Mayo acabó ya hace más de una semana y con tanto fútbol me he retrasado en mi periódica revisión de lecturas mensuales. En total han sido sólo cuatro libros (dos en español, uno en inglés y otro en italiano), de los cuales tres fueron novelas y uno un cómic. Se nota cuando viajo por trabajo porque leo poquísimo, una pena. Siguiendo con la numeración de libros leídos durante el año, tenemos:
22. "Vivir de noche" de Dennis Lehane. 432 páginas (e-book).
Esta
es la segunda entrega de la saga de la familia Coughlin creada por
Dennis Lehane. El escritor de Boston nos cuenta aquí la historia de Joe,
el hermano pequeño de Danny (el protagonista de la primera novela), que
se adentra, durante la época de la prohibición del alcohol en EE.UU.,
en el oscuro mundo de la noche que gobierna el hampa con mano dura. La
novela es entretenida y, a ratos, trepidante, con escenas bien descritas
y diálogos con garbo. Sin embargo la historia resulta manida (es
excesivamente arquetípica) y en conjunto resulta menor que su
predecesora. Está bien, pero no es un novelón.
23. "Los Cinco y yo" de Antonio Orejudo. 256 páginas (e-book).
Antonio
Orejudo es un escritor atípico, principalmente porque sus novelas no
tienen aparentemente ningún nexo en común, más allá de un regusto a
humor negro en alguna de sus partes. En lo que sí coinciden todos sus
libros es en que son muy entretenidos y en que están francamente bien
escritos. En esta novela, la última que ha publicado, juega con un
recurso muy literario (la biografía de ficción) para hacer un repaso de
su infancia y juventud, para enlazar éste con una supuesta historia de
Los Cinco (aquellos personajes de las novelas de Enid Blyton) cuarenta
años después. A mí me ha resultado mucho más atrayente la primera de las
dos partes, quizás porque, como Orejudo, yo también fui alumno de la
Fundación Hogar del Empleado (él de Monserrat y yo de Santa Cristina) o
porque es fácil identificarse con su descripción de su infancia. La
historia de Los Cinco tiene su gracia, indudablemente, pero esperaba más
de lo que he leído. En general es una buena novela, pero no es de las
mejores de este autor.
24. "Quaderni giapponesi. Un viaggio nell'impero dei segni" de Igort. 184 páginas.
En
estos Cuadernos, el autor de cómic italiano Igort hace un viaje
histórico y emocional a Japón. A través de los recuerdos de su época
trabajando para Kodasha en los noventa, cuando conoce a genios como
Tezuka o Taniguchi, aprovecha para darle al lector pinceladas de la
cultura japonesa en general y del manga en particular. Se trata de un
ejercicio entretenido e instructivo a partes iguales.
25. "Beautiful You" de Chuck Palahniuk. 240 páginas (e-book).
Sin
duda la peor novela de Chuck Palahniuk que he leído. En esta ocasión ni
siquiera la proverbial originalidad de las historias del autor de "El
club de la lucha" salva los muebles. La trama carece de lógica y los
personajes son inanes, pero lo peor, con mucho, es que aburre. Incluso
en sus obras menos notables, el escritor americano es capaz de sacarle
una sonrisa al lector y en esta ocasión no está ni cerca de conseguirlo.
El batiburrillo de sexo de todo tipo que adorna este libro no hace nada
más que añadir paja a una historia que hace aguas por todas partes y
que al final hasta se vuelve previsible. Leyendo esto nadie podría
asegurar que se trata del mismo tipo que escribió ese pedazo de obra
maestra que es "Rant".
Una colección de historias, anécdotas, reflexiones y chorradas varias sin más objetivo que entretener
viernes, 9 de junio de 2017
domingo, 4 de junio de 2017
La Champions del "Notario" Cristiano
Hace unos días hablaba por aquí de la importancia de Zidane en la consecución del título de Liga para el Madrid. En la Copa de Europa ganada ayer la responsabilidad no es menor, pero creo justo subrayar el impacto capital de Cristiano Ronaldo en la victoria europea. No se trata sólo de que sea el jugador icónico del Madrid desde que llegó, el máximo goleador de la historia merengue o el máximo goleador de la máxima competición continental (de la que ha vuelto a ser máximo goleador esta temporada). Se trata de que el luso ha metido 10 goles en los últimos cinco partidos de la competición, 5 al Bayern entre los dos partidos de Cuartos de Final, 3 al Atlético en Semifinales y ayer 2 en la final contra la temible defensa juventina. El efecto de Cristiano ha sido demoledor e histórico.
No hay que menospreciar el toque de Zidane en dos apartados claves para entender la importancia de Ronaldo en la última parte de la temporada: las rotaciones (este año hemos visto a Cristiano quedarse en casa más de una y más de dos veces en partidos de Liga, además de ser sustituido en otras ocasiones) y el movimiento táctico de ponerlo de delantero centro, de nueve puro. El portugués tiene 32 años cumplidos en febrero y, siendo francos, cada vez es más lento y no es capaz de desbordar como lo hacía años atrás. Sin embargo mantiene dos cosas que lo convierten en vital para cualquier equipo y más para el Madrid: olfato y pegada. Cristiano cada vez aparece menos en la elaboración de las jugadas, sólo si es cerca del área, pero cuando aparece es para dar un golpe encima de la mesa. Actúa como si fuera el notario del Madrid, donde todo el mundo hace el trabajo burocrático y el luso se limita a firmar (curioso porque en italiano firmar y marcar gol se dicen igual, "segnare").
Por otro lado también debemos hacer referencia en este análisis sobre la Champions al más artista de los jugadores del Madrid, el malagueño Isco, al que Zidane con buen criterio dio mando en plaza cuando el equipo blanco se jugaba los títulos. Isco se ha beneficiado de las lesiones de Bale, al que nadie en su sano juicio ha echado de menos esta temporada, asumiendo los galones de director de orquesta del equipo, con tres enormes escuderos en el centro del campo (el aseado Kroos, el milimétrico Modric y el siempre bien colocado Casemiro) y con Benzema de socio de paredes y el Notario para finiquitar, el resultado suele ser siempre el mismo: victoria madridista. Ayer en la segunda parte, cuando el Madrid arrolla a la Juventus, vimos lo importante que es dominar el centro del campo en el fútbol actual, con el Madrid mandando y los bianconeri a merced absoluta del dominio merengue. Fueron tres goles en la segunda mitad y pudieron ser más, porque el rodillo fue aplastante.
Ahora, a los aficionados del Madrid nos queda lo peor, ver cómo se van jugadores ilustres que quieren más protagonismo (James, Morata), jugadores que dieron lo que tenían que dar (Pepe y Coentrao) y otros (como Keylor) que sufrirán por los caprichos absurdos del cacique Florentino. Ojalá me equivoque, pero los movimientos del verano serán decisivos para ver cómo funciona el Madrid la temporada que viene. Si seguimos con la política de recuperar cedidos (Llorente del Alavés, Vallejo del Eintract), soltar lastre y rotar nos irá bien...Ahora que como Florentino caliente la chequera...Temblad.
No hay que menospreciar el toque de Zidane en dos apartados claves para entender la importancia de Ronaldo en la última parte de la temporada: las rotaciones (este año hemos visto a Cristiano quedarse en casa más de una y más de dos veces en partidos de Liga, además de ser sustituido en otras ocasiones) y el movimiento táctico de ponerlo de delantero centro, de nueve puro. El portugués tiene 32 años cumplidos en febrero y, siendo francos, cada vez es más lento y no es capaz de desbordar como lo hacía años atrás. Sin embargo mantiene dos cosas que lo convierten en vital para cualquier equipo y más para el Madrid: olfato y pegada. Cristiano cada vez aparece menos en la elaboración de las jugadas, sólo si es cerca del área, pero cuando aparece es para dar un golpe encima de la mesa. Actúa como si fuera el notario del Madrid, donde todo el mundo hace el trabajo burocrático y el luso se limita a firmar (curioso porque en italiano firmar y marcar gol se dicen igual, "segnare").
Por otro lado también debemos hacer referencia en este análisis sobre la Champions al más artista de los jugadores del Madrid, el malagueño Isco, al que Zidane con buen criterio dio mando en plaza cuando el equipo blanco se jugaba los títulos. Isco se ha beneficiado de las lesiones de Bale, al que nadie en su sano juicio ha echado de menos esta temporada, asumiendo los galones de director de orquesta del equipo, con tres enormes escuderos en el centro del campo (el aseado Kroos, el milimétrico Modric y el siempre bien colocado Casemiro) y con Benzema de socio de paredes y el Notario para finiquitar, el resultado suele ser siempre el mismo: victoria madridista. Ayer en la segunda parte, cuando el Madrid arrolla a la Juventus, vimos lo importante que es dominar el centro del campo en el fútbol actual, con el Madrid mandando y los bianconeri a merced absoluta del dominio merengue. Fueron tres goles en la segunda mitad y pudieron ser más, porque el rodillo fue aplastante.
Ahora, a los aficionados del Madrid nos queda lo peor, ver cómo se van jugadores ilustres que quieren más protagonismo (James, Morata), jugadores que dieron lo que tenían que dar (Pepe y Coentrao) y otros (como Keylor) que sufrirán por los caprichos absurdos del cacique Florentino. Ojalá me equivoque, pero los movimientos del verano serán decisivos para ver cómo funciona el Madrid la temporada que viene. Si seguimos con la política de recuperar cedidos (Llorente del Alavés, Vallejo del Eintract), soltar lastre y rotar nos irá bien...Ahora que como Florentino caliente la chequera...Temblad.
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