En el episodio piloto conocíamos a la agente del FBI Olivia Dunham (Anna Torv) que, con el doble objetivo de solucionar un caso más allá de toda lógica y salvar a su compañero sentimental (otro agente), contacta con un treintañero sabelotodo (su inteligencia es asombrosa) llamado Peter Bishop (Joshua Jackson) para que le ayude a sacar del centro de internamiento para enfermos mentales (qué manera más elegante de no usar la palabra manicomio) a su padre, Walter Bishop (Peter Noble), un científico que trabajaba para el gobierno y que se volvió majara tras un accidente en su laboratorio, y que es la clave para resolver el caso que Olivia tiene entre manos. Durante el piloto conoceremos también al serio agente Philip Broyles (Lance Reddick) que termina convirtiéndose en el jefe de Olivia para estos casos que bordean los límites de lo conocido (de ahí el título de la serie), a la eficaz agente Astrid Fansworth (Jasika Nicole) que será la ayudante de Walter en el laboratorio que usan para resolver los casos, e incluso a Nina Sharp (Blair Brown) la intrigante dirigente de Massive Dynamics, una empresa de tecnología que nunca sabes si es de los buenos o de los malos.
Ese capítulo inicial tuvo un enorme presupuesto y enganchaba al espectador, pero la manera en la que se desarrolló la primera temporada, enteramente trufada de capítulos autoconclusivos (esos cuya trama empieza y acaba en el mismo capítulo) la convertía en una más de las series que seguían los pasos de Expediente X. Sin embargo, como a mediados de la segunda temporada, algo cambio en los guionistas, no sé si debido a que las audiencias bajaban, a un golpe de suerte o simplemente porque todo estaba pensado así, pero el caso es que desde entonces la serie comenzó a subir de calidad. Las tramas se alargaban pero la intriga se mantenía sin estirarse demasiado, y cada vuelta de tuerca resultaba mejor que la anterior, siempre con algún capítulo autoconclusivo pero con la trama general de fondo. Aparecieron entonces los mundos alternativos, el Cortexiphan, la misteriosa figura de William Bell (un Leonard Nimoy espectacular), los shapeshifters (desconozco el nombre en español que le han dado porque he visto la serie enteramente en inglés), los cambios en las líneas temporales y finalmente los observers...¿Qué decir de esos enigmáticos calvos con traje gris, piel pálida y carentes de sentimientos? Además empezaron a utilizar maneras nuevas de realizar capítulos (como han hecho en "Community"), tirando de animaciones (alguna de ellas claros homenajes, como el hecho a Terry Gilliam esta última temporada) o incluso de cómics, lo que suponía una revolución en este tipo de series.
Hacer un repaso entero de todo lo acaecido en estas cinco temporadas (por ejemplo no he hablado de los matices de cada personaje, de la distancia que hay entre padre e hijo, la historia romántica entre Peter y Olivia, o la curiosa relación que mantienen Walter y Astrid, a la que nunca llama por su nombre) se me hace difícil sin hacer spoilers que arruinen el entretenimiento de aquellos que no la hayan visto y tengan intención de hacerlo, así que aquí lo dejo. Eso sí, con el pequeño regalo del trailer de la primera temporada y las cabeceras que han aparecido en la serie, que pongo a continuación.
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