). Las últimas veces que lo vi fue precisamente camino de la facultad, en el metro, hace más de diez años, cuando me comentaba somnoliento lo difícil que se le hacía madrugar los lunes porque no lo hacía ni viernes, ni sábado, ni domingo (en Periodismo no tenían clase los viernes, con lo que cualquiera puede imaginar la cantidad de tiempo libre que tenía). Desde entonces sólo noticias sueltas, lo que leía en "El Confidencial" (donde trabaja desde 2007 como redactor de Deportes) y alguna cosa que nos contaba su hermano pequeño Gonzalo cuando jugamos contra él al fútbol sala en las ligas municipales. Lo último que sabía de él era que andaba viviendo en Cádiz, apurando su carrera de futbolista semiprofesional. Eso era todo hasta la noticia de la semana pasada.
El día 1 de octubre Carlos abrió un blog en El Confidencial en el que las primeras palabras eran: "Hola, soy Carlos Matallanas y me acaban de diagnosticar ELA". Así, duro y a la encía, como cualquier buen titular de un periodista que se precie. En el primer post de "Mi batalla contra la ELA" el bueno de Carlos decidió contarnos primero cómo surgieron los primeros síntomas, lo que se sabe de la enfermedad (poco, por no decir que casi nada) y transmitirnos sus ganas de luchar contra ella. Echándole un par de huevos, hablando en plata, para narrar de manera precisa que va a hacer todo lo posible por ir contra una enfermedad tan jodidamente dura que no tiene tratamiento eficaz y que acaba con el que la padece en una media de cinco años desde el diagnóstico. Carlos siempre fue un tipo de carácter fuerte, luchador y "echao p'alante", y tras leer su blog veo que eso no ha cambiado un ápice. Habrá que seguirlo, eso está claro.
Cuando me enteré de la noticia, después de que pasara la sorpresa y la comentara con los allegados (mi familia y amigos, que todos conocen a Matallanas), analicé la situación desde el punto de vista personal, preguntándome cómo habría reaccionado yo ante semejante problema. Me gustaría pensar que habría sido tan valiente como lo está siendo Carlos, pero obviamente no lo sé y afirmar lo contrario sería algo impostado. Lo que sí pensé, sin embargo, es que trataría de disfrutar del tiempo con vida todo lo posible, tratando de exprimirle a la vida todo lo que me pudiera ofrecer...Aunque, analizándolo fríamente, ¿por qué es necesaria una enfermedad o una desgracia para pensar eso? No se trata de vivir cada día como si fuera el último (jodido Steve Jobs y su dichoso discurso en Stanford), pero sí de disfrutar de la vida y ser feliz, y eso deberíamos aplicarnos todos. Por todo ello, desde aquí, aprovecho para desearle al gran Carlos Matallanas mucho ánimo en su lucha (ojalá sea productiva) y que sea muy muy feliz en el tiempo que le "robe" a la enfermedad. Seguro que lo consigue, es un luchador infatigable.
Conocí a Carlos hace muchos años, más de 20, cuando él llegó al colegio en 4º de E.G.B. y yo ya llevaba un curso allí. Sin considerarnos nunca amigos, y pese a un inicio de relación áspero, siempre fuimos compañeros cordiales durante los años de colegio e instituto. Concretamente fuimos compañeros de clase desde 4º hasta 1º de B.U.P. cuando nuestros caminos se bifurcaron: yo fui a 1º C y él a 1º A. Juntos compartimos el viaje a Praga, Viena y Budapest de 3º de B.U.P. o el de Barcelona el curso siguiente, que se unieron a los de Cercedilla y Portugal (la primera vez que salí de España) de 4º y 5º de E.G.B. ya al de Asturias de 8º (cuando me jodí la muñeca bajando en bici). Recuerdo haber ido con él y otros dos compañeros siendo unos chavalines a un clínic de baloncesto en el Palacio de los Deportes (el que se quemó) en el que participaron Sabonis, Herreros (cuando todavía tenía pelo) y, si no recuerdo mal, Sasha Djordjevic. Alguna vez coincidimos en el mítico "Anfi", el lugar donde comenzamos a hacer botellón. Ambos fuimos agraciados con la matrícula de honor en nuestro primer año universitario por las notas académicas conseguidas en los años de instituto. Y tras selectividad cada uno hizo su camino, yo hacia las dichosas telecomunicaciones y él hacia las comunicaciones (sin "tele") al hacer Periodismo como su hermano mayor Javier (hoy subdirector del As). Las últimas veces que lo vi fue precisamente camino de la facultad, en el metro, hace más de diez años, cuando me comentaba somnoliento lo difícil que se le hacía madrugar los lunes porque no lo hacía ni viernes, ni sábado, ni domingo (en Periodismo no tenían clase los viernes, con lo que cualquiera puede imaginar la cantidad de tiempo libre que tenía). Desde entonces sólo noticias sueltas, lo que leía en "El Confidencial" (donde trabaja desde 2007 como redactor de Deportes) y alguna cosa que nos contaba su hermano pequeño Gonzalo cuando jugamos contra él al fútbol sala en las ligas municipales. Lo último que sabía de él era que andaba viviendo en Cádiz, apurando su carrera de futbolista semiprofesional. Eso era todo hasta la noticia de la semana pasada.
El día 1 de octubre Carlos abrió un blog en El Confidencial en el que las primeras palabras eran: "Hola, soy Carlos Matallanas y me acaban de diagnosticar ELA". Así, duro y a la encía, como cualquier buen titular de un periodista que se precie. En el primer post de "Mi batalla contra la ELA" el bueno de Carlos decidió contarnos primero cómo surgieron los primeros síntomas, lo que se sabe de la enfermedad (poco, por no decir que casi nada) y transmitirnos sus ganas de luchar contra ella. Echándole un par de huevos, hablando en plata, para narrar de manera precisa que va a hacer todo lo posible por ir contra una enfermedad tan jodidamente dura que no tiene tratamiento eficaz y que acaba con el que la padece en una media de cinco años desde el diagnóstico. Carlos siempre fue un tipo de carácter fuerte, luchador y "echao p'alante", y tras leer su blog veo que eso no ha cambiado un ápice. Habrá que seguirlo, eso está claro.
Cuando me enteré de la noticia, después de que pasara la sorpresa y la comentara con los allegados (mi familia y amigos, que todos conocen a Matallanas), analicé la situación desde el punto de vista personal, preguntándome cómo habría reaccionado yo ante semejante problema. Me gustaría pensar que habría sido tan valiente como lo está siendo Carlos, pero obviamente no lo sé y afirmar lo contrario sería algo impostado. Lo que sí pensé, sin embargo, es que trataría de disfrutar del tiempo con vida todo lo posible, tratando de exprimirle a la vida todo lo que me pudiera ofrecer...Aunque, analizándolo fríamente, ¿por qué es necesaria una enfermedad o una desgracia para pensar eso? No se trata de vivir cada día como si fuera el último (jodido Steve Jobs y su dichoso discurso en Stanford), pero sí de disfrutar de la vida y ser feliz, y eso deberíamos aplicarnos todos. Por todo ello, desde aquí, aprovecho para desearle al gran Carlos Matallanas mucho ánimo en su lucha (ojalá sea productiva) y que sea muy muy feliz en el tiempo que le "robe" a la enfermedad. Seguro que lo consigue, es un luchador infatigable.
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Un luchador infatigable
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