Si hay una prenda de vestir que me guste por encima de todo, son las zapatillas. Desde que era pequeño siempre tuve verdadera fascinación por esa clase de calzado. No sé si era porque de canijo tenía los pies planos o una madre obsesionada con no gastar de más en las zapatillas de sus niños, pero el caso es que el jovencísimo Rísquez lo único que quería tener de ropa era unas zapatillas de deporte de marca, no me importaba cuál fuera mientras fuera extranjera: Nike, Adidas, Reebok...Las marcas españolas (Joma, Kelme, Yumas, etc.) eran una triste consolación, como aspirar a ganar una carrera y ser segundo o tercero. Pero mi madre era inflexible en ese aspecto, no me compraría zapatillas de marca porque eran muy caras hasta que me duraran más del mes que me solían durar las zapatillas en aquella época.
Según me fui haciendo mayor las zapatillas, que según mi madre me las comía, me fueron durando más y poco a poco pasé de las típicas marcas de mercadillo o zapatería de barrio a las zapatillas de marca barata (mi madre siempre distinguió entre "marca cara" y "marca barata", las españolas eran de estas últimas) compradas en el mítico "Florencio". Digo mítico y quizá me quede corto, porque ese establecimiento era una institución en el barrio (lo sigue siendo) y porque no había en él nada que no estuviera descatalogado o pasado de moda décadas antes. Recuerdo que un tipo que conocíamos del colegio salió en un programa de televisión porque trabajaba de coolhunter (un cazador de tendencias de moda) diciendo que "esta tienda marca tendencia" y "aquí es posible encontrar artículos vintage de los que están tan de moda en la actualidad". Aquello de vintage no tenía nada, básicamente porque no se trataba de productos actuales que rememoraban el pasado, sino auténticos productos de 30 años atrás. Por ello gasté modelos de Joma de temporadas anteriores (recuerdo unas grises y negras que me encantaban) y también algunas John Smith (sobre todo las que copiaban a las All Star de Converse), incluso me acuerdo de suspirar por unas New Balance que debían de ser de principios de los 80 y que me venían tres números grandes...
Cuando tenía ya 13 ó 14 años conseguí el permiso "mamal" para que mis zapatillas fueran de "marca cara". Las primeras deportivas de marca no hispánica fueron unas Converse (en aquella época la marca venía como CONS) que tenían una tira que se pegaba y despegaba, eran de talón un poco alto como de baloncesto (en aquella época las Air Jordan o las Reebok Pump causaban furor) y cámara de aire. Todavía recuerdo la fascinación que me produjeron aquellas zapatillas. Me acuerdo que mi tío F. me había regalado unas Nike blancas, rojas y negras que eran para correr (años después me regalaron unas Saucony incluso mejores) pero que no me gustaron tanto como aquellas Converse. Por aquella época, en una oferta irresistible que ni siquiera mi madre pudo rechazar, me agencié unas zapatillas veraniegas Nike azul oscuro que me chiflaban tanto que me las ponía casi desde abril hasta noviembre. Las siguientes que recuerdo son las Reebok que llevé al viaje de 3º de BUP, blancas y de corte más clásico. A partir de ahí he tenido principalmente zapatillas de ese estilo, blancas y de modelo clásico, es decir, las Reebok Classic (habré gastado unos cuatro o cinco pares) y las Adidas Stan Smith. De hecho todavía tengo unas Classic que sigo usando.
Y llegamos a la actualidad, la época en la que me puedo permitir tener más de un par o dos de zapatillas, lo que supone un disfrute (por un lado) y una debilidad (por el otro), básicamente porque si fuera por mí tendría una cantidad ridícula de pares de zapatillas de todo tipo. Es tal la debilidad que tengo, que cuando me preguntan sobre qué haría y qué tendría si fuera riquísimo (o si me tocara un premio de una cantidad indecente de pasta) siempre digo que viajaría mucho y me compraría más zapatillas. Ahora mismo tengo al uso (sin contar las Umbro negras que uso para jugar al fútbol sala) unas Puma blancas, con la suela, lengüeta y símbolo de la marca en color negro; unas Reebok Classic NPC blancas, unas Le Coq Sportif azul grisáceo (o gris azulado) con la suela gris claro (probablemente mis favoritas a día de hoy); unas El Ganso azul claro y suela blanca que son de verano; unas Mustang rojas que son una copia de las All Star pero de talón bajo; unas Asics negras (regalo de Reyes por parte de mi hermana), con el símbolo de la marca en marrón y la suela naranja; y por último unas Gazelle azules con las tres rayas en amarillo y la suela blanca, que son esas zapatillas que siempre quise tener desde chaval y que disfruto como un niño cada vez que me las pongo.
Jajaja !!! Buenísimo !!!!!
ResponderEliminarA mi también me molaban las zapatillas y tenía unas circunstancias parecidas con mi madre, pero reconozco que hacia buen uso y me duraban bastante más (era además mal deportista o sea que desgastaba poco)
Recuerdo que cuando tenía unos 18 años una tía mía me regaló las rebook classic y me duraron un montón de años. Cambié después a Nike pero al poco tiempo eché de menos la comodidad de las otras y acabé volviendo al modelo de rebook classic; para mí, aunque no soy muy entendido, me resultan comodísimas, y además son muy duraderas (ahora sí hago mucho más deporte eh?).
Saludos!!! Una entrada muy divertida!!!
Estimado Rísquez.
ResponderEliminarSiendo(presumo)unos 25/30 años más viejo que tú, me estás haciendo "revivir" mi infancia. Allá por los finales de los 60 e inicios de los 70, las posibilidades de mis padres eran parecidas a las que tú expones de tu familia, teniendo que usar zapatillas de deporte de marca "desconocida" (las ADIDAS, PUMA o NIKE no "existían") hasta que se caían a trozos.
Mis primeras zapatillas de "alto standing" fueron unas John Smith (las que, bien dices, se asemejaban a las All Star de Converse) que me las regaló mi entrenador de basket, en agradecimiento a los arbitrajes y anotaciones que hice en tantos partidos. Valían ¡¡¡¡250 pesetazas!!!! el año 1973, casi nada.
Luego las famosas Wamba, que se hacían en Logroño, y unos cuantos pares de zapatillas de lona más cayeron hasta que me pude comprar unas preciosas Hang Ten, de cuero blanco con una raya azul gruesa en el centro exterior, donde estaba el logo (las plantas de los 2 pies). Para entonces ya trabajaba y mis padres me permitieron darme tan alto "lujo".
El año 79, cuando me licencié de la mili en Ceuta, salí del cuartel con unas ADIDAS azules con rayas amarillas (no tus GAZELLE, que son más de paseo que aquellas, que eran más deportivas) que me había comprado allí. De ensueño.
De ahí hasta las ADIDAS Top Ten, que me compré en Hendaya el año 1984, siguieron pasando muchas zapatillas de lona, altas y bajas, y unas NIKE (que me regaló el cura del Colegio donde yo entrenaba un equipo) que las usé hasta que se me salieron los dedos por todos los lados jajajajajja.
Como para tí, para mí son algo "totémico". Siempre tengo 5 pares en uso; en estos momentos solo tengo 4 (3 NIKE y 1 ADIDAS) y ya estoy mirando alguna que me guste para pillarmela. Todas las tardes, según llego del curro, me quito los zapatos y me calzo mis zapatillas de deporte, que no me las quito hasta que me voy a la cama, después de haber completado el correspondiente entrenamiento con mis pekes o haber realizado un buen paseo(marcha)con mi mujer.
Un gustazo haber leído tu artículo, que tan buenas sensaciones me ha hecho recordar.
Saludos
JOSEMI