Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener

lunes, 6 de septiembre de 2021

Libros Leídos Julio-Agosto 2021

Lo de agosto ha sido tan brutal que no he escrito nada de nada, así que me veo obligado a hacer en este post el análisis acumulado de julio y de agosto en cuanto a lecturas se refiere. Sorprendentemente, como en agosto he leído más que en el resto del año (seis libros) el total ha sido decente, 10 libros (7 en español, dos en inglés y uno en italiano) de los cuales ha habido cuatro novelas, dos crónicas, dos recopilaciones de artículos, un libro de cuentos y un cómic. Siguiendo con la numeración de libros leídos durante el año, tenemos:

26. "El director" de David Jiménez. 296 páginas (e-book).

En "El director", el periodista David Jiménez hace una crónica de su experiencia como director del periódico El Mundo, desde que fueron a buscarlo a Nueva York hasta que llegó un acuerdo por despido improcedente un año después. Entre medias, usando motes para no poner los nombres reales (El Cardenal, la Digna, el Secretario...) desgrana todas las intrigas palaciegas de lucha de poder que hubo en su diario y que seguro de pueden extrapolar a cualquier medio de similares características. Sólo con que la mitad de lo que cuenta fuera verdad, ya sería gravísimo. El único pero que le pongo es que, aunque lo entiendo, el tipo se pone a sí mismo como el adalid del periodismo, reconociendo pocos errores y siendo éstos nimios, pero justificando ir en contra de la huelga que se acordó porque decía que era lo mejor para la plantilla. Ese tufillo de falsa honestidad sobrevuela todo el libro cuando a él se refiere, pero el resto de lo que narra es perfectamente creíble. Y asusta. Muy recomendable su lectura. 


27. "El hijo del chófer" de Jordi Amat. 256 páginas (e-book).

El chófer al que hace referencia el título era el hombre que ejercía casi de asistente personal de Josep Pla. Ese hombre era el padre de Alfons Quintà. Quintà fue periodista, abogado y, sobre todo, pieza clave para entender la política y el poder mediático en Cataluña desde la transición hasta la explosión del Procés. Quintà terminó sus días matando a su pareja y suicidándose, pero no es ese el único lugar oscuro de su trayectoria, sino más bien la cúspide de su maldad. En paralelo a la singular y cruda biografía de Quintà, Jordi Amat describe todo el entramado de corrupción política del pujolismo, empezando por el enriquecimiento ilícito de Florenci, el padre de Jordi Pujol, el caso de Banxa Catalana o la creación de esa arma mediática que ha sido TV3. Es un libro que se lee de manera ágil y que sorprende incluso al lector más informado, además de que ilustra claramente de dónde viene el Procés.


28. "Nos cansamos de vivir bien. La otra cara del Procés" de Albert Soler. 308 páginas.

Del mismo modo que la aldea gala de Astérix resiste frente a los romanos, Albert Soler resiste firmemente a las embestidas del Procés y sus acólitos, presentando una columna detrás de otra en el Diari de Girona (capital del lacismo) en las que se mofa con humor negro y socarrón de todas las tonterías que hacen los indepes. Las cosas que cuenta Soler en sus columnas parecen sacadas directamente de "Sin noticias de Gurb" de Eduardo Mendoza, porque parecen igual de absurdas que las historias que el extraterrestre del escritor barcelonés relataba en su diario. Lo más curioso de lo que denuncia Soler es la falta de sentido común en la cantidad de acciones que realizan los del lazo amarillo, la manipulación burda y la propaganda sin sentido, dejando claro que todo el movimiento es una estafa realizada por engañabobos. Muy divertido.


29. "La bella stagione" de Domenico Baccalario y entrevistas de Massimo Prosperi. 252 páginas.

El mítico Scudetto (campeonato de Liga italiano, llamado así por el derecho a portar un escudo con la bandera de Italia en la camiseta la temporada siguiente) de la Sampdoria en la temporada 1990-91 contado como nunca se ha hecho, a camino entre una crónica y un diario, con diálogos que parecen de novela pero con los protagonistas absolutos de aquel título. En el título se destaca a "i gemelli del gol", Gianluca Vialli y Roberto Mancini, pero en aquel equipo, dirigido por el mítico Vujadin Boskov, estaban también Pagliuca, Vierchowood, Lombardo o Toninho Cerezo. No se trata del típico compendio de mensajes de victoria sacados de un manual New Age, las anécdotas son muy divertidas y, en muchos casos, sorprendentemente explícitas. Además, aquel título se produjo en la Liga más poderosa del mundo en aquel momento (el Milan de los holandeses, el Inter de los alemanes, la Juve de Baggio, el Nápoles de Maradona...) con lo que los nombres que van surgiendo son para todos conocidos. Un buen libro para los amantes del fútbol. Ah, y curiosamente este verano Mancini y Vialli se resarcieron de lo ocurrido en Wembley un año después del Scudetto.


30. "In the Country of Last Things" de Paul Auster. 188 páginas (e-book).

Leí esta novela de Paul Auster hará al menos 15 años, y no recordaba nada más que era la historia de una chica que iba a buscar a su hermano que había desaparecido tras haberse ido de corresponsal a un país que se estaba cayendo a pedazos. Pues bien, ese es el comienzo, lo que quiere decir que no recordaba nada. La historia de Anna Blume (ese es el nombre de la chica) viene en forma de carta larga, de narración en primera persona (un clásico de Auster) y es una muy buena novela. Y lo es porque se mantiene sorprendentemente vigente, ya que la descripción de cómo un país se va a la mierda y cómo reaccionan sus habitantes ante la miseria, la escasez y la lucha por la vida, podría aplicarse a lo que ahora tristemente vamos a ver en Afganistán y hemos visto en otros sitios desde hace años. Le falta alguna cosa en la trama que haga que la historia sea redonda, pero, sin duda, se trata de un gran libro.


31. "Contrapaso. Los hijos de los otros" de Teresa Valero. 152 páginas.

Una deliciosa sorpresa, ese sería el resumen perfecto de la lectura de este cómic. Teresa Valero construye una historia noir a través de personajes bien definidos y para nada estereotipados, con dos periodistas antagónicos y una dibujante a la cabeza. La trama engancha y es creíble, la documentación para soportar la historia ha sido minuciosa, los dibujos son fantásticos y la ambientación es inmejorable. Es de esas veces en las que, como si de una serie se tratase, te gustaría rápido empezar un nuevo capítulo. Un librazo.


32. "El calentamiento global" de Daniel Ruiz. 384 páginas (e-book).

Daniel Ruiz traza en esta novela una trama de personajes cruzados (el director de responsabilidad social corporativa de una empresa petrolera, una cantante, una activista, un gañán de pueblo...) que describen una foto de nuestra sociedad fácilmente reconocible. La historia comienza con un accidente laboral de un trabajador de la ficticia Oilgás en un pueblo del litoral, lo que se convierte en el desencadenante de todos los acontecimientos que se describen en el libro. Como si de una secuela de "La gran ola" se tratase, aunque con diferentes personajes, Ruiz vuelve a desgranar con precisión los mecanismos de hipocresía y lenguaje opaco que se manejan en las grandes empresas y cómo éstas manejan las situaciones "hostiles". Una buena novela.


33. "Territorios improbables: Historias sobre lugares que (casi) no sabías que existían" de Pedro Torrijos. 336 páginas.

Pedro Torrijos es arquitecto y músico, pero, por encima de cualquier otra cosa, es un excelente divulgador. Los jueves, en Twitter (sí, en Twitter) traza hilos contando historias que parecen inverosímiles sobre lugares ignotos que están cerca y lejos, pero que siempre cautivan al que las lee. En este maravilloso libro aparecen algunas de esas historias, obviamente con cambios en el formato, pero manteniendo la frescura y el lenguaje directo al lector que engancha de sus hilos #LaBrasaTorrijos. Sólo pondría un pero: me gustaría que hubiera más fotos de los sitios que describe (aunque entiendo perfectamente que eso sea inviable por motivos de formato y derechos). Una gozada, lean a Pedro Torrijos.


34. "Cómo dejar de escribir" de Esther García Llovet. 136 páginas (e-book).

Lo mejor que se puede decir de este libro es que es corto. Normalmente no releo las sinopsis tras haber leído un libro, pero tenía curiosidad por leer el resumen de esta novela. Pues bien, la sinopsis promete una linealidad inexistente en el libro. Se supone que el protagonista, el hijo de un famoso escritor latinoamericano de éxito, busca por Madrid el último manuscrito de su padre con la ayuda de un par de personajes pintorescos. La realidad es que lo escrito por García Llovet es un amalgama de frases de 10.000 dólares inconexas entre sí (no todos tienen el talento de Jabois) sobre un jovencito que pulula por Madrid en agosto. La trama es inexistente y el devenir de lo narrado mediocre en el mejor de los casos. Da la sensación de que ni siquiera la autora sabe qué es lo que quiere contar (si es que hay algo que quiera contar). Una muy mala novela.


35. "Free-Range Chickens" de Simon Rich. 144 páginas (e-book).

Buen libro de chistes y situaciones paródicas escrito por Simon Rich. Como en el resto de libros del autor neoyorquino, las bromas tienen mucha relación con la vida cotidiana (niños creciendo, adolescentes, trabajo), las relaciones interpersonales y la religión (el Dios que plantea Rich es francamente divertido). Un libro fantástico para leer en la playa.


 

viernes, 20 de agosto de 2021

Diez años sin tener billete

Resulta rápido decirlo, pero ya son diez años los que llevo escribiendo mis tonterías por aquí. No es que haya escrito mis memorias ni mucho menos, pero al final son 547 posts (incluyendo éste) en esta década. Eso significa que cada año, de media, he publicado casi 55 reflexiones, análisis, canciones, críticas o chorradas directamente. No está mal, aunque en realidad sé que el grueso de todo lo publicado sea de la primera época del blog, cuando lo comencé.


Lo he contado muchas veces por aquí, no es novedad, pero lo repito: a mí me salvó este blog. En una época en la que no podía hablar con nadie, no porque no tuviera con quién, sino porque no era capaz de hacerlo, tener este blog me sirvió como vía de escape durante un largo tiempo en el que lo pasé francamente mal. Escribía para mí, no para que nadie me leyera. Y es que esa era la razón principal del blog, y lo sigue siendo. Necesito escribir, y volcar negro sobre blanco lo que me pase por la cabeza, nunca publico nada obligado, porque mi nivel de auto-exigencia está claro: sólo escribo cuando quiero y puedo, nadie me paga por esto y lo hago por placer (o necesidad) así que hay épocas en las que apenas escribo (el mes de agosto, por las vacaciones, por ejemplo) y otras en las que estoy a tope por el motivo que sea (los artículos de la Eurocopa pasada, que me ha encantado escribirlos). Eso sí, lo que sí que hago fielmente es hacer reseña de lo leído durante el mes, aunque en realidad es algo que ordeno, porque ya tengo escrito previamente (lo hago al terminar cada libro).


Soy Rísquez y llevo diez años sin tener billete...

jueves, 15 de julio de 2021

Una dulce condena... Rísquez, 40 años y un día

Ayer fue mi cumpleaños y celebré números redondos: 40 castañas. No lo he analizado con perspectiva, no sé si porque no veo excesiva singularidad en cambiar el dígito o porque ya llevo tiempo con la idea en la cabeza de que quizás esté rondando la mitad de este camino que es la vida. El caso es que no me siento tan joven como lo hacía hace no tantos años, ni tan viejo como veo a gente unos años mayor. Es algo raro.

Fue un día medio normal y medio especial, fui a trabajar pero comí con mi familia (incluida mi encantadora sobrinita), la tarde me la tomé jugando a la consola (nada que me reclamara del trabajo) y luego me fui a esgrima. Terminé el día con V., cenando en un sitio molón y recibiendo una preciosidad de homenaje por la edad que cumplía, incluyendo regalos muy muy chulos. Me gustó cómo fue, sin grandes fastos pero con detalles especiales. 


 

El caso es que es la primera vez desde que tengo el blog que no escribo algo para mi cumple antes de que se produzca, y cuando me he querido dar cuenta ya era el día siguiente. Y me digo, 40 años y un día, coño, suena como a condena. Pero claro, de ser una condena, será una buena, una dulce condena... Como la canción de Los Rodríguez. Así que ahí va un clásico del pop-rock en español escrita por dos genios como Andrés Calamaro y Ariel Rot. Como siempre, vídeos y luego letra. Feliz cumpleaños... Para mí.




Cada vez que toco un poco fondo
Cada vez que el tiempo vuela
Un recuerdo más que pasajero
Otra ilusión que llega
Cada corazón merece una oportunidad
Y está perdida sola en medio de la ciudad
Soy el que lo piensa por los dos
Hasta que sale el sol
Cada sensación o sentir vulgar
Una sola cosa, un solo lugar
Un recuerdo más que pasajero
Será como empezar otra vez de cero
Cada corazón merece una oportunidad
Y está perdida sola en medio de la ciudad
Soy el que lo piensa por los dos
Hasta que sale el sol
No importa el problema
No importa la solución
Me quedo con lo poco que queda
Entero en el corazón
Me gustan los problemas
No existe otra explicación
Esta sí es una dulce condena, ah-ah
Cada vez que toco un poco fondo
Cada vez que el tiempo vuela
Un recuerdo más que pasajero
Otra ilusión que llega
Cada corazón merece una oportunidad
Y está perdida sola en medio de la ciudad
Soy el que lo piensa por los dos
Hasta que sale el sol
No importa el problema
No importa la solución
Me quedo con lo poco que queda
Entero en el corazón
Me gustan los problemas
No existe otra explicación
Esta sí es una dulce condena
Una dulce rendición, uh-uh, uh
Cada sensación o sentir vulgar
Una sola cosa, un sólo lugar
Un recuerdo más que pasajero
Será como empezar otra vez de cero
Cada corazón merece una oportunidad
Y está perdida sola en medio de la ciudad
Soy el que lo piensa por los dos
Hasta que sale el sol
Soy el que lo piensa por los dos
Hasta que sale el sol
No importa el problema
No importa la solución
Me quedo con lo poco que queda
Entero en el corazón
Me gustan los problemas
No existe otra explicación
Esta sí es una dulce condena
Una dulce rendición, uh-uh-uh-uh-uh
Me quedo con lo poco que queda
Entero en el corazón, uh, uh, uh
Me quedo con lo poco que queda
Entero en el corazón