Fracaso, humillación, descalabro...Cualquiera puede elegir la palabra que más le guste para describir la actuación de la selección española en el Mundial de Brasil. Está claro que el combinado nacional estuvo por debajo de las expectativas creadas tras 6 años de éxitos, se perdió claramente en los dos primeros partidos (los rivales fueron mejores) y se maquilló la pobre actuación en un decente último encuentro. Es muy fácil señalar culpables a posteriori, pero la verdad es que nadie o casi nadie era capaz de prever lo acaecido en la fase de grupos para España. El desmorone ha sido general, empezando por el seleccionador y continuando por los jugadores, hagamos un análisis de cada uno de ellos:
Casillas. Tembloroso. Estuvo mal el día de Holanda (regaló el cuarto gol y se arrastró, a su pesar, en el quinto) pero no fue el culpable de la escandalosa derrota (le metieron otros tres, los dos primeros sin posibilidad de hacer nada más y en el tercero le hicieron una clamorosa falta) y salvó al menos otros cuatro goles (que ya es decir). En el de Chile, estuvo regular en el segundo gol chileno (esa jugada no se la suelen meter) pero tampoco fue decisiva su intervención. De hecho quizá lo peor que se pueda decir de Casillas (si es que no "canta", como en el gol que le da a Van Persie o en la final de la Champions) es que no sea decisivo, que no gane partidos como ha hecho durante toda su carrera. Se le ha notado al bueno de Íker la falta de portería esta temporada, ya que la estúpida decisión de Ancelotti (y la lesión de Valdés, que habría sido el probable titular) le han puesto en una posición desagradable: responder al peso de su propia historia (mítica) y no tener la preparación necesaria (se le notaba cada vez que tenía que medir en salidas). Si las temporadas que vienen es titular indiscutible, seguirá siendo un pilar en la selección, ya que estando en forma sigue siendo el mejor.
Reina. Bien. No tuvo apenas trabajo contra Australia (tampoco se esperaba) y cumplió
correctamente con la papeleta. Probablemente siga yendo a la selección a
la espera de que vayan entrando los jóvenes. Una lástima no escuchar este verano sus ya famosos "¿Camareeeeeroooo?".
De Gea. Buena experiencia. Espero que haya disfrutado del viaje y que aprenda del ambiente de las duras para que luego apoye en las maduras. El portero del futuro cercano.
Azpilicueta. Inane. Pasó inadvertido en los dos partidos que jugó, tanto en ataque (no se le recuerda subida alguna) como en defensa (de su banda vinieron dos centros que acabaron en gol el día de Holanda). Fue titular por una buena campaña en el Chelsea y por su polivalencia (puede jugar de lateral izquierdo) pero en realidad parece una versión 2.0 de Arbeloa. Seguirá yendo a la selección, pero Carvajal llama a la titularidad.
Alba. Fuera de forma. La sensación de la Eurocopa pasada llegó a este Mundial renqueante y se ha notado. No ha sido la moto que pareció en aquel campeonato y si, normalmente, su nivel ofensivo compensa ciertas lagunas defensivas, en esta ocasión se le han visto las costuras. Su puesto lo debería haber cubierto otro jugador más en forma (Moreno, por ejemplo). Seguirá siendo un fijo en la selección, pero sólo si está fino.
Piqué. Fuera de forma. Casi se puede hacer el mismo análisis que para Jordi Alba, la lesión que sufrió le ha dejado en una condición física precaria. Su horroroso partido ante Holanda (el peor junto con Ramos y Busquets) le ha condenado a no jugar ni un minuto más en el Mundial. Le quedan años en la selección, pero si no está bien no debería jugar.
Ramos. Desarbolado. El hombre de la Décima, aquel que parecía una mezcla de Baresi, Beckenbauer y demás defensas totales, quedó hecho una braga en el primer partido del Mundial (también en el segundo pudo hacer más en la jugada del primer gol). Si el hombre de la defensa en el que todo el mundo confía está como Sergio Ramos aquel día, ¿qué decir? Seguirá siendo insustituible en el centro de la defensa de España con Piqué al menos 4 ó 5 años más, pero ya va teniendo una edad para que gane en colocación y no lo fíe todo a su físico.
Juanfran. Correcto. Demostró más que Azpilicueta jugando sólo un partido. Llegó a línea de fondo y hasta puso un gol (el de Villa). Si estaba así los otros días, ¿por qué no jugó? Uno de los pocos que se salvan de la quema, seguirá yendo esporádicamente a la selección (Carvajal los adelanta a todos) pero dependerá de su forma, porque su edad no acompaña.
Javi Martínez. Regular alto. No estuvo ni mal ni bien en el partido que jugó (Chile), ninguno de los goles fueron por su culpa y no cometió errores, pero el peso en el juego que se le presupone no se vio. Será uno de los pilares de la selección que viene, sin duda.
Albiol. Bien. No tuvo apenas trabajo contra Australia (tampoco se esperaba) y cumplió correctamente con la papeleta. Probablemente siga yendo a la selección a la espera de que vayan entrando los jóvenes.
Alonso. Lento. Se le vio como con el Madrid esta última temporada, con el temple necesario y la capacidad de sujetar al equipo pero lento en determinadas situaciones que pueden resultar clave (como en el primer gol de Chile, que viene de una pérdida suya). Sin embargo el equipo notó mucho cuando fue sustituido en los dos primeros partidos, contra Holanda cayó el diluvio y contra Chile la hipotética remontada se diluyó. Le quedan como mucho dos años a primer nivel, si se le dosifica todavía puede jugar un papel reseñable en la selección.
Busquets. Infame. Probablemente el español que peor ha estado en el Mundial. Un jugador al que admiro por su seguridad, su capacidad de colocación, su condición de eje del equipo...Ha sido justo lo contrario: fallón, inseguro, mal colocado, protagonista del naufragio contra Holanda y del quiero y no puedo contra Chile. Se le notó mal físicamente (parece que la pubalgia le ha lastrado) y en esas condiciones no estaba ni para viajar a Brasil. Debe ser un fijo en la selección, pero sólo si está bien.
Xavi. Semijubilado. Su primera media hora frente a Holanda fue fantástica, un claro ejemplo del jugador que ha sido. Repito, ha sido. A día de hoy, Xavi no está para más allá de esa media hora en un partido de alto nivel, fuera de ese tiempo desaparece. Es una pena que Del Bosque no lo haya visto, porque se debía haber contado con él más como cambio de segunda parte que como titular. Se va uno de los jugadores españoles más grandes de la Historia, a la altura de Raúl o Luis Suárez.
Iniesta. Voluntarioso. Trató de asociarse, regatear, buscar a sus compañeros con pases fantasiosos...Pero nada. No estuvo especialmente brillante pero sobre todo por el nivel de los que le rodeaban, aunque afortunadamente recuperó el toque el último día contra Australia, donde se vio a una España correcta. Seguirá en la selección al menos hasta la próxima Eurocopa, luego Dios dirá.
Silva. A chispazos. Protagonista de la jugada que podía haber cambiado el curso de esta historia, si hubiera marcado aquel mano a mano frente a Holanda quizá las cosas habrían ido de otra manera. Quizá esa jugada pueda resumir lo que ha sido España en el Mundial, un casi pero no. Su actuación ha sido irregular, con chispazos de fantasía y ratos de desaparición. Seguirá siendo un fijo en la selección los próximos años, su calidad le avala.
Fábregas. Infrautilizado. Se ha enfadado Cesc por su poca presencia en este Mundial y yo diría que con razón. Salió con el partido vendido contra Holanda, no jugó contra Chile y poco contra Australia. Para mí este jugador es una debilidad y creo que, en la selección que consagró la última Eurocopa al falso 9, que su máximo exponente no jugara apenas ha sido una rémora. Se espera (al menos yo) que coja galones a partir de ahora.
Koke. Esperanzador. Su entrada en la segunda parte contra Chile impulsó a España hasta que Busquets falló a puerta vacía. Debería haber sido titular frente a Holanda (ni jugó siquiera), y frente a Chile, y la selección notó su falta, sobre todo físicamente. Contra Australia jugó un gran partido y se espera que sea uno de los referentes de la selección española durante la próxima década.
Pedro. Fallón. Un hombre como él, siempre con chispa, pareció apagado: los regates no le salían, no llegó a línea de fondo, no rompía las líneas con velocidad. No dio la sensación de que fuera un problema de forma, sino de sensaciones. Quizá saberse
Cazorla. Presencia testimonial. Jugó un poco contra Chile con el partido decidido y contra Australia estuvo correcto. Será un buen suplente en la selección, como hasta ahora.
Mata. Presencia testimonial. Jugó un poco contra Chile con el partido decidido
y contra Australia estuvo correcto (incluso marcó un buen gol). Se espera (al menos yo) que coja galones a partir de ahora, sino seguirá siendo un suplente de lujo.
Costa. Desaparecido. Al fulgurante delantero de la temporada pasada en el Atlético de Madrid no se le ha visto por Brasil, fuera del penalti que se inventó contra Holanda. Ha estado como si fuera un fantasma, ni desmarques, ni jugadas, ni nada de nada. Está por ver que case con el futuro de la selección, por ahora su adaptación ha sido nula a un puesto que sigue vacante.
Torres. Viviendo del gol de la Eurocopa...De 2008. Que Torres vaya a la selección responde exclusivamente a su valor como miembro de un grupo establecido. Sus números de club son muy pobres desde hace mucho tiempo (la última temporada ha marcado 11 tristes goles en más de 40 partidos, valores ínfimos para un delantero centro de un club semifinalista de Champions y que ha luchado por la Premier League) y sus actuaciones en la selección han dejado muchas más sombras que luces en los últimos seis años. Hizo el ridículo en el Mundial pasado y en éste sólo ha hecho algo contra Australia. Sólo la carencia de una referencia en ese puesto le ha permitido seguir apareciendo, cual Guadiana, en las diferentes convocatorias. A menos que su actuación cambie de manera radical, no debería volver a ir siquiera convocado.
Villa. Infrautilizado. Jugó sólo 55 minutos ante Australia y demostró (no sólo por su fantástico gol) que debería haber formado en los dos primeros partidos, ya que se mostró vertical, incisivo, participativo en las jugadas de ataque, etc. Es una pena que no estuviera ante los rivales más fuertes, porque demostró estar varios cuerpos por encima de las otras alternartivas de ataque. Si no hubiera renunciado al fútbol de élite (siendo serios toda esta historia de jugar en Nueva York a partir de marzo y mientras entrenar con el City y jugar algún partido de la liga australiana, no suena muy profesional) probablemente podría haber llegado incluso a la siguiente Eurocopa, ya que en España sigue sin haber delanteros con su pericia y facilidad para hacer gol.
Del Bosque. Sobrepasado. El seleccionador nacional, tras dos rotundos éxitos (Mundial y Eurocopa) se encontraba en la encrucijada en este campeonato de llevar o no al conjunto de jugadores que nos hicieron campeones de todo, y también la de hacerlos jugar o no. A posteriori parece una decisión fácil, pero deberíamos plantearnos qué habría ocurrido si Del Bosque hubiera dejado en casa a gente como Xavi, Piqué o Torres. Ya lo digo yo, se le habría tildado de excesivamente arriesgado y de no confiar en los campeones. Vicente nunca fue un revolucionario, siempre ha sido de transiciones suaves y ningún volantazo, y por eso presentó la lista de 23 que presentó.
Con la baja de Valdés, la portería estaba clara (pese a la extraña temporada de Casillas), la defensa y la media más o menos también (porque nadie tenía muy claro cuál era el estado de algunos jugadores) y en la delantera era donde había más debate (por el estado físico de Costa y por quiénes lo acompañarían). Pues bien, lo de la portería no fue decisivo, pero en la defensa: Piqué no debería haber ido, Azpilicueta o Juanfran (más el primero) deberían haber dado paso a Carvajal y Moreno o Monreal tendrían que haber ido para cubrir el posible estado precario de Alba (que se notó en los dos primeros encuentros). En la media, Busquets no debería haber estado ni convocado (el mismo Iturraspe estuvo más fresco en el amistoso anterior al Mundial), Koke debía haber sido titular, Xavi estaba sólo para un rato en el mejor de los casos, Fábregas mereció más protagonismo y Pedro debería haberse usado sólo como revulsivo de última hora. En la delantera, Costa no estaba para ir, Torres no lo merece desde hace un lustro y Villa (con el que yo mismo no contaba) se destapó como necesario excesivamente tarde, se echó de menos una referencia ofensiva poderosa (Llorente, por ejemplo) para cuando teníamos que volcarnos frente a Chile.
Falló Del Bosque en la lista (bastantes no debían haber ido por estado físico o porque su mejor hora pasó, y además había poca versatilidad en el tipo de jugador) y lo hizo también en los cambios durante los partidos: dejó a Busquets solo en el centro frente a Holanda y nos vino el vendaval, sacó a Fábregas para nada, no quitó a Xavi cuando sólo pululaba por el campo...
¿Significa esto que debe salir de la selección y dejar de ser seleccionador? NO. Despreciar la trayectoria de Vicente todo este tiempo, clasificando fácil para los campeonatos (eso no se hizo con el excesivamente idolatrado Luis Aragonés) y ganando dos de ellos no es moco de pavo. El seleccionador nacional ha demostrado su capacidad para liderar hacia la victoria a un equipo que ya había ganado (más difícil que ganar es mantenerse), jugando bien e introduciendo cambios y novedades. Del Bosque debe seguir, además, porque no hay nadie que entienda mejor que él la situación del fútbol español (quizá Guardiola, pero no lo veo muy por la labor) y tenga la capacidad de renovar el plantel y mantener la competitividad. Ha sido un golpe duro, pero no deberíamos pegarnos un tiro en un pie.