Pocos jugadores de primer nivel tienen la capacidad que tiene el internacional argentino de cometer infracciones sin ser apenas castigado. En el minuto 2 de partido, hizo una clara falta sobre Lucas Vázquez dentro del área (tonta, llegando tarde, innecesaria) que fue convenientemente perdonada por el árbitro (se ve en el siguiente vídeo). Se comentó que siendo un partido de estas características (máxima rivalidad, los primeros de la clasificación), es difícil que se pite un penalti nada más comenzar el partido... Entonces si se marca en jugada sin infracción, ¿se anula el gol? Ese comentario lo único que denota es que hay cosas en el fútbol que siguen sin funcionar, si es que se justifica un error tan flagrante con una explicación tan estúpida.
Por si no fuera poco, en el minuto 23, el bueno de Mascherano, decide hacer otro penalti estúpido, en esta ocasión por agarrar de la camiseta a Cristiano Ronaldo cuando éste se disponía a rematar de cabeza dentro del área. Sin ser tan evidente como la anterior, esta infracción sigue siendo clara, y de nuevo el rosarino salió de rositas. Me parece sorprendente lo poco que se sanciona a este jugador. No creo que sea tan bueno ocultando patadas y faltas (se ve en la televisión jornada tras jornada), pero me niego a creer que haya algún tipo de conspiración judeo-masónica.
Pero entre un penalti y otro de Mascherano, también dio tiempo para que Rakitic despejara de zamorana dentro del área (una jugada difícil de apreciar sin repetición) y Carvajal hiciera lo propio con el brazo (aunque sea esa la acción más dudosa de las cuatro que se dejó sin pitar). Todas esas jugadas polémicas se pueden ver en el vídeo anterior.
Eso sí, no todo fueron los penaltis, obviamente. El Madrid fue de menos a más en la primera parte y el inicio de la segunda, dominando al Barça y controlando el partido pero sin llegar a crear excesivo peligro, hasta que los blaugranas se encontraron el gol en una falta tonta en el lateral cabeceada (no sin pillería) por Luis Suárez a la red. Ahí los culés cogieron las riendas del partido y, a lomos de Iniesta que entró justo tras el gol, jugaron a placer durante unos veinte minutos. Fallaron Neymar y Messi dos buenas ocasiones (sobre todo la del primero) y se terminaron echando para atrás...Y es ahí donde Ramos no perdona. Parafraseando la canción de Rumba 3: "No sé qué tienen los goles de Ramos que me vuelven loco...Que me vuelven loco".
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