Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

viernes, 31 de diciembre de 2021

Adiós 2021...

Hala, tira ya de vuelta por donde viniste que venías de salvador y no te has salvado ni a ti mismo. Todo el mundo tenía sus esperanzas puestas en ti como el año de la vuelta a la normalidad y resulta que nos estás regalando no una ola, sino un tsunami de contagios (el mío incluido, que terminar el año confinado tiene cojones). Y eso sin olvidar que empezaste regalándonos a Filomena.

Aunque es cierto que visto lo visto no me puedo quejar, gracias a la vacuna esto está siendo más leve de lo que muchos otros han pasado y el resto de mi familia no se ha contagiado (quitando a mi hermana que fue asintomática). Además, he seguido haciendo ejercicio regular con la esgrima y el fitboxing, y estoy más o menos en forma (para un cuarentón de estreno como yo). Eso sí, aquello que le detectaron a mi viejo lo tengo yo peor, y veremos cómo acaba. 

Las abuelitas están bien, y eso es algo que tampoco olvido, eh.

Este año he vivido solo pero a medias, y la verdad es que es algo que uno agradece, esa compañía con alguien que te entiende y te soporta (más lo segundo que lo primero).

El trabajo me ha traído sorpresas tan absurdas como no poder salir de la Comunidad de Madrid pero hacer un viaje a un todo incluido en Cancún (el mejor viaje de trabajo de siempre), y cosas feas que prefiero no comentar por aquí. Además me subieron el sueldo en un año malo, y eso es de agradecer.

El Madrid no ganó nada y el Estu descendió. Ahí sí que la cagaste bien, 2021, joderla más es casi imposible. Mejor no digo nada porque me enciendo.

En lo que se refiere a viajes, estuve en Cancún, en la República Dominicana, en Roma viendo la Eurocopa, en Zagreb, en Brujas y en Montevideo como destinos foráneos, y dada la situación tampoco me puedo quejar.

No sé, has tenido luces y sombras, no sabría si calificarte como año bueno o malo a priori... Pero es que eres el año que me trajo a mi sobrina Adriana, y ya con eso es imposible decir que seas malo, a lo mejor bueno del todo no, pero eres inolvidable por darme semejante regalo.

Bueno, es hora de que partas ya y dejes que venga el siguiente, a ver si te deja a la altura del betún y no juega con nuestras esperanzas. Ciao pescao.



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