Carmina
Burana es la obra del
compositor Carl Off más conocida. Es famosa porque se ha
utilizado en numerosas piezas de cine o televisión, y se trata de una música
que de alguna forma siempre me ha acompañado, gracias a mi padre.
A mi padre, de
origen humilde, siempre le ha fascinado la música clásica (Carmina Burana es
del siglo XX, pero el término "clásica" le puede aplicar sin
problema) y, desde que tuvo mejores condiciones económicas, trató de adquirir
las obras de Mozart, Beethoven, Vivaldi...Pero su favorita siempre fue Carmina
Burana, probablemente de las que más he escuchado cuando era pequeño.
Tanto me influyó que incluso llevaba en el walk-man la cinta y la
escuchaba por la calle mientras caminaba, y una vez, yendo con mi abuela al
pollero, me preguntó éste (un fenómeno, el gran Juanjo Piso) si era rock heavy
o similar lo que oía (su hijo era un metalero de pelo largo) y atónito se quedó
cuando le puse los ariculares.
Obviamente también
está en mi recuerdo la famosa escena de "Excalibur", esa
maravillosa película sobre la leyenda artúrica, en la que la persecución a
caballo va acompañada del "O Fortuna" (el trozo más famoso de Carmina
Burana) y que quedó en la retina de todos los que nacimos en los 80 (y de los
amantes de la peli en general).
Y por último está
la ocasión, bastante curiosa, en la que gané en un concurso de la televisión
porque mi contrincante falló cuando le preguntaron cuál era la obra más famosa
de Carl Off...
El caso es que ayer fui a ver (en la mejor de las compañías,
gracias por el regalo, V.) la representación de esta obra interpretada por la
Fura dels Baus, que actúan en Madrid estos días. El espectáculo es apoteósico,
te deja anonadado por la puesta en escena, la música suena impresionante y te
vas de allí tarareando como un loco. Carmina Burana nunca defrauda.
El caso es que
ayer fui a ver (en la mejor de las compañías, gracias por el regalo, V.) la
representación de esta obra interpretada por la Fura dels Baus, que actúan en
Madrid estos días. El espectáculo es apoteósico, te deja anonadado por la
puesta en escena, la música suena impresionante y te vas de allí tarareando
como un loco. Carmina Burana nunca defrauda.